«Una mujer que tiene cinco pibes, eso es una heroína»

📹 La serie "Las Tareas" (Canal Encuentro), dirigida por Victoria Andino, problematiza en ocho episodios sobre los ejes centrales y desplazados de la temática de los cuidados.

Según un informe de la Dirección de Economía, Igualdad y Género, en Argentina el 15,9% del PBI corresponde al trabajo doméstico y cuidado no remunerado. Si bien la cifra se encuentra por encima de los sectores de comercio e industria, es un dato invisibilizado aunque a la vista de todes y es el primero que expone “Las tareas”, la serie documental de Canal Encuentro que problematiza sobre los ejes centrales y desplazados de la temática de los cuidados: el 91,6% de las mujeres participan en las tareas de cuidado, mientras que el 73,9% de los varones lo hacen y, en términos de tiempo, ellas dedican un promedio de 6 horas diarias a estas actividades, cuando los varones emplean apenas la mitad.

¿Por qué los números son tan distintos? Para una explicación concisa, siguiendo a la escritora feminista Silvia Federici, lo que aceita los engranajes de un sistema capitalista no es más que la posibilidad de reproducción de la fuerza de trabajo, realizada históricamente por las mujeres retraídas al hogar. Es decir, el trabajo productivo es posible a costa de un trabajo no remunerado que implica, como eje principal, el cuidado. 

Cocinar, planchar, lavar, limpiar, colgar, guardar, jugar, acompañar, han sido actividades naturalizadas y atribuidas a las mujeres a través de una construcción histórica y social que se confunde con un esencialismo. Desarticularlo es difícil, en la medida en que sostiene el sistema tal y como lo conocemos, hace girar la rueda. ¿Qué hay detrás del frío número de la estadística? Relatos de personas comunes, desigualdades estructurales, por qué no, la historia de la humanidad. 

Victoria Andino, realizadora audiovisual y directora de “Las tareas”, estaba trabajando en otro proyecto en el que investigaba sobre la domesticidad de la mujer y la figura de Doña Petrona. Al entrar al mundo de la maternidad, se encontró con que su objeto de estudio era ella misma, sus pares, sus relaciones. “Dando la teta junto a Mariu (María Eugenia Lombardi, productora general y ejecutiva de la serie) le compartí la idea y decidimos hacer el documental con casos reales”, dice a El Grito del Sur

En “Las tareas” los personajes no son ficticios: madres, empleadas domésticas, maestras, niñeras, acompañantes (y a veces todas en una) se desenvuelven en la serie dentro de su entorno diario, comparten su relato y proyectan el reflejo de una sociedad. Los castings “eran como desahogos, pero al mismo tiempo eran charlas, un ejercicio de reflexión permanente”, cuenta Andino. 

Sus ocho capítulos se enmarcan en distintas temáticas: el cuidado compartido, las infancias, las amas de casa, las empleadas de casas particulares, la tercera edad, la discapacidad, el derecho y una reflexión final del cuidado como derecho humano. Durante toda la serie, los datos estadísticos atraviesan las escenas de la vida cotidiana: es un vaivén constante entre lo macro y lo micro, un planteo dinámico de la economista y guionista del documental, Florencia Tundis.

“Somos un montón”, era lo que le decían las protagonistas a Andino al ver el montaje. “La serie era un proceso reflexivo en sí mismo, y desde el posterior fue darte cuenta que no estás sola, que no sos la única que está viviendo todo eso”, comenta la directora.

¿Cómo una mujer puede sentirse sola si al 50% de la población le está pasando exactamente lo mismo que a ella? La retracción -o más bien el encierro- a la esfera privada aisló a las mujeres, quienes, a diferencia de los varones, no tuvieron un lugar de encuentro común como la fábrica, donde poner en discusión sus demandas e intereses, y ni hablar de organizarse para hacer oír un reclamo. 

“El capitalismo nos educó para que resolvamos nuestros problemas hacia adentro y en una posición individual. Entonces la comunidad aparece como algo desdibujado. Esa comunidad en todo caso es la abuela, es una amiga copada que te salva. Pero es limitada: la comunidad no son los amigos de los padres, no puede ser tu vecino. Así dejamos de pensarnos mancomunadamente, pero si el plan es seguir siendo sociedad, ¿en qué momento se perdieron esos lazos comunales?”, problematiza Andino.

Entre los interrogantes que plantea el documental también se trabajan salidas, posibilidades, una suerte de respuestas. En primer lugar, se problematiza la legislación, analizando el proyecto de ley “Cuidar en Igualdad”. “Donde aparece una ley, aparece la cristalización de una problemática. Con las leyes empiezan a haber valorizaciones y se le ponen palabras a las cosas. Pero en este caso es tan complejo: es una práctica tan ancestral, tan calada, que por más leyes que haya eso no va a cambiar la práctica. Es un proceso donde ambas deben ir en conjunto”, explica la documentalista. 

En esta línea, la serie pone el foco en las organizaciones sociales como actor de cambio. En la búsqueda por construir comunidades en un contexto de emergencia, este sector intenta organizar y resolver demandas inmediatas, ya sea a través de comedores o espacios comunitarios de cuidado. 

“Las organizaciones sociales tienen algo de pensar tutelarse a sí mismas, cosa que nosotros, en el marco de las ciudades, hay cosas que solemos delegar en otros, y no podemos pensarnos a nosotros mismos”, reflexiona Andino, y además contrasta: “en otros territorios eso sí sucede. Dentro de una comunidad originaria, la organización social de cuidado ya tiene eso impregnado y materializado”. 

Andino reconoce que hay una idea en torno al cuidado que la sorprende y la atraviesa pre y post producción: la capacidad de resiliencia al ser humano. 

“Se habla poco de la disponibilidad, no solo física (para hacer la comida, llevar otro a upa o llevarlo al médico), sino mental de estar bien para estar con otro. Es algo muy grande. Sostener, estar ahí con una persona. Eso es construir sociedad. No es solamente dar de comer, es dar conocimiento, valores, interés, ánimo. Cuando uno empieza a pensar, es increíble que la humanidad siga rolando y que no podamos ver el valor de eso. Para mí, San Martín no es un héroe, para mí una mujer que tuvo cinco pibes, eso es una heroína”. 

Compartí

Comentarios