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| Fotos: Rocío Tursi |
«Presidente Macri, ministro Bullrich, convoquen a la paritaria, sino el conflicto va a seguir», reclamó la secretaria general de Ctera, Sonia Alesso, desde el escenario montado a espaldas de la Casa Rosada. Frente a un mar de guardapolvos blancos en marcha que durante la tarde colmó avenida de mayo hasta 9 de julio y las diagonales, Alesso le puso fecha a un nuevo paro, el quinto en lo que va del conflicto: será el jueves 30 de marzo, y coincidirá con la huelga convocada para esa fecha por las CTA de Hugo Yasky y Pablo Micheli.
Caravanas de miles de docentes, enrolados en las banderas de sus sindicatos, comenzaron a marchar ayer hacia la plaza desde Cuyo, Nordeste (NEA) y Noroeste (NOA). En el camino, hubo paradas intermedias y actos en Paraná, Rosario, Mendoza, Santa Fe, Córdoba, La Rioja y Mar del Plata. Los porteños y los bonaerenses marcharon desde esta mañana, y cortaron durante horas los accesos a capital. Las delegaciones del interior llegaron a la plaza por Diagonal Sur. Porteños y bonaerenses igresaron por Avenida de Mayo. Por Diagonal Norte se encuadraron científicos, estudiantes y universitarios. No se veía una marea docentes movilizados de tal magnitud desde las marchas federales de los 90, cuando el reclamo era similar: frenar la descentralización (y el correlativo desfinanciamiento) de la educación pública. «Vienen por la mercantilización de la educación», sintetizó Alesso durante el cierre del acto principal aquello que los carteles y las banderas de los distintos gremios expresaron durante todo el día. «Este Gobierno va por la escuela pública», advirtió en sitnonía el titular de UDA, Sergio Romero.
Pese a semejante demostración de fuerza, el Gobierno redobló la apuesta e insistió en la negativa ante el reclamo. A pocas cuadras de la concentración, y casi en simultáneo al desarrollo del acto central, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, insistió en que “las paritarias docentes deben hacerse con los empleadores directos, que son las provincias”. Fue desde la Cámara de Diputados, donde presentó el informe anual de gestión.
«Este es el momento oportuno para convocar a los docentes», dijo a su turno el titular de Suteba, Roberto Baradel, y remarcó que «el conflicto se agrava si el gobierno no da respuesta». «Estamos dispuestos a resolver el conflicto. Si el problema es el nombre de paritaria nacional, cambiemos el nombre, pero fijen un piso salarial», exigió.
La movilización sumó otro contrapunto entre los docentes y el Gobierno, en un conflicto en el que por ahora ningún sector parece dispuesto a retroceder. Lo dicho por el Presidente ayer («hay inequidad entre el puede acceder a la escuela privada y el que debe caer en la escuela pública») se vio reflejado tanto en los discursos sobre el escenario como en los carteles y los cantos de los movilizados. «Esta marcha es la respuesta al presidente Mauricio Macri por lo que dijo ayer», ironizó Baradel. «Esta clase política tiene un absoluto desprecio por los trabajadores», agregó a su turno Fabién Felman, de CEA. Abajo, entre las miles de pancartas, se leyó: «No caemos en la escuela pública, nos levantamos», y «a la escuela pública no caímos, la elegimos».
«Esta es la plaza del pueblo, de las madres y los 30 mil desaparecidos que hoy hace suya la lucha docente para decirle a Macri basta de ajuste y despidos», sentenció sobre el cierre Pedro Bayugar, dirigente porteño de SADOP. Hubo, además, alusiones al parto del 6 de abril de la CGT, en otra muestra de la articulación entre los protagonistas del creciente conflicto social.
Los docentes dejaron a su paso una Plaza de Mayo que estará todavía tibia para cuando otros miles lleguen para conmemorar un nuevo aniversario del último golpe cívico-militar.
