Mel y Max son dos de los tres partes de Kinky Vibe. Kinky es un proyecto que comenzó hace dos años y medio como una plataforma online orientada a tratar temas relacionados al fetichismo y BDSM. Sin embargo al poco tiempo notaron que las necesidades de los usuarios eran mayores. Había un gran vacío para cubrir entre la falta de información y las ganas de descubrir. “No me olvido más del primer taller que hicimos, nos dimos cuenta que hay una necesidad mucho más grande de la que pensamos de generar espacios de discusión, diálogo y replanteo de la sexualidad”, dice Mel.
Mel es alta y los borcegos contribuyen. Entre rulos morochos y risas cuenta que ante el aumento de la demanda Kinky comenzó a ampliarse. Al día de hoy no solo funciona como consejería y sex shop sino que tiene una gran apuesta a la concientización sobre educación sexual y sexualidades diversas.
Las acciones de Kinky van desde repartir preservativos hasta enseñar a hacer un campo de latex para tener sexo oral seguro. En este tiempo dieron talleres en escuelas primarias y secundarias y en diversos espacios culturales. Uno de sus objetivos es desgenitalizar la sexualidad, empezar a pensarla más allá de la penetración. “Cuando hablamos de sexualidad hablamos de prácticas biopsicosociales donde influyen factores biológicos culturales y psicológicos. Esto genera que la excitación varíe fisiológicamente: mientras la escalada de placer de los hombres es más rápida y continua -teniendo como meta final el orgasmo- en las mujeres suele ser más lenta y progresiva y en el 65% de los casos es necesaria la estimulación del clítoris para llegar al orgasmo, más allá de la penetración”
“Se trata de desarmar la sexualidad hegemónica de las parejas heterosexuales, que suele estar basada en la búsqueda del orgasmo masculino. Los juegos y espacios donde se desarrolla el mayor placer femenino aparecen como accesorios: algo menor y postergable, que no representa la relación sexual en sí”, agrega Max.
La brecha del Placer
GetMine-Helathy Pleasure es una plataforma online formada por investigadores y sexólogxs que busca difundir información responsable sobre los orgasmos vaginales. Este sitio, creado por una médica y sexóloga colombiana, ofrece una guía gratuita en PDF llamada “5 misterios sobre el orgasmo”.
Pocas veces hablamos en términos fácticos y certeros de la brecha que separa a las mujeres y sexualidades disidentes de los hombres cis respecto a las relaciones sexuales y a la experiencia del placer. “A través de películas, libros y romances a las mujeres se les enseña a satisfacer sexualmente al hombre, primando el placer de éste sobre el de ella. No importa que ella no disfrute porque si él llega al orgasmo, la relación sexual será satisfactoria”, explica GetMine.
Cuando hablamos de brecha de placer nos referimos a la diferencia por la cual sólo el 30% de las mujeres llega al orgasmo estando en pareja mientras que los porcentajes de satisfacción masculina y orgasmos en pareja superan el 90%. Esta situación también tiene que ver entre otros factores con los tabúes acerca de la masturbación femenina. Esta práctica no suele ser promovida desde los espacios médicos ni educativos llevando a que solo el 20% de las mujeres se masturbe. El desconocimiento del propio cuerpo trae aparejados miedos, prejuicios, sensación de inexperiencia e incertidumbre dificultando la posibilidad del disfrute.
“Mejor (no) hablar de ciertas cosas”
El último proyecto de Kinky es un fanzine ilustrado sobre el squirt. El squirt es un líquido incoloro que sale de la glándula de skene o glándula prostática femenina como un gran chorro a propulsión formado de composición similar al presemen. Puede ser antes, después, al mismo tiempo o sin que suceda el orgasmo vaginal. No pasa siempre: muchas mujeres no lo viven y no significa que sus orgasmos sean peores o que alcancen menos placer sino que sus glándulas prostáticas están cerradas o no lo suficientemente abiertas. La falta de información sobre el squirt llevó a que muchas mujeres dejasen de masturbarse o directamente de tener sexo por vergüenza a que aquello que les sucedía fuese anormal.
En contrapartida del discurso médico que juzga y patologiza o el porno hegemónico que exagera y espectaculariza la sexualidad, Kinky Vibe apunta a saber que aquello que sucede en nuestro cuerpo es natural, aunque no por eso siempre es bueno. Kinky promueve y comercializa desde lubricantes con sabor a chocolate hasta copas menstruales.
Su futuro parece prometedor: para este año planean un documental sobre la sexualidad en Argentina. Mientras tanto continúan realizando proyectos junto a ilustradores, dando talleres y difundiendo información online.
Haciendo foco en que las prácticas siempre sean con consentimiento y entre adultxs, se trata de informarse y compartir sin ser juzgados, para adueñarnos del placer y disfrutar nuestro cuerpo sin obedecer estereotipos. Hasta que se entienda que nuestros orgasmos también son victorias.