“La ley de identidad de género fue la puerta de acceso a los demás derechos. El reconocimiento de la identidad de las personas es la base sobre la cual se puede entender el resto: el derecho a la salud, la educación, la vivienda, la justicia y el trabajo”, sostuvo María Rachid, presidenta de la FALGBT+ y una de las redactoras de la ley aprobada el 9 de mayo de 2012, acontecimiento histórico para la comunidad LGBT. En la misma línea, reflexionó acerca de su esencia: “Hay un jurista muy reconocido en América Latina, que decía que el derecho a la identidad es el derecho a ser uno mismo y no otro”.
“La esencia de la ley es revolucionaria. Esta ley surgió del movimiento. Fue una ley que lograron las travestis argentinas, los activistas intersex, los varones trans. Pienso en Lohana Berkins, Marlene Wayar o Diana Sacayan. Es importantísima, una ley modelo que ha sido emulada en todo el mundo, aspirada por muchos Estados que están lejos de tener una ley de identidad de género como la de Argentina. Una ley que le dio vida democrática a un conjunto de la población que no tenía vida en democracia «, analizó por su parte Franco Torchia, periodista y escritor referente en el movimiento. Sin embargo, también hizo hincapié en la necesidad de un acompañamiento político a las demandas sociales: “Estas leyes sin voluntad ejecutiva no salen. Esto también es importante decirlo, tiene que haber una voluntad expresa del Poder Ejecutivo”, expresó y a la vez destacó la importancia de revisar la ley, cumplidos ya 13 años de su aprobación: “Nuestras vidas van mutando y hay que poderlo acompañar. Debería revisarse como toda ley vinculada a derechos identitarios y sexuales”.
En concordancia, Rachid hizo hincapié en la centralidad del rol de los movimientos sociales como las federaciones argentinas LGBT y ATA en cuanto a la transformación social y cultural necesaria para dar lugar a la aprobación de la ley, así como discusiones anteriores que sentaron las bases para su aprobación: “No hubo sectores que se opusieron abiertamente y eso fue producto de grandes debates previos en torno al matrimonio igualitario, que abrió puertas y ganó batallas. El debate por el derecho a la diversidad había ganado en la sociedad”.
“Fueron meses de trabajo en comisión en Diputados donde referentes travesti y trans pudieron exponer no sólo las experiencias de vida sino también las violencias que durante años y años sufrieron. Desde la expulsión de sus hogares, de los ámbitos educativos hasta la persecución institucional por parte de las fuerzas de seguridad. No se podía pensar en igualdad si no se garantiza el acceso a las personas trans y eso fue fundamental para poder pensar una agenda que permita un recorrido cuyo objetivo final era la ley”, analizó Maby Sosa, editora de Agencia Presentes.
Una periodización en torno al nivel de conflictividad y apoyo político
Al trazar una periodización acerca de los niveles de conflictividad entre el Estado y la comunidad LGBT, Rachid marcó la importancia de los gobiernos kirchneristas en torno a diferentes conquistas de derechos para la comunidad, teniendo en cuenta asimismo la ley de Matrimonio Igualitario sancionada en 2010. Por otro lado, puntualiza en el actual gobierno libertario que mantiene una cruzada de ensañamiento contra la comunidad LGBT: “Ahora estamos en un momento de retroceso de la historia, de un gobierno nacional absolutamente discriminatorio que ha elegido a la diversidad como enemiga. Este gobierno pretende con su discurso instalar que los problemas de la sociedad radican en los derechos de la diversidad y de las personas migrantes”. Dicha avanzada se evidencia en varios puntos: “El gobierno de Milei intenta modificar la ley de identidad de género a través de un DNU, uno que limita la posibilidad de cambiar los datos registrales de personas detenidas”. Por otro lado, derogó el artículo de la ley que contemplaba la terapia de hormonización en menores de edad.
Teniendo como estandarte a la ley de matrimonio igualitario, Gabriela Ivy, activista trans y productora de contenido acerca de género y política, conceptualizó lo vivido como una primavera donde cualquier conquista era vislumbrada como posible para su comunidad: “Fue como decir ‘Ya está, nos comemos el mundo’ y despues dimos con el shock de realidad en el 2015 con Macri, donde entendimos que evidentemente lo conseguido no se talla en piedra, y que es necesario seguir movilizándose para conquistar otras cosas”. En el mismo sentido analizó: “Lo que pasa es que las personas trans consiguen su derecho a tener su documento y después llega un gobierno neoliberal y te quita el acceso a la parte de hormonización. Entonces es como un péndulo. Primero está todo bien y avanzamos la discusión hacia la búsqueda de derechos y después cuando viene un gobierno de derecha decis: ‘empecemos a cuidar lo que ya tenemos porque nos lo están quitando’”. Luego ejemplificó: «Como el gobierno de Milei que te raja a todas las trabas contratadas por cupo laboral y te desfinancia la ley de identidad de género».
