Mercedes D´Alessandro “Ante los dichos homofóbicos de Milei, los transfeminismos estuvimos en las calles”

🤑 Mercedes D’Alessandro es doctora en Economía de la UBA. En diálogo con este medio repasa algunas deudas pendientes, habla del vencimiento de la moratoria previsional y piensa en el feminismo de cara al 8M.
22/02/2025

“Hoy la única barrera que está teniendo Milei es en las calles”, reflexiona Mercedes D’Alessandro después de una semana desastrosa para el gobierno nacional tras conocerse el escándalo de las criptomonedas. Oriunda de Posadas (Misiones), la reconocida activista feminista se doctoró en Economía en la Universidad de Buenos Aires. Es escritora y autora del reciente libro «Motosierra y confusión»

En diálogo con este medio, D´Alessandro discutió la feminización de la pobreza, la redistribución del capital financiero, los sistemas de cuidado y las políticas de hambre de Javier Milei, férreo libertario y militante anti feminista.

¿Cómo estás viendo las políticas económicas de Javier Milei? ¿Qué pasa con la feminización de la pobreza y la informalidad laboral de las mujeres en este contexto?

Milei hizo campaña diciendo “afuera” el Ministerio de la Mujer y una de sus principales medidas fue desarmar todas las instituciones de género que habíamos conseguido en los últimos años desde los feminismos y por las cuales habíamos luchado. Eso viene acompañado de desfinanciamiento, de cortar programas que son centrales en varios planos: por un lado está la violencia directa hacia las mujeres, cuyos recortes al programa Acompañar y la Línea 144 han dejado muy expuestas a las víctimas. Por otra parte, está el impacto económico que tienen sus medidas sobre las mujeres y las personas LGBTQ+.

¿Cómo impacta esta realidad que describís en la vida de las mujeres y diversidades?

Hoy en Argentina aumentó el desempleo, la pobreza y hay menos servicios públicos. Milei aumentó el superávit fiscal a costa de reducir la inversión pública en un 90% y eso significa que mermaron la construcción de escuelas, hospitales, la pavimentación de rutas y la obra pública. Todo eso tiene impacto sobre las mujeres, que somos las que cuidamos y cuando el Estado falla obviamente tenemos que dedicar más tiempo a esas tareas. Además, las mujeres somos la mayoría en el personal de salud y de educación, dos sectores que han sufrido recortes presupuestarios gravísimos. Se juntan muchos factores que van desde lo discursivo y esta verborragia que tiene Milei hacia las mujeres y las diversidades se suman a las políticas económicas que perjudican a las personas que tienen trabajos más precarios y tareas domésticas a cargo. Son políticas totalmente destructivas para los feminismos y las diversidades.

¿Por qué para las mujeres sigue resultando tan difícil insertarse en el mundo del trabajo? 

Les cuesta porque tienen una carga mucho mayor de tareas de cuidado. Las mujeres dedican 8 horas diarias a cuidar a niños, niñas y adolescentes. Esto compite con el tiempo de estudiar, desarrollarse y crecer en las empresas. Eso se refleja en todos los indicadores: las mujeres tienen mayor desempleo, mayor informalidad laboral y tienen una brecha salarial que las perjudica, llegando a un 27%. Eso te dice que las mujeres somos más pobres. Desde la economía feminista decimos que el cuidado tiene que estar repartido de otra forma para que las mujeres puedan tener mejores oportunidades. 

La moratoria previsional vence el 23 de marzo y muchos de estos personajes libertarios dicen abiertamente «que solo deben recibir aportes quienes trabajan». ¿Qué podríamos responderles sobre el trabajo invisible que hacemos las mujeres en el hogar?

Cuando hablamos de moratoria de las jubilaciones, hablamos de cómo las mujeres se insertan de manera más precaria en el sistema laboral, por la penalización que significa la maternidad, por la carga de las tareas de cuidado cuesta más conseguir trabajos formales y percibir aportes. A tal punto afecta esto que solo 1 de cada 10 mujeres podría jubilarse si no se prorroga la moratoria. Esas mujeres son en su mayoría empleadas domésticas, que es el trabajo más precario de todos. Son mujeres que trabajan todo el día y en el 67% de los casos no reciben aportes. Ellas no van a poder jubilarse después de haber trabajado toda la vida. Son más de un millón de mujeres, es la segunda salida laboral de este segmento de la población, no estamos hablando de algo chiquito o puntual.

