De ser una fuerza hegemónica y aglutinante, casi imbatible, a partirse en cuatro. Alguna vez el oficialismo porteño se llamó «Vamos Juntos», pero ahora irán todos separados: el PRO de Jorge Macri, el nuevo armado vecinal de Horacio Rodríguez Larreta, Evolución de Martín Lousteau y la Coalición Cívica de Elisa Carrió se enfrentarán en las urnas el próximo 18 de mayo yendo cada uno por su lado.
Los motivos de la ruptura tienen que ver con la contundente derrota que sufrió el PRO a nivel nacional en 2023 y la posterior deriva del partido amarillo tras decidir un estrecho acercamiento con La Libertad Avanza. La falta de capacidad de su histórico líder Mauricio Macri para contener a la tropa propia -se hicieron férreos mileístas varios cuadros políticos y técnicos históricamente vinculados con el macrismo, como Patricia Bullrich, Luis Caputo y Federico Sturzenegger-, el agravamiento de las tensiones internas registrándose cierta disconformidad no sólo con el rumbo político del PRO sino también con la elección a dedo del bonaerense Jorge Macri como sucesor de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires, y la escasa vocación del nuevo alcalde porteño por compartir a sus aliados espacios de poder en el Ejecutivo son algunas razones de una fragmentación sumamente peligrosa para cualquier partido gobernante.
Las condiciones actuales generan el campo propicio para un peronismo que, tras dejar de gobernar la Ciudad allá por el año 2007, le cuesta conectar con el sentido común de la mayoría de los porteños y las porteñas. No es aventurado decir que el principal partido opositor se encuentra frente a una oportunidad única e irrepetible de dar un batacazo en las elecciones legislativas porteñas: mientras la derecha va desunida -será un todos contra todos teñido, sin lugar a dudas, de fuertes acusaciones-, el peronismo celebra haber mantenido a los suyos adentro, más allá de no haber logrado la reincorporación de elementos disidentes como el partido Principios y Valores de Guillermo Moreno.
Leandro Santoro irá nuevamente como cabeza de lista. Algunos militantes le reprochan cierta tibieza y haber sido asesor de Alberto Fernández, pero lo cierto es que el diputado de origen radical es la figura porteña con más llegada dentro de Unión por la Patria. Esto se debe fundamentalmente a su trabajo de expansión en redes sociales, donde logró alcanzar masividad y una mayor cercanía con los vecinos potenciando así la recorrida por los barrios y el cara a cara. En las legislativas de 2017, la fuerza kirchnerista obtuvo 21,74% (419.176 votos). En 2021, la cosecha fue mayor: 25,06% (461.514 votos). En caso de oscilar en torno a estos números, el peronismo le estaría peleando de igual a igual al PRO y La Libertad Avanza en la carrera por obtener un triunfo. UxP parte de un piso alto, nadie -excepto el peronismo- tiene garantizados tantos votos propios de antemano. Hay un claro motivo: el enfrentamiento entre el PRO y La Libertad Avanza trastoca el esquema de lealtades y provocará confusión en el electorado gorila porteño.
Los libertarios apuestan fuerte a destronar al PRO. Su candidato es ni más ni menos que Manuel Adorni, un tuitero reconvertido en vocero oficial del Gobierno. La «mano dura» de Karina Milei dejó fuera del armado de LLA a Ramiro Marra, quien se presenta con el nefasto sello de la UCEDE. La expulsión de Marra tiene un costo político-electoral destacable para los libertarios, al menos en el distrito porteño, ya que en el año 2023 fue su candidato a jefe de Gobierno y obtuvo casi el 14% de los votos. Una coincidencia entre ambos es que llevarán la campaña a unos niveles de derecha extrema: Adorni hablando de la eliminación de impuestos, Marra contra los trapitos y la gente en situación de calle empobrecida cada vez más su propio gobierno.

En cuanto a Horacio Rodríguez Larreta, el éxito o fracaso de su postulación resulta una verdadera incógnita. En primer lugar, resulta un hachazo para las aspiraciones ganadoras del PRO. Segundo, no se puede subestimar su figura dado que se trata del último jefe de Gobierno -se fue con niveles altos de imagen positiva- y tendrá oportunidad de diferenciar a su gestión de lo que él denomina esta ciudad «sucia y con olor a pis». Por su parte, Martín Lousteau no será candidato a legislador y avaló que Lucille Levy, ex titular de la FUBA y cercana a Emiliano Yacobitti, encabece la lista de Evolución.
Ninguno de los sectores anteriormente mencionados tendría la fuerza suficiente para romper los dos ejes polarizadores que estarán presentes en esta elección: PRO vs. LLA (algo novedoso) y kirchnerismo vs. antikirchnerismo (siempre presente a lo largo de los últimos años). Si el terreno se empantana para macristas y libertarios, ahí es donde el peronismo puede tomar impulso y ganar terreno de cara a un posible triunfo.