«El Bona no se cierra»: arte y resistencia para evitar la asfixia a la salud mental

😰 El pasado martes 8 de abril se comunicó de forma oficial que las Residencias Interdisciplinarias de Salud Mental serán recortadas a nivel nacional. De allí surgió la idea del evento "Resi Fest" en el Hospital Laura Bonaparte, como forma de seguir denunciando el intento sistemático de vaciamiento y cierre del área.
19/04/2025

Entre ambos blancos intervenidos y bombos que gritan el Bona no se cierra, arranca el «Resi Fest» en el Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte. No es una fiesta cualquiera: se trata de una jornada de resistencia, defensa y de memoria colectiva. Desde agosto de 2024, cuando se conoció el despido inicial de 30 trabajadores de distintas áreas, toda la comunidad que conforma el hospital mantiene un plan de lucha contra el intento sistemático de vaciamiento y cierre.

Vaciar es cerrar

El Hospital Bonaparte, inaugurado en 1881 como un centro de atención psiquiátrica, ha sido un referente en la salud mental argentina y una de las instituciones emblemáticas en la implementación de modelos de atención basados en los derechos humanos. En la década de 1980, con la promulgación de la Ley Nacional de Salud Mental, el hospital asumió el desafío de transitar hacia un modelo de atención más inclusivo y respetuoso de los derechos de las personas con trastornos mentales, abandonando los enfoques tradicionales y punitivos propios del sistema manicomial.

En enero del corriente año, el hospital se vio nuevamente atacado luego del intento de cierre de octubre: despidieron a 200 trabajadores y trabajadoras, un golpe aún más fuerte que el primero. Durante una asamblea de emergencia se decidió la toma del hospital para que la guardia pudiera seguir funcionando mientras los gremios intentaban evitar las desvinculaciones. Las tomas torcieron el brazo del gobierno nacional y es por ello que hubo un ensañamiento con el hospital que tiene como resultado su vaciamiento, afirma Juan, psiquiatra de la guardia del hospital.

El pasado martes 8 de abril se comunicó de forma oficial que las Residencias Interdisciplinarias de Salud Mental iban a ser recortadas a nivel nacional. De acuerdo con Tomás, quien este año comenzaba su segundo año como residente, en el Bonaparte se trató de un cierre total al recortar cargos de instructores y supervisores: “En nuestro caso, la residencia del Hospital Bonaparte recibió un recorte total de los cupos: no va a haber ingresos nuevos ni cargos de jefatura para el próximo ciclo lectivo. La noticia nos la dieron oficialmente un martes, aunque ya la veníamos sospechando. Desde ese momento, comenzamos a organizarnos: hicimos paros y hoy estamos acá con este festival”.

El catalizador para la organización del festival fue un reflejo del panorama nacional: el Gobierno recortó el financiamiento de varias residencias en todo el país, eliminando disciplinas esenciales como terapia ocupacional y musicoterapia, lo que pone en riesgo el sistema de atención integral. 

En diálogo con El Grito del Sur, la legisladora porteña Mercedes Trimarchi (Izquierda Socialista-FIT) -quien estuvo presente en la jornada- hizo foco en que no es sólo el presente que está en peligro sino también el futuro: «este gobierno ha declarado la guerra a los sectores populares, a las trabajadoras y a los trabajadores, está atacando la salud, la educación, el trabajo y todas las conquistas o derechos que hemos logrado con la lucha», afirmó mirando a su alrededor con una mezcla de tristeza pero también orgullo. 

Resistencia creativa

Casi como si fuera un mantra, se escucha desde el primer minuto del festival: «venimos resistiendo desde octubre, alzando nuestra voz y poniendo el cuerpo». La lucha no se queda solo en los pasillos del hospital, vemos la bandera del Bonaparte en cada una de las movilizaciones de jubilados, el 8M, 24 de marzo e incluso en la marcha del Orgullo. Las calles son de cada una de las personas que forman parte del hospital.

La salud mental no puede ser discutida en abstracto. Se cruza con la economía, la inseguridad, el hambre y la incertidumbre cotidiana. Homero, trabajador social que es parte del hospital desde el año 2017, lo resume con claridad: “Parece que nos falta mucho todavía para que el pueblo entienda que la discusión de salud mental es transversal a todas las discusiones políticas que podamos llegar a tener. Porque cuando hablamos de salud mental, hablamos de la angustia de no llegar a fin de mes, hablamos de la angustia cuando tus hijos van a la escuela y no sabés si van a volver. Hay un montón de cosas que atraviesan a la persona y que tiene que ver con la salud mental”.

El festival por las RISaM fue una respuesta a la necesidad de organizar otras formas de protesta que no sean las tradicionales. Hablar de ternura es una discusión política, se lee en una remera: así fue como se convocó al Resi Fest, a pesar de la tristeza, incertidumbre y enojo surgió un punto de encuentro para repensar la lucha. Homero, quien habla emocionado y conmovido por lo que ve a su alrededor, sostiene que desde el arte, la música y las intervenciones puede visibilizarse la situación del hospital, y que es allí donde se vuelve a sentir la alegría y el compromiso.

Sin trabajadores y sin residentes no hay hospital ni salud mental

El hospital fue un lugar central para la formación de profesionales en salud mental, tanto en la residencia como en las prácticas profesionales, un espacio crucial para la formación continua e integral. Desde entonces, las residencias se han convertido en un modelo de formación interdisciplinaria, que integra disciplinas como psicología, psiquiatría, terapia ocupacional, musicoterapia y trabajo social, entre otras, con un enfoque integral de salud mental.

La Asociación de Psicólogos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires expresó su más enérgico repudio al recorte de financiamiento y a la eliminación de disciplinas en las residencias, subrayando que estas 47 residencias son fundamentales para garantizar una formación profesional basada en la interdisciplina y en el enfoque integral de la salud mental. La asociación advirtió que atentar contra las residencias es atentar contra la calidad de la formación profesional y el derecho a la atención de la población usuaria, destacando la importancia del Estado en la gestión del sistema de salud mental pública.

El Bonaparte es un emblema, no sólo por llevar el nombre de Laura Bonaparte, psicóloga y Madre de Plaza de Mayo, sino también por el lugar que ocupa en cuanto a la formación interdisciplinaria y la atención. Hoy se encuentra en riesgo: la guardia ya no funciona e incluso muchos profesionales renunciaron a partir de las malas condiciones de trabajo y el desguace que padecen desde agosto de 2024.

«Hay algo que yo quisiera decir a partir de toda la historia de horror que he pasado. Yo sabía que tenían un objetivo: el de quebrarme, pero no lo lograron». Laura Bonaparte en el documental «Esta voz… entre muchas» durante su exilio en México.

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