El Parque Lezama volvió a ser el sábado pasado el escenario político de los movimientos populares. Tras la masiva movilización del 1 de febrero por los dichos de Javier Milei en Davos, el movimiento feminista y el colectivo LGTBIQNB+ organizaron una asamblea de cara al 8 de marzo. Ya es el segundo año que el movimiento feminista transita una fecha tan emblemática como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y esta vez llevan en sus cuerpos las marcas de un gobierno que desfinanció las políticas de género, profundizó el hambre y atacó directamente toda política que sostenga el tejido comunitario.
En este contexto de creciente desigualdad y ataques a los sectores más vulnerables, el movimiento feminista y disidente propone una marcha antifascista, antirracista y transfeminista para el sábado 8 de marzo. «No hay una lucha que sea distinta a la nuestra del resto del pueblo», señalaron desde la Asamblea por el Orgullo LGTBIQ+. Las consignas de este 8M buscan articularse con otras luchas que han marcado la agenda política y social en los últimos meses. «La vida está en riesgo», fue una de las frases que resonó en la marcha del año pasado y que hoy cobra aún más vigencia.
Entre los reclamos centrales se encuentran la precarización laboral, la crisis previsional que afecta especialmente a las mujeres jubiladas y que el próximo 23 de marzo cobrará su más cruel hecho con el fin de las moratorias. «Nueve de cada diez mujeres no podrán acceder a la jubilación con el fin de la moratoria previsional el 23 de marzo. Nos están condenando a la pobreza», denunciaron desde el Plenario de Trabajadoras Jubiladas.
La organización del 8M también contempla una serie de acciones previas para visibilizar el conflicto. El 1 de marzo se propone una jornada de cacerolazos en todo el país, organizada junto a las asambleas barriales, con el objetivo de «taparle la boca al presidente estafador». El 7 de marzo habrá pegatinas y una acción en el Congreso por el Día de la Visibilidad Lésbica al cumplirse 15 años del lesbicidio de la Pepa Gaitán.
Desde la Columna Mostri, espacio de militancia travesti-trans, dejaron en claro que esta manifestación no solo es en contra de las políticas neoliberales de Milei, sino también de su discurso de odio y la estigmatización. «A las infancias trans les están quitando sus tratamientos. No nos olvidemos de esos pibites que están en riesgo», advirtieron.

Por último, se ratificó la decisión de no redactar un documento oficial. «No queremos documentos, queremos que la marcha hable por sí misma. Que la calle lo haga temblar como el 1F», sostuvieron. Con una bandera que sintetice todas las luchas, la convocatoria busca ser un reflejo de la resistencia de los sectores populares ante el avance del fascismo en Argentina.
La marcha será el sábado a partir de las 16 hs desde Congreso hasta Plaza de Mayo. La jornada tiene previsto un paro activo de las CTA y actividades del campo nacional y popular.