La medida fue resuelta en el plenario del domingo en el Hotel Bauen y llevada a cabo esta tarde por la CTEP, el Frente por el Trabajo y la Dignidad Milagro Sala, las dos CTA y un amplio marco de organizaciones, sindicatos y dirigentes políticos. Una multitud se dirigió al Ministerio de Trabajo para ponerle un freno a la represión utilizada por el macrismo para silenciar la conflictividad social.
En las últimas semanas se sucedieron varias represiones que sacan a la luz el rol de las fuerzas de seguridad bajo el gobierno de Macri. Luego de lo ocurrido en las puertas del Ministerio de Desarrollo Social, en la madrugada del jueves las y los trabajadores de PepsiCo, que permanecían ocupando la planta de Vicente López desde el 20 de junio en repudio a los 600 despidos injustificados, sufrieron una feroz represión orquestada por la Policía Bonaerense y la Gendarmería. La multinacional, que registró grandes ganancias en el último año, justificó la decisión que dejó en la calle a cientos de familias alegando una presunta crisis. Los trabajadores y trabajadoras denuncian que no cumplieron con los tiempos del proceso preventivo de crisis establecidos por la ley y que, sin ningún reparo, optaron por los despidos. Esa misma tarde la Cámara Nacional del Trabajo ordenó a la empresa reincorporar al total de la planta de empleados por violar las leyes estipuladas en los convenios.
Las y los trabajadores despedidos preparan para el próximo 30 de julio un gran festival en Parque Centenario con bandas invitadas y actividades durante todo el día. El objetivo es visibilizar el conflicto y lograr la reincorporación, pero también poner freno a las posibles medidas que el gobierno quiere aplicar en el futuro: entre ellas, el protocolo antipiquetes que promete más represión y la ley de flexibilización laboral que se asoma como horizonte luego de que se realicen las elecciones legislativas.