Ivy marcó que existe una agenda conservadora a nivel global que expresa una estigmatización contra la comunidad LGBT, en la que el gobierno libertario está inserto, evidenciado de forma categórica en el discurso de Milei en Davos: “Justamente la instalación discursiva que ellos utilizan mucho es la fake news, que no busca informar o desinformar, sino que busca instalar un enemigo. Todo lo que sea para instalarnos a la comunidad LGBT como enemigos, lo van a hacer y después van a decir ‘No, no quise decir eso’ pero ya está, quedó instalado». «Es una cuestión de cómo dentro de la desinformación instalan un concepto», reflexionó.
Según Ivy, esta difamación contra las diversidades tiene por objeto legitimar el vaciamiento de determinados programas: “Hay millones de variables donde se muestra que van a recortar toda ampliación de derechos, porque lo que se piensa es que nuestra existencia es netamente por intervención estatal. O sea, los putos, las trabas, las tortas, existimos porque hay un Estado que nos paga. Si el Estado no nos paga, no nos cubre, nadie se vuelve puto, nadie se vuelve traba, nadie se vuelve torta”.
“La ley es violada abiertamente por la Presidencia de la Nación. No solamente hay un ensañamiento, este es un gobierno que usa a la población LGBTQ como argumento de normalización- el argentino de bien-, término que se usa por buena parte del funcionariado mileista. Nosotros asomamos en la historia siempre como el paradigma de la anormalidad. Esta apelación permanente señala un apuntamiento concreto contra las personas LGBTQ+; aunque no nos nombre, Davos fue el sumun de esta problemática”, expresó Torchia. Asimismo agregó: “Nunca un líder llegó tan lejos en su violencia hacia un sector de la población como Milei, esto que para mí es de una gravedad que no termina de ser absorbida en nuestro país. Debería estar todo el tiempo en foco, porque así como a miles de personas, a mí me trataron internacionalmente de pedófilo. Lo respondo en primera persona, no porque yo sea la única víctima, sino para dar un testimonio directo. Diría que las víctimas son todas las personas que habitan suelo argentino, porque es de una inhumanidad arrolladora». También añadió que con esta criminalización se intenta nublar y desviar la atención de operaciones políticas concretas: “El Gobierno está cumpliendo con su plan de exterminarnos, y no solo simbólicamente, porque acabamos de recordar el aniversario del triple lesbicidio de Barracas, es decir que, es un plan de exterminio simbólico y también físico”, señaló.
“A trece años de la aprobación de la ley, la expectativa de vida de las personas travestis y trans no logra aumentar. Esto tiene que ver con años y años de violencia y de falta de acceso a derechos fundamentales como la salud, la educación y al trabajo que esta ley vino a reparar. Estas violencias estructurales marcan la historia de la población trans. Posterior a ella hubo otra ley de cupo laboral – Lohana Berkins-Diana Sacayán – que desde la asunción del gobierno de Milei no se cumple como debiera”, planteó Sosa.
Desde la CHA, Maria Laura Oliver reflexionó acerca de las disputas actuales y posibles articulaciones futuras en torno a las condiciones de vida de las personas trans, comunidad altamente precarizada y vulnerada: “Me parece que hoy tenemos que pensar en el debate que tenemos y dar las discusiones que corresponde para volver a una agenda donde queríamos un país más igualitario con los mismos derechos para todas las personas que lo habitamos”. Finalmente dijo: “Estamos hablando de una reparación histórica para muchas travestis que fueron maltratadas por el Estado nacional, que han sido víctimas de golpizas y denigraciones, todo eso se ha recrudecido”.
«Para muchos puede ser solo un slogan partidario decir que nadie se salva solo, cuando es la realidad de nuestra especie. Nosotros no pretendemos en la comunidad homosexual argentina salvarnos solos, siempre hemos trabajado en comunidad. Nuestro día a día como organización es seguir trabajando en comunidad en pos de que no nos roben ni uno solo de los derechos que hemos conquistado», concluyó.
