Final abierto y tensiones típicas del cierre de listas: la boleta del Frente de Todos en la Ciudad tiene, a 24 horas de ser presentada, casilleros llenos y varias incógnitas en iguales proporciones. A falta de algunas reuniones que se sucederán a lo largo de esta tarde en distintos despachos de peso, hay números puestos y también vacantes resonantes, por las que todavía hay discusiones abiertas. Leandro Santoro, ubicado a fuerza de consenso como cabeza de lista en diputados nacionales, resiste sin embargo desde hace varios días el embate del sector que representa Víctor Santa María. El jefe del Suterh y ex presidente del PJ porteño puja para que Gisela Marziotta, con aspiraciones serias de cara a 2023, tenga un rol protagónico. La idea general en el espacio es “no vetar a nadie” y las conversaciones pueden llegar a buen puerto pero, como sucedió en las últimas elecciones, los acuerdos alcanzados en el distrito pueden ser dinamitados tanto por la lapicera de Cristina y Máximo Kirchner como por el propio presidente Alberto Fernández. No se descartan sorpresas de último momento.
Según los cálculos más optimistas del Frente, hay unos 12 puestos expectantes para repartir. Tres en la Cámara de Diputados y otros nueve en la Legislatura porteña, siempre y cuando se esté cerca de repetir el 31 por ciento de los votos de 2019. De los tres casilleros en la Cámara Baja hay dos (casi) resueltos: tendrá que correr mucha sangre para mover a Santoro de su lugar y lo mismo vale para Carlos Heller (es fija como tercero), quien viene de tener un rol protagónico en la discusión económica contra Juntos por el Cambio como portavoz del impuesto a las grandes fortunas, a través del cual también forjó un vínculo estrecho con Máximo Kirchner, jefe de la bancada. El segundo lugar de la lista, reservado para una mujer, seguía siendo a esta hora una incógnita y la definición de quién lo ocupará podría tener un efecto dominó sobre el resto de la boleta.
Según pudo saber El Grito del Sur, la legisladora María Rosa Muiños, de Nuevo Espacio de Participación (NEP), que conduce el asesor presidencial Juan Manuel Olmos, desistió de disputar un lugar como candidata a diputada nacional. El NEP se considera una fuerza local y el destino de Muiños, que ya cumplió los dos mandatos en la Legislatura que habilita la Constitución porteña, podría estar en la Defensoría del Pueblo, lo que abriría la puerta a que su actual titular, Alejandro Amor, desembarque en la Legislatura, un ámbito que ya conoce. A Muiños también la espera la conducción del PJ porteño a partir de 2022.
Esa vacante abierta en Diputados podría ser ocupada por Marziotta, pero su decisión pasa por encabezar sí o sí alguna de las listas. Por lo tanto, el desenlace más seguro es que esté al frente de la boleta de legisladores, lo que cerraría las puertas a la renovación de Santiago Roberto, otro de los jugadores de Santa María a nivel local. Circulan, entonces, varios nombres más para ese lugar: desde la asesora presidencial y responsable de las negociaciones para la llegada de vacunas contra el Covid, Cecilia Nicolini, hasta la legisladora porteña Lorena Pokoik, quien al igual que Muiños no puede renovar su mandato, pero en su caso sí pretende dar el salto a la Cámara Baja. Las principales objeciones a su candidatura podrían llegar desde el sector del PJ que no responde a CFK, dado que los puestos 1 y 3 ya están reservados a dos jugadores más identificados con el kirchnerismo.
En la Legislatura, el panorama se puede aclarar si finalmente Marziotta decide bajar sus aspiraciones y encabezar allí. Los nombres “seguros” que circulan para ocupar los lugares más expectantes son: Alejandro Amor, Maia Daer, hija de uno de los jefes de la CGT, que llegaría con el aval de Alberto Fernández, aunque se le objeta que es «pañuelo celeste»; Tomás Lerner, de la juventud camporista; Victoria Montenegro (podría llegar a encabezar), con el aval de Abuelas de Plaza de Mayo; y Juan Manuel Valdés. Otras figuras que resuenan en las últimas horas son Daniel “Tano” Catalano, secretario general de ATE Capital, y Paula Arraigada, quien viene impulsando la campaña #transenlasbancas. También se postulan Carolina Brandariz (Movimiento Evita), Victoria Freire (Frente Patria Grande) y Eva Koutsovitis (Unidad Popular).
Así las cosas, la tensión a la hora de armar las listas (sobre todo la de legisladores) también responde a una clásica discusión en el espacio sobre qué tipo de propuesta electoral oponerle al oficialismo. Seguramente habrá una apuesta por incorporar nuevos perfiles, con la búsqueda de un electorado joven y permeable a las ideas de garantizar nuevos derechos para la diversidad sexual y el colectivo LGBTTTIQ+, cuya agenda cobró fuerza de la mano de las últimas medidas que tomó el gobierno nacional. Lo mismo sucede con el sector sindical, que tuvo un rol importante durante la pandemia en la oposición a la gestión de Rodríguez Larreta. Aunque también puede imponerse una mirada más conservadora, ligada a los acuerdos históricos que sostiene un sector del peronismo con el Ejecutivo porteño, que busca un bloque más alineado a un tipo de conducción política más centralizada y que busca conformar un bloque más homogénero en la Legislatura.
Por ahora reina una suerte de hermetismo en el principal espacio opositor porteño. La decisión de hablar “en voz baja” responde también a una jugada política por dejar al descubierto el fuego interno del otro lado de la grieta, donde macristas y radicales sacaron a relucir su disputa por la conducción de Juntos por el Cambio en la Provincia de Buenos Aires. Todo indica que hasta las últimas horas del sábado tendrá lugar una tensión silenciosa de cara al cierre de listas en la Ciudad, en el que la Casa Rosada tendrá la última palabra y desatará un puñado de ganadores y muchos heridos. Como ya sucedió hace dos años, también puede haber cambios intempestivos sobre la hora.