Pasan las horas y crecen las estadísticas. Son cada vez más las mujeres que sufren en carne propia el recrudecimiento de la violencia machista. Sol Miranda, fue una víctima más del sistema patriarcal enquistado en el seno de la sociedad.
«El pasado jueves 25 de enero, a las doce de la noche aproximadamente, me quisieron secuestrar. Así como ustedes lo leen y yo lo escribo, con esa misma facilidad me intentaron secuestrar», cuenta a través de un post en las redes sociales.
La joven volvía de un cumpleaños. «Mentiría al decir que iba tranquila, porque las mujeres jamás caminamos tranquilas por la calle. Caminamos con incomodidad de que nos miren o nos griten algo desagradable. Caminamos con miedo de que nos toquen, violen, secuestren o maten», lamentó. Pactó con un compañero ir juntos hasta un punto en común, desde donde después ella debía seguir otras siete cuadras. «Las recorrí insegura, atenta y con miedo, mucho miedo» afirmó Sol, quien cumplirá 19 en junio de este año.
Cuando se encontraba a la vuelta de su casa, en Miralla y Horacio Casco, un hombre, de aproximadamente 25 años, bajó de un auto gris y corrió decidido a llevársela. La joven asegura haberse sentido como «una bolsa de basura» por cómo la agarró y la metió en el vehículo. Inmediatamente empezó a gritar, hasta que, luego de apretarle los testículos y forcejear para liberarse, cayó sobre el pavimento. Acto seguido, el auto huyó, «y dentro de él, la mierda más tóxica, mi celular, y mis ganas de seguir adelante». Se levantó y empezó a correr a los gritos hasta que unos vecinos salieron a ayudarla. Le dieron agua, la abrazaron, llamaron a la madre, la policía y el SAME.
Sol, aterrada, lo único que podía decir era: «que se dieran cuenta, la yuta madre, que no es una pollera, ni un boliche, que a las mujeres nos matan, secuestran y violan a cualquier hora, en cualquier lugar».
«Hoy levanto el puño más alto que nunca.
Porque yo puedo contarlo, pero miles de mujeres no.
Hoy soy la voz de muchas, y me siento responsable de hacernos escuchar.
No me sirve que me digan que todo va a estar bien. No me alcanza que me den un beso y un abrazo. No quiero escuchar más que la saqué barata, ya sé que pudo ser peor.
Hoy les pido, les ruego, les exijo, que se sumen a la lucha, que levanten su puño junto a nosotras, que dejen de cuestionar a las víctimas y se pregunten realmente por qué carajo nos secuestran, violan y matan constantemente.
Porque no quiero vivir más en esta sociedad machista, patriarcal, y cómplice de la mierda.
Porque no quiero ni una piba menos.
Porque sin clientes no hay trata.
Por todo esto y más, hoy, levanto la bandera de la lucha feminista«, concluyó la adolescente a través de su cuenta de Facebook.