Sólo el 2% de les jóvenes en Argentina recibe ESI de manera transversal

📚 A 15 años de la sanción de la Ley de Educación Sexual Integral, desde Casa FUSA, Impacto Digital e Iniciativa Spotlight presentaron un relevamiento sobre el acceso de les jóvenes a la ESI en Argentina.

En el marco de la campaña #EsConESI, lanzada el año pasado en medio de la pandemia por Casa FUSA e Impacto Digitial, con el apoyo de la Iniciativa Spotlight, se presentó el informe «Hacia una Educación Sexual Integral, efectiva y no adultocéntrica: Voces, perspectivas y recomendaciones de adolescentes y jóvenes de la Argentina», en el que se reflejan distintos datos respecto del acceso a la ESI en las escuelas de nuestro país. Del relevamiento participaron 400 jóvenes de entre 16 y 24 años de distintas provincias, que fueron encuestades virtualmente, y los resultados fueron presentados esta semana en un encuentro de Zoom que reunió a autoridades de la Iniciativa Spotlight, alianza entre la Unión Europea y la ONU para eliminar la violencia de género, Nayla Procopio, una de las investigadoras y autoras del relevamiento; y un grupo de representantes de la Mesa de Jóvenes #EsConESI. «La evidencia nos muestra que la Educación Sexual Integral es una herramienta clave para prevenir y erradicar la violencia de género, y en ese sentido consideramos que es fundamental que las voces de las, los y les jóvenes sean protagonistas para el fortalecimiento de la ESI», sostuvo Roberto Valent, coordinador residente de Naciones Unidas en Argentina, en la apertura del evento virtual.

«El hashtag #EsConESI es un proyecto desde el que Impacto Digital y FUSA junto a Iniciativa Spotlight se proponen contribuir a la prevención de las violencias de género y la promoción de relaciones saludables y equitativas, a partir del fortalecimiento de la participación de les jóvenes en el diseño e implementación de políticas públicas. #EsConESI nació en el 2020 y acompañó el desarrollo de siete proyectos de jóvenes junto a organismos públicos y la Mesa de Jóvenes, tanto a nivel nacional como en particular las provincias de Salta, Jujuy y Buenos Aires, principales focos de la iniciativa», agregó.

Luego tomó la palabra Tomás Quiroga, activista por los derechos humanos, ex presidente de su centro de estudiantes (2020), ex miembro de la Comisión Estudiantil del Ente Autárquico Permanente de Jujuy (2018-2019) e integrante de la Mesa de Jóvenes del proyecto #EsConESI: «Todo esto comienza en los campamentos nacionales que se realizaban en la presencialidad en el año 2019, donde decenas de pibis de distintos puntos del país podían encontrarse e intercambiar en torno a los derechos sexuales y no reproductivos». «Es a partir de acá que en 2020, un año lleno de incertidumbres en el que vino la pandemia, nace #EsConESI como plataforma virtual, mediante la que se pudo contribuir a la prevención de las violencias basadas en el género, junto al fortalecimiento de la educación sexual integral», explicó el joven jujeño.

Agostina Olivera es una joven militante feminista que inició su recorrido en el centro de estudiantes del colegio porteño Lenguas Vivas, del que fue presidenta en el año 2017, estudia Trabajo Social en la UBA y forma parte, al igual que Quiroga, de la Mesa de Jóvenes de #EsConESI. Complementando la intervención de su compañero, Olivera opinó: «El 2020 fue un año distinto en el que la pandemia -lejos de frenarnos- nos permitió seguir haciendo muchísimos encuentros federales en los que pibis de distintos puntos del país nos pudimos encontrar para intercambiar sobre la ESI. Pudimos capacitar a más de 400 pibes y pibas en diez temáticas distintas, mientras desde la Mesa de Jóvenes estábamos realizando una «Guía de buenas prácticas de participación juvenil», la cual está destinada a organismos públicos, a organizaciones civiles y a organizaciones políticas para invitarles a trabajar, militar y activar con jóvenes, pero sobre todo a no hacerlo desde una perspectiva adultocéntrica, que es esa mirada a la que nos enfrentamos día a día, no solamente en nuestros ámbitos de militancia o de trabajo, sino también en las escuelas e institutos, entre otros espacios».

El relevamiento fue efectuado a través de un formulario digital de carácter anónimo y autoadministrado, del que participaron 400 jóvenes de entre 16 y 24 años de edad, situades en Jujuy, Córdoba, Provincia de Buenos Aires, Salta y Río Negro. El 73 por ciento de las respuestas fueron de mujeres cis, el 53 por ciento tiene entre 16 y 19 años, mientras que el 47 por ciento restante se ubica entre los 20 y los 24 años. Por otro lado, el 32 por ciento dijo sentirse parte del colectivo LGBTIQ+ y 6 de cada 10 jóvenes encuestades indicaron que no pertenecen a ningún colectivo.

