La violencia hacia las personas en situación de calle en Argentina es un problema silencioso pero devastador. Según el último Registro Unificado de Violencias (RUV), realizado por el equipo de investigación UBACyT junto con la Asamblea Popular por los Derechos de las Personas en Situación de Calle de CABA, las agresiones han alcanzado cifras preocupantes. En el periodo comprendido entre agosto de 2023 y agosto de 2024, se registraron 320 situaciones de violencia hacia este sector vulnerable de la población en todo el país, con un aumento de más del 500% en los casos de violencia institucional.
A las condiciones extremas que sufren las personas en situación de calle, se le suma una constante exposición a agresiones físicas y psicológicas con las que tienen que convivir diariamente al encontrar un lugar para dormir, o buscar dónde dejar sus pertenencias. El Registro Unificado de Violencias, creado para visibilizar estos ataques, muestra un panorama que acompaña la crisis económica que vive Argentina en estos momentos. “Las situaciones de mayor crisis impactan en la cantidad de personas en situación de calle, y este aumento lo hemos observado cada año; no es algo que haya explotado de repente. Claramente, las medidas económicas actuales en este contexto agravan aún más la situación», explicó a El Grito del Sur Jorgelina Di Iorio, investigadora del CONICET, integrante de la Asamblea por los Derechos de las Personas en Situación de Calle y directora del Registro Único de Viviendas (RUV).
Esta brecha se profundiza con la crisis habitacional, ya que muchas personas no logran encontrar un lugar para alquilar. Di Lorio agregó: «Esta crisis se traduce, en muchos casos, en personas que no pueden pagar un lugar, por más precario que sea». Además, si a esto le sumamos las medidas tomadas ante la crisis —como el desfinanciamiento de programas de educación y salud—, se genera un panorama poco favorable para las personas más vulnerables. Aunque estas políticas no estén dirigidas directamente a ellos, los dejan sin contención. Para Di Iorio, este desfinanciamiento se traduce en menos asistencia.
El informe revela que la violencia hacia las personas sin hogar no es uniforme en todo el país. CABA es el epicentro de la crisis, con 134 casos de violencia registrados, la mayoría de éstos de carácter institucional (87 casos). En otras provincias como Buenos Aires (31 casos), Santa Fe (26 casos) y Salta (24 casos), la situación también es preocupante. Las cifras demuestran que la violencia contra las personas en situación de calle no solo se ha vuelto más frecuente, sino también más letal. Se reporta una persona fallecida cada dos días y medio, y CABA es el epicentro con 33 muertes, seguido por Buenos Aires con 19, Salta con 19 y Santa Fe con 11.
El informe está basado en relatos y testimonios que “son desgarradores, cuentan cómo la policía los hostiga para correrlos, les roban, les sacan sus pertenencias y documentos». «Hay audios donde compañeros cuentan cómo ven que el camión de basura destroza sus pertenencias en un contexto donde se lleva a cabo un operativo del Gobierno de la Ciudad desarmando una ranchada en un barrio”, contó Di Iorio. En el último año, el informe contabilizó un hecho de violencia hacia personas en situación de calle cada 27 horas, una frecuencia que evidencia la magnitud del problema. El registro incluye tres tipos de violencias: institucional, social y estructural.
La violencia institucional se refiere a la violencia ejercida principalmente por fuerzas de seguridad y funcionarios públicos, caracterizada por el hostigamiento, desalojos forzados y maltrato hacia las personas en situación de calle. En el último año, se registraron 104 casos de violencia institucional, lo que representa un incremento superior al 500% en comparación con años anteriores. Por otro lado, la violencia social se manifiesta en agresiones físicas perpetradas por otros ciudadanos. En muchos casos, éstas han resultado en lesiones graves o incluso en la muerte de personas sin hogar. Durante el último año, el informe documentó 95 situaciones de violencia social, que incluyen ataques físicos, agresiones verbales y acoso.
La violencia estructural, en cambio, se deriva de las condiciones de vida que enfrentan las personas en situación de calle. El informe detalla 121 casos de violencia estructural, que van desde la exposición a enfermedades hasta la muerte por la falta de acceso a servicios básicos. En Argentina, 135 personas en situación de calle fallecieron durante el último año, lo que equivale a una muerte en la vía pública cada 2 días y medio.
Pese a la gravedad del problema, muchas de estas violencias pasan desapercibidas. La invisibilidad de la violencia hacia las personas en situación de calle está estrechamente relacionada con la invisibilización de sus vidas. Al ser percibidas como «nadie» por gran parte de la sociedad, sus muertes y sufrimientos quedan relegados a un segundo plano. El informe también resalta la falta de datos sobre violencias hacia mujeres y personas LGBTQI+ en situación de calle, lo que indica un subregistro preocupante y sugiere que la violencia hacia estos grupos es aún más invisible.
“Hay que cambiar el lente y comenzar a ver que ahí hay vidas que se les está atribuyendo menos valor. Registremos la violencia, no solo con un audio y un video, sino entendamos que del otro lado hay una vida, una persona que merece vivir con dignidad”, concluyó Jorgelina Di Iorio.