¿Cuál es la realidad de las trabajadoras domésticas con la crisis económica?

Históricamente no hemos logrado sancionar medidas para que este sector se formalice. Recién en el año 2013, gracias a una ley de Cristina Fernández de Kirchner, se les reconoce los derechos laborales a estas trabajadoras con el Régimen Especial de Trabajadoras Particulares. Esto genera una mayor formalidad laboral en un momento, pero queda estancado luego. La crisis económica que está sufriendo la clase media con Milei hace que cada vez más gente recorte en gastos, por lo cual aumenta el desempleo y la informalidad en el sector. Uno de los programas que habíamos diseñado desde la Dirección con el Ministerio de Trabajo y de Mujeres, Géneros y Diversidad era Registradas, mediante el cual se daba un subsidio por un periodo de tiempo al empleador para que formalice a sus empleadas. Eso fue desbaratado desde el día en que ingresó Milei a escena. Además, muchas empresas reciben moratorias y blanqueos laborales, es decir que las empresas sí tienen moratorias pero las trabajadoras no van a tenerlas por los años que pasaron sin que les paguen aportes. Si la gran mayoría de las empleadas domésticas no tiene aportes es porque hay miles de familias que no se los están pagando a las personas que trabajan en sus casas. Después la sociedad castiga a la persona pobre que apenas llega a fin de mes. 

¿Cómo ves el movimiento feminista de cara al 8M?

Hubo una gran movilización recientemente por los dichos de Milei en Davos, que se autoconvocó de manera espontánea y rápidamente. Fue una demostración de que el feminismo no está ni desaparecido ni bajo tierra, sino todo lo contrario. Es un movimiento que hoy está siendo muy perseguido por parte de los libertarios, pero también por sectores que en su momento eran aliados y ahora piensan que el feminismo es “pianta votos” y se ponen conservadores. Ante los dichos homofóbicos de Milei, los transfeminismos estuvimos en las calles. Yo espero que el 8M también haya una masividad en las calles para seguir con ese camino. Hoy la única barrera que está teniendo Milei para no hacer cosas peores de las que está haciendo es en las calles.

¿Creés que las derechas conservadoras encontraron en los feminismos populares un adversario porque vienen a disputar la repartición del dinero y la desigualdad social?

Yo creo que la derecha conservadora a nivel global encontró un enemigo en el feminismo y en el ambientalismo. Son dos adversarios para los libertarios porque hay un ideal de una sociedad más justa, con un mejor vivir y con cuidados hacia los demás. Estos dos movimientos le vienen a poner barreras a sus negocios y sus proyectos extractivistas. Son dos límites que se le oponen al momento de lucrar con los recursos naturales. El feminismo es uno de los movimientos más fuertes de este siglo, de los más valiosos y de los más importantes. El movimiento feminista se ha puesto como un gran transformador social.  

Algunos dicen que el feminismo se pasó tres pueblos y otros que faltó profundizar lo conquistado. ¿Dónde te posicionás en la cancha?

Si hablamos desde lo político y lo institucional, creo que hicimos un montón con presupuestos insignificantes. Con muy poca plata dimos pasos fundamentales para sostener y afianzar una mirada en la sociedad. Desde el IFE que tuvo perspectiva de género, hasta el programa Registradas o que fuimos el país que mejoró más rápidamente el empleo de las mujeres después de la pandemia. El problema fue que no se llegaba a fin de mes, que no había empleos de calidad, que había mucha inflación. Esos fueron los temas que fueron minando la credibilidad del gobierno anterior. Responsabilizar al feminismo es un chivo expiatorio que a muchos les viene bien, porque es una forma de sacarse de encima a estos grupos que están proponiendo transformar dando algunos debates. Me parece que culpar al feminismo es una posición paternalista de varones blancos cis de clase media, como si nosotras no quisiéramos la redistribución de los ingresos. No vas a cambiar las estructuras del patriarcado en tres o cuatro años por más que haya un ministerio. 

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