Que la tortilla se vuelva

🔝 Para el INDEC, en febrero los alimentos subieron un 7,5 por ciento. Un relevamiento en comercios de cercanía del conurbano arrojó una suba de casi el 10. Récord absoluto, superado únicamente durante la híper alfonsinista.

El presidente Alberto Fernández dijo esta semana que “el viernes empieza otra guerra, la guerra contra la inflación”. La referencia temporal intentaba vincular el relanzamiento de su gobierno -y el combate de su principal preocupación- a la aprobación del acuerdo con el FMI en el Senado, que está pautada para la medianoche del jueves. Sin embargo, esa apelación a la espera resultó hasta provocativa cuando, apenas 24 horas después, el INDEC publicó que la suba de precios durante febrero fue del 4,7 por ciento en general y que llegó al 7,5 en el rubro más sensible para los sectores populares: la canasta básica de alimentos. Un récord absoluto, superado únicamente durante la híper alfonsinista.

En la tarde del martes, además, un grupo de organizaciones sociales decidió acampar frente a la sede de Desarrollo Social, en la 9 de Julio, casi en simultáneo a la difusión de los números del INDEC. “No podemos más comer polenta”, decían los carteles impresos sobre las cartas, donde pasaron la noche unos cuatro mil piqueteros. La medida de fuerza se tomó luego de que el ministro, “Juanchi” Zabaleta, prefiriera enviar a funcionarios de segundas líneas a dialogar con las organizaciones, que tomaron el gesto como una provocación. Durante el miércoles mantenían bloqueado el Metrobús. 

“Vivimos en estos días la gravedad de una inflación disparada que se come los ingresos, y la amenaza de una profundización cierta de un ajuste que va a golpear aún más a los y las trabajadores en la Argentina a partir del pacto humillante con el FMI”, dijo Eduardo “Chiquito” Belliboni, uno de los referentes del Polo Obrero.

Las medidas de fuerza no sólo son cosa de los movimientos sociales: el sector más duro del campo amenaza con volver a las rutas en una remake del 2008 en caso que al Gobierno se le ocurra subir retenciones, pese a que no tiene los números en Diputados para hacerlo. 

Por ahora siguen suspendidas las exportaciones de aceite y harina de soja, medida que fue festejada por la Mesa Agroalimentaria Argentina. “Esta suba no impacta directamente sobre los números del productor, sino sobre la industria sojera, principalmente controlada por grandes empresas”, dijeron desde la UTT. 

Respecto de la inflación, esa organización, que controla el Mercado Central, aseguró que “en los últimos años los aumentos de los precios de alquileres de campos y de los fertilizantes contribuyen a la concentración de la tierra y al aumento de las ganancias de las empresas transnacionales”. Vale aclarar que tanto la Sociedad Rural como las principales entidades agroexportadoras apoyaron fuertemente al Gobierno durante el debate en Diputados por el acuerdo con el FMI. 

También se disparó el conflicto con los productores de carne, que bloquean los intentos -infructuosos- de contener el precio del asado, otro slogan de campaña que es utilizado por la oposición para minar la base electoral del Frente de Todos.

En ese contexto, aún más grave que los números del INDEC fueron los que arrojó el relevamiento que todos los meses realiza el Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPCi) en los comercios de cercanía del conurbano. El aumento fue del 9,8 por ciento. 

Desagregado: el rubro de frutas y verduras encabezó las subas con un 10,37 por ciento, mientras que los productos de almacén se incrementaron 9,66, y las carnes, un 9,7 por ciento. Esos números son el resultado de un relevamiento a lo largo de 650 comercios de cercanía en 20 distritos de la Provincia. 

Según el ISEPCi, una familia de dos personas adultas y dos hijos pequeños en enero necesitaba $33,685.25 para cubrir sus alimentos indispensables durante treinta días; en febrero, requirió $36,986.91. Este mes, el Salario Mínimo está por debajo de ese número, a la espera de un posible aumento que podría definirse esta semana en la mesa que comparten empresarios y dirigentes de la CGT. 

Relevamiento del ISEPCi

“En los últimos tiempos el oficialismo agita fuertemente las banderas de la “multicausalidad”; en algunos casos con una descripción más o menos detallada de cuales serían los componentes de esa multiplicidad de causas, es decir: estructura productiva primarizada y poco diversificada; desmedidas expectativas inflacionarias en la población; emisión monetaria por encima del crecimiento de la economía real; tipo de cambio volátil; estructura de producción y comercialización altamente concentradas”, dijo Isaac Rudnik, director de ISEPCi.

“Todas ellas ciertas, pero sin el indispensable agregado de propuestas para intentar encaminar los problemas en el corto y mediano plazo. Por lo que estas argumentaciones suenan más a mensaje avisando que la inflación va continuar sin tregua, que a un anuncio de que empiezan a tomar algunas de las cartas de este espinoso asunto”, agregó. 

Compartí
Share via
Copy link