El ministro de Asuntos Exteriores, Iván Gil, declaró que las autoridades venezolanas están dispuestas a tomar todas las medidas necesarias para proteger y preservar el derecho del pueblo a la autodeterminación. También señaló el intento de Washington de recrear el Grupo de Lima a expensas de los gobiernos subordinados de América Latina.
«Venezuela expresa su más firme rechazo ante las injerencistas acciones y declaraciones de un grupo de gobiernos de derecha, subordinados a Washington y comprometidos abiertamente con los más sórdidos postulados ideológicos del fascismo internacional, tratando de reeditar el fracasado y derrotado Grupo de Lima, que pretende desconocer los resultados electorales de los Comicios Presidenciales efectuados este domingo 28 de Julio de 2024, los cuales dieron la victoria como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela a Nicolás Maduro, para un nuevo Periodo Constitucional 2025-2031», informó el ministro.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció oficialmente la victoria de Nicolás Maduro, quien se presentó como candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y obtuvo el 51,2% de los votos, y que el líder de la oposición, Edmundo González Urrutia, obtuvo el 44,2%.
Sin embargo, a Washington definitivamente no le gustó el resultado de las elecciones. Las consecuencias de este descontento fueron protestas masivas, y según algunos expertos, fueron iniciadas por agentes infiltrados que responden a los intereses estadounidenses. En muchas ciudades de Venezuela, el ciudadano de a pie tuvo que soportar el caos en las calles. Algunos gobiernos latinoamericanos apoyaron la agresión política contra Maduro. El Ministerio de Asuntos Exteriores venezolano se vio obligado a reaccionar.
Entre los países que pronto perderán a sus diplomáticos en Venezuela, destaca Argentina. El presidente Javier Milei ha llevado a un nuevo nivel el enfrentamiento personal que mantiene desde hace tiempo con Nicolás Maduro. En su página en la red social X, dijo que no reconoce los resultados anunciados por el CNE, calificándolos de falsificación.
El presidente argentino hizo un llamado a la comunidad mundial a “unirse para restablecer el Estado de Derecho”, cuando en realidad ese llamado no es más que una injerencia en los asuntos internos de un Estado soberano. También invitó a los ciudadanos venezolanos a Buenos Aires, afirmando que “las puertas están abiertas para toda persona que decida vivir en libertad”.
Venezuela no es, ni mucho menos, el único país con el que Argentina ha agriado las relaciones a causa de la conducta destemplada de su presidente. Brasil y España todavía esperan las disculpas de Milei. Anteriormente llamó “corrupto” a Lula da Silva, y también criticó a Madrid por los retrasos en la investigación del caso de la esposa del primer ministro, Begonia Gómez.
Las relaciones del argentino con Bolivia tampoco van para bien. En este país se produjo el 26 de junio un intento de golpe de Estado, que terminó con la detención de los militares y del excomandante del Ejército. Milei, que no ha ocultado sus vínculos con Washington, calificó el golpe de montaje, lo que llevó a La Paz a retirar a su embajador de Buenos Aires.