“Marcho porque, sin moratorias previsionales, 9 de cada 10 mujeres no se van a poder jubilar. Ni vos, ni yo, ni tu vieja”, se lee en un cartel pegado sobre las paredes de Avenida de Mayo. «¿Con cuántas personas trans te vinculás?”, dice otro. “Abortá a tu fascista interior”, reza el tercero. “Lesbianas, lesbianos, lesbianes, nombrarnos tantas veces como nos negaron”, repite un cuarto.
Son las cuatro de la tarde de un día nublado y una multitud se convoca en las calles de la Ciudad de Buenos Aires. Es el segundo 8M bajo el gobierno de Javier Milei y la batalla cultural parece cada vez más reñida. El Presidente eligió a los transfeminismos como chivo expiatorio y blanco de sus ataques misóginos y fascistas, mientras que los feminismos no son indiferentes a las políticas de la crueldad y el hambre. Ya lo demostraron el pasado 1 de febrero con una multitudinaria marcha.
Esta vez se nuclean bajo el mismo espíritu antifascista y antirracista, sin liderazgos, documentos ni escenario y en una marcha que por primera vez también convocó a los varones cis a movilizarse. Una procesión multitudinaria se desplegó entre el Congreso Nacional y la Plaza de Mayo, por donde desfilaron alrededor de 800 mil personas.

Frente a la desinformación que propaga el Gobierno, los números que se manejan son crudos: en el año 2023 hubo 361 mujeres asesinadas. El 87,7% tenía alguna relación con su victimario. Casi el 40% era su pareja o ex pareja. En el 2024 hubo 267 femicidios, según el Observatorio de Violencias de Género «Ahora que sí nos ven».
Institucionalmente, el panorama no mejora: con la eliminación de la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, por primera vez en 40 años Argentina no tiene un organismo nacional rector en políticas de género. En ese proceso, el Gobierno desmanteló los sistemas de recolección de datos específicos sobre violencia de género. La Línea 144 perdió el 45% de su personal, afectando la atención a víctimas. El presupuesto del Programa Acompañar se redujo en un 82% y la cantidad de mujeres asistidas decayó un 98,72%.
“El Gobierno quiere hablar de ¨violencia¨ en general porque se niega a reconocer la existencia de una desigualdad estructural que hace que los femicidios sean diferentes de otros homicidios, a la que el Estado debería dar una respuesta diferenciada. El Gobierno intenta borrar esa diferencia”, explican desde ELA (el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género) en un documento titulado “Día Internacional de la Mujer y desinformación oficial”.

“Hace años que el paro internacional y transfeminista se viene construyendo, ampliando, haciéndose cada vez más plurinacional, transversal y combativo. Hoy nos toca enfrentar a la ultraderecha que gobierna con hambre, a golpe de saqueo y crueldad. La estafa de Milei tiene réplicas en el mundo y cosecha aplausos de los multimillonarios”, se pronunció Ni Una Menos en el descargo que subieron a sus redes sociales.
“El Gobierno sostiene que las políticas de género son innecesarias y que su eliminación no afecta la vida de las mujeres. Esto es una mentira peligrosa”, insisten en otro de sus posteos, donde intentan desmentir la información falsa que baja desde el discurso oficial.
“Hambre y resistencia”, dice Paola González cuando se le pregunta cómo caracterizaría este momento. Ella es trabajadora sexual e integrante de AMMAR y asegura que la realidad del colectivo está totalmente invisibilizada.
“Nosotras marchamos porque las trabajadoras sexuales no queremos volver más a los calabozos como en la época de la dictadura. Nos quitaron todos nuestros derechos. Hay hambre y represión. Nosotras ni siquiera estamos recibiendo alimentos para las trabajadoras que por culpa de la policía no pueden seguir trabajando en las calles y ni siquiera profilácticos estamos teniendo”, asegura.