Entre los distintos datos que se desprenden del informe elaborado se destacan, por ejemplo, que el 53,9% aseguró haber recibido educación sexual integral en la escuela, pero de manera parcial, y hay un 60,7% que aunque considera que tiene conocimientos sobre la ESI, no consigna haberlos aprendido en una institución educativa. Aquí es donde el internet y el acceso a la información mediante las plataformas digitales y los portales web cobra una mayor centralidad. Pero no se puede desconocer de todos modos, que el acceso a una red de conexión y por ende a la información que el amplio universo del internet ofrece, no es el mismo en todos los puntos del país y que la brecha digital se agranda en zonas rurales. «Sabemos que no hay homogeneidad en el acceso y que muchas veces todo lo que queda ligado a la posibilidad de conexión, al uso de las redes sociales o de googlear y navegar libremente por internet presentan una clara brecha y por ahí en estos contextos de pandemia, de COVID y de mayor necesidad de recursos virtuales, representan obstáculos para algunes jóvenes de nuestro país», le aclaró Nayla Procopio, activista feminista, estudiante de Psicología en la UBA y militante del Colectivo de Juventudes, a El Grito del Sur.

«En ese sentido, es importante que podamos pensar las políticas y los recursos que tenemos que brindar y que tenemos que acercar para que efectivamente todes les chiques puedan acceder a la información, y en esta clave la escuela es un espacio muy potente para acercarse, y que también tiene desarrollados ciertos dispositivos de presencialidad o de contacto más físico, incluso en el marco de la pandemia, que facilita la información, la escucha y que sean les docentes quienes puedan identificar cuando hay una situación de cambio de conducta, una problemática dentro del hogar, una situación de abuso o de violencia», sumó. Y para seguir pensando el alcance y las implicancias de la brecha digital y las dificultades en el acceso a la ESI a lo largo de la historia, Mariana Isasi -oficial de Enlace del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Argentina- comentó: «Haciendo una retrospectiva en mi propia adolescencia, donde no tuvimos ESI, éste no era un concepto que se manejara fuera ni dentro de las escuelas. Y además no había internet, parece increíble, pero no teníamos acceso a internet y crecimos con una gran cantidad de mitos, de estereotipos, que condicionaron fuertemente nuestros vínculos, nuestros cuerpos y nuestras sexualidades».

Es importante destacar, además, que sólo el 2 por ciento de jóvenes y adolescentes declara haber recibido Educación Sexual Integral de manera transversal en la currícula de todas las materias, frente a un 65,49% que dice haberla recibido únicamente por docentes o invitados externos en algunas materias. Sobre este punto, el estudio indagó también sobre las barreras que perciben les jóvenes a la hora de (no) recibir la ESI en sus escuelas y los resultados muestran que más de la mitad (56,42%) se lo atribuye a la nula o poca capacitación docente en el área, seguido por un abordaje de la ESI desde una perspectiva biologicista y heteronormativa (52,64%).

A contramano de la idea que muchas veces intenta instalarse alrededor de la falta de propuestas de les jóvenes y la sobrecrítica (por la falta) de políticas públicas, el informe plasma también las principales demandas, intereses e iniciativas que jóvenes y adolescentes de la Argentina tienen en relación a la educación sexual integral. La construcción de herramientas y acompañamiento en relación a la sexualidad, el género y la identificación de situaciones de violencia constituye la principal demanda de quienes respondieron la encuesta (85,14%). Y pese a que esperan recibir estos contenidos en el marco de la ESI -prevención de la violencia de género (87,15%), mandatos sociales en torno a los roles y estereotipos de género (79,35%), y diversidad sexual (87,15%)-, también manifiestan que esos temas son poco abordados en las escuelas (39,29%, 26,2% y 19,14% respectivamente).

Por último, si bien el 82,2 por ciento expresó no conocer a une referente escolar con quien consultar y en quien confiar para acudir en casos de violencia, la mitad de les adolescentes y jóvenes encuestades (50,63%) afirmaron haber identificado situaciones de violencia en su grupo de amigues a partir de la recepción de los contenidos que se dictan en la ESI. «Sabemos que queda mucho por hacer y el relevamiento muestra justamente todo lo que falta para avanzar y si algo ha cambiado en este último tiempo tiene que ver con el reclamo y el pedido de les jóvenes de tener la posibilidad de acceder a su derecho a la educación sexual integral, a una vida sin violencias, a la interrupción legal del embarazo y a los derechos en general», reflexionó Isasi.

La oficial de Enlace del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Argentina se mostró esperanzada sobre el final de su intervención y aseguró que «estamos atravesando un cambio cultural que es enorme y que se pueda plasmar e incluir en las propuestas, en proyectos de este tipo que implican un cambio a mediano y largo plazo, no es fácil porque tenemos que mostrar resultados inmediatos que muchas veces se nos exigen». «Por eso siempre festejo y resalto que en la Iniciativa Spotlight haya un pilar que está exclusivamente enfocado en lo que se llama la prevención primaria de la violencia, que tiene que ver con modificar aquellas pautas culturales que han permitido históricamente la violencia de género», concluyó.

En una tónica similar, Olivera expresó: «Esperamos que esto no se termine acá. La real implementación de la educación sexual integral es urgente, es fundamental su aplicación en todas nuestras instituciones educativas. Y en ese sentido les jóvenes tenemos propuestas, ideas, experiencias, ganas, y sobre todo queremos ser no solo escuchades, sino que nos dejen también accionar y nos vamos a seguir abriendo camino para ello. De eso se trata #EsConESI y esperamos que sean muchos más los proyectos y les pibis que activen en nuestra sociedad para poder transformar el presente que tenemos y también construir el futuro que soñamos».

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