En un contexto de neoliberalismo atroz, en el que se vuelve urgente salir a las calles y nuestro cotidiano se transforma en una constante trinchera de resistencia, nos preguntamos: ¿qué sucede con el resto de las luchas que siempre quedan postergadas y parece que nunca es el momento adecuado? ¿Cuál es el lugar que ocupa la bisexualidad dentro de lo urgente y lo importante? ¿Cuándo es el momento indicado para nuestra agenda? ¿Cómo es militar la bisexualidad en un contexto donde todo parece más importante que nuestras propias existencias?
La bisexualidad puede ser entendida como una orientación sexual pero también como una identidad política, una forma de ver la vida, esa manera de nombrarse dependerá de cada persona. El conflicto aparece cuando se reduce a una forma de nombrar el deseo o a simples prácticas vinculares negando su identidad política. Es así que se desconocen experiencias y vivencias específicas de nuestra identidad, como opresiones y violencias que son necesarias atender ya que responden a reclamos y luchas de nuestro colectivo.
La bisexualidad es una “x” con potencial político, un imaginario imposible de encasillar. No hay un estereotipo esperado, un comportamiento delimitado: somos y existimos en nuestra diversa bisexualidad. Porque la bisexualidad rompe con el mundo binario y construye sentidos distintos, pone en cuestión la cosmovisión y la construcción significante de todo lo que rodea a éste. Rompe con el mandato del monosexismo que nos impone tener que orientar nuestro deseo hacia una sola identidad, y eso pone en disputa una gran cantidad de sentidos constituidos, en el mundo cisheterosexual y hasta en el propio colectivo LGBT+. La bisexualidad abre diversidad de cuerpos, identidades, exterioridades, autopercepciones diversas. No hay un esperable, no hay una narrativa única, no hay una experiencia uniforme. Existen tantas bisexualidades como personas bisexuales en el mundo.
Frente a una pareja identificada socialmente como mujeres, ¿existe la pregunta de si alguna es bisexual? ¿Y de varones? ¿De travas? ¿No binaries? Este encuentro viene a visibilizar y a dar lugar a nuestra existencia organizada. Elisa Coll es una activista bisexual española que plantea que les bisexuales, al no ocupar un espacio en el imaginario colectivo, quedan condenades a la marginalidad. El Encuentro Bi+ propone dar un marco político al rejunte de cuerpos en un espacio: cuerpos bisexuales y plurisexuales que construyen un crisol de representaciones y, por ende, que posibilitan identificaciones. Hay una falta importante de representaciones en la bisexualidad, pero para que esas representaciones existan en lo simbólico, es necesario que se hagan tangibles y se ocupe en un espacio físico y palpable. Urge construir nuestra propia narrativa, reunir nuestras experiencias, construir conocimiento en lo colectivo y poner en común nuestros sentidos y significaciones.
El Encuentro es un lugar donde reconocer y reconocerse, es un lugar donde anclarse por un momento. Hay cosas que atravesamos toda nuestra vida y que nos ocurren específicamente porque somos personas bisexuales. Ante una sociedad que nos demanda elegir una sola identidad con la cual vincularnos sexoafectivamente, que nos tilda de indecises y confundides, que nos dice que el deseo hacia más de un género constituye una etapa; las personas dentro del espectro plurisexual/romántico salimos más tarde del clóset. Es ahí cuando empezamos a resignificar vivencias bisexuales, pero siempre fueron significadas por personas homosexuales o heterosexuales. Cuando empezamos a construir vínculos y a relacionarnos sexual y afectivamente, o cuando nos enamoramos (amparades en el mito del amor romántico), depositamos nuestro deseo y sentimientos en una sola persona a la vez, lo que configura nuestra autopercepción en relación a nuestra orientación sexual dentro del binomio hetero-homo. Al no tener conocimiento acerca de la bisexualidad o tener conceptos cargados de prejuicios, rechazamos muchas veces esa identidad antes de incluso aceptarla como una posibilidad.
La comunidad bisexual hoy en día se encuentra dispersa, desperdigada dentro de otros colectivos identitarios que ofrecen refugios más legitimados, de andamiajes históricos más reconocidos. Por lo tanto, les bisexuales tenemos el desafío de formar parte de una red político-afectiva más necesaria que nunca, construyendo espacios que nos permitan tejer nuestras propias redes internas, fortaleciendo los lazos intra-identitarios pero también con otres dentro del universo LGT+. El Encuentro Bi+ abre las puertas a esa casa común que nos aloja y que invita a todas las personas que quieran acercarse a conocer más sobre nuestra identidad. Tiene la característica de ser organizado por militantes y personas bisexuales de carácter apartidario, aunque participarán Bisagra Activismo Bisexual y Zona Juventud, y estarán a cargo de talleres específicos como Activismo Bisexual, y Juventudes, respectivamente. Asimismo, el “+” de su nombre tiene como decisión política referirse a otras identidades plurisexuales. Esta vivencia en primera persona es un ejercicio que despoja de prejuicios y nutre nuestra identidad que se encuentra sub y mal representada.
El Encuentro se desarrollará el sábado 14 y domingo 15 de septiembre. El primer día se llevarán adelante los 12 talleres-conversatorios desde las 10hs hasta las 18hs en el Centro Cultural Universitario Paco Urondo (calle 25 de Mayo 201), espacio que depende de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Y finalizará el día domingo a las 16hs con una varieté cultural luego de la lectura de conclusiones de los talleres y cierre del Encuentro, en el Centro Político Cultural El Hormiguero (Hipólito Yrigoyen 1440) en el barrio del Congreso.