“Sin presupuesto volvemos a la clandestinidad”, expresa un cartel que se balancea por encima de pecheras y pañuelos verdes. La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito baila en las calles rodeada de pelucas rosas y glitter de colores. No pierden la alegría, a pesar de los tiempos adversos. Andrea milita en el espacio y respalda estas palabras. Explica que el gobierno de Milei ha reducido significativamente la posibilidad de conseguir medicación, tanto anticonceptivos como el misoprostol que se utiliza para interrumpir los embarazos. Esto hace que cada vez más gente dude de la vigencia de la ley.
“En CABA los faltantes son menores que en el resto de las provincias, pero sabemos que en el norte del país casi no se puede acceder a éstos. La implementación está siendo muy desigual. Creemos que en estos meses va a haber una reducción drástica de los medicamentos al igual que los preservativos”, explica. “Las personas gestantes se empiezan a confundir y se comienza a extender un temor generalizado a no poder abortar”, cuenta la militante feminista.
“Como Campaña tratamos de tener inserción política, trazamos estrategias con las universidades, en los barrios, en las asambleas, para seguir dando información y medir el cumplimiento de la ley”, asevera. La Campaña cree que los militantes libertarios piensan arremeter contra la ley 27.610, duramente conquistada y prevén que avanzarán contra muchas otras políticas de género. Ante esto, Andrea responde: “Seguimos organizadas y vamos a salir las veces que sea necesario a defender nuestros derechos”.

Sandra Chaves es parte del colectivo de afrodescendientes y argumenta que es necesario que el antirracismo sea uno de las principales lineamientos dentro del feminismo popular. “Es importante que la marcha sea antirracista porque el racismo ha sido la base del colonialismo que aún no hemos superado. Nuestras identidades, tanto de las compañeras afro como de las indígenas, están siendo totalmente invisibilizadas. Hay una construcción donde estas identidades han sido históricamente negadas y tapadas y tenemos existencia”.
“Hoy estamos defendiendo nuestros derechos humanos, que están siendo totalmente vulnerados. El Estado tiene una construcción racista y fascista. Este gobierno tiene un discurso de odio inadmisible. Está generando un genocidio del hambre, porque nuestras identidades están pasando hambre”, declara a este medio. “Siempre está la blanquedad sentada en el poder”, remata sobre el borramiento de la identidad negra.
El colectivo travesti-trans es otro de los más damnificados por la expansión de los discursos de odio y uno de los primeros que le hizo frente a este gobierno. Sufrieron más de 150 despidos en el Estado, a pesar de existir una ley de Cupo Laboral que nunca terminó de aplicarse efectivamente y que impone que el 1% de la planta del Estado debe ser reservada a esta población. A esto se suma la modificación por decreto de la ley de Identidad de Género.
Florencia Guimaraes, activista por los derechos humanos y presidenta de La Casa de Lohana y Diana Asociación Civil, enfatiza: “Venimos a visibilizar lo que está haciendo el gobierno de Milei y sus aliados, que tiene que ver con las políticas de odio hacia la población travesti-trans. Estamos hablando de recortes de las leyes que tanto nos costó conquistar, que están regadas de sangre de compañeras como Lohana y como Diana. Hoy marchamos contra este gobierno negacionista que extiende políticas de hambre y de saqueo, un gobierno que ha puesto a las personas travestis y trans como chivo expiatorio. Es fácil elegir un colectivo de los más relegados para tirar toda la mierda del sistema. Tenemos que estar en las calles y en las redes sociales, que son un territorio muy hostil para nuestro colectivo y sobre el cual los libertarios tienen una gran pregnancia, pero más que nada en las calles que es donde las luchas se gestan”.

“El trabajo es un ordenador en la vida de las personas. Con el acceso a un empleo se había logrado romper con el prejuicio que afecta a las personas travestis y trans. Perder el trabajo no solo afecta en lo económico, afecta en la subjetividad, en la posibilidad de generar autoestima, en la relación con otros. Es por eso que decimos que dentro del desmantelamiento del Estado, nuestro colectivo se ve fuertemente perjudicado”, agrega Guimaraes.
Respecto al DNU que modifica la ley de Identidad de Género en lo que concierne a personas menores de edad, aclara: “Seguiremos defendiendo la ley de Identidad de Género porque es una gran conquista y una legislación de vanguardia. Sin embargo, también tenemos que hacer autocrítica de lo que ha sucedido con los gobiernos populares. Hay veces que nos han tratado como las bufonas de la corte, como si fuera lo políticamente correcto tener a una persona travesti trans en la foto pero no vemos que ahora, cuando están en peligro nuestros derechos humanos, salgan a defendernos. Las travas también queremos ser protagonistas en las luchas por los derechos humanos para cambiar esas políticas cis sexistas heterosexuales”.

Los trabajadores y trabajadoras del Hospital Laura Bonaparte también se hicieron presentes en la movilización, bregando por la reincorporación de los 200 trabajadores despedidos. Actualmente, el Hospital está trabajando con el personal mínimo y sin un presupuesto acorde.
Victoria Freire es legisladora porteña por Unión por la Patria. Camina adelante de la bandera del Frente Patria Grande intercambiando mates junto con sus compañeras. Para ella, el 8M es aún más significativo en este contexto de retroceso de derechos. “Tenemos un gobierno de la miseria planificada que parece afectar especialmente a las mujeres y a las disidencias porque somos las que peores salarios tenemos y las que llevamos a cabo las tareas de cuidados”.
En Argentina, casi 7 de cada 10 hogares monomarentales están por debajo de la línea de pobreza y 3 de cada 10 bajo la línea de indigencia. Las mujeres dedican 6 horas al día a estas tareas, mientras que los varones solo 3 horas y media. Asimismo, en el tercer trimestre de 2024 la brecha salarial entre hombres y mujeres fue del 27,7%, siendo que las mujeres están más concentradas en sectores de menor remuneración, mientras que los varones dominan los sectores mejores pagados.
“Estar en las calles es defendernos frente a las políticas adversas que hoy tenemos y también defender nuestra libertad, defender la vida”, continúa Freire. “Tuvimos un momento muy revitalizador el 1 de febrero con la marcha antifascista y antirracista que demostró una vez más nuestra presencia en la calle, que hay una capacidad de reaccionar, de dar la batalla y hacerlo con orgullo, no tener miedo, generar una nueva esperanza que tenemos que seguir gestándola”.
Para ella, hay un acervo de organización feminista en todos los partidos políticos del campo popular que es necesario volver a poner en ejercicio. “Toda esa creatividad que tenemos tiene que volver a expresarse. Como cada encuentro nacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans tiene sus consignas y sus pliegos de trabajo, tenemos que pensar cómo canalizar toda esta potencia para que se exprese electoralmente. Necesitamos que esta batalla que tenemos por delante se pueda expresar en las urnas, para que tengamos ese impacto. Lo que se pone en juego es qué tipo de futuro queremos: si uno cada vez más meritocrático desprovisto de lazos sociales o un futuro colectivo donde todos podamos vivir bien”.
Los sindicatos y los centros de estudiantes se hicieron presentes en la marcha, también las históricas colectivas como “Mumala” y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), con su rama de liberados. “El narcotráfico avanza en los barrios, cada vez tenemos más gente en los comedores, incluso de clase media. Hoy los liberados no recibimos ninguna clase de herramienta, directamente somos excluidos. Este gobierno fomenta más la violencia y la criminalización de las personas que ejercen un delito. Las cárceles son la universidad de los delincuentes. Haciendo más cárceles solo se está fomentando el delito”, cuenta Romina, quien participa en la cooperativa de la rama de liberados del MTE.
“A un niño que le bajen la edad de punibilidad no lo ayuda, así nunca van a sacar a esa gente de la pobreza y de la violencia. Este gobierno vino a excluir”, opina sobre las políticas punitivistas que lleva a cabo la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
Mónica Macha lleva un corazón verde dibujado en el cachete y se entronca tras la bandera de Nuevo Encuentro. Es psicóloga y diputada nacional de Unión por la Patria, además de ser la presidenta de la Comisión de Mujeres y Diversidades del Congreso.
“Yo veo que el feminismo de Argentina está en la calle, está organizado, tiene agenda. Esta marcha la tenemos que pensar en consonancia con la del 1 de febrero que fue una decisión de las compañeras y les compañeres de no dejar pasar estos discursos ni las políticas de desmantelamiento del Estado. Creo que el golpe que recibimos es muy fuerte, pero si hay un movimiento que está activo en este momento en todo el país es el feminismo”, afirma.

Interrogada por si la falta de liderazgo no atomiza al colectivo, Macha responde: “Por la propia lógica del feminismo argentino, gestado en los encuentros plurinacionales de mujeres y disidencias, hay algo de la horizontalidad que es parte de la construcción. Tal vez es algo de lo que tenemos que aprender: a que tener distintos liderazgos es una forma distinta de pensar la política. En ese punto, yo creo que no solamente es novedosa sino que es más transversal”.
“Los discursos del Presidente, cargados de odio y de negacionismo hacia las cuestiones de género, impactan sustancialmente en los cuerpos de las mujeres y feminidades cuando habilitan a que las personas sientan que puedan agredir a compañeras travestis y lesbianas, como vimos en el último tiempo”, concluye la diputada.