«Lo más feminista que puede hacer una marca es que sus trabajadores estén en buenas condiciones»

👸🏼 El Grito del Sur habló con Lucía Levy, periodista especializada en moda y creadora del medio nativo digital La Curva de la Moda. Feminismo, ecologismo y conciencia de clase en un mundo de la moda cada vez más consumista.

“¿Qué historias se ocultan en nuestros armarios?”, se pregunta Lucía Levy en la presentación de su podcast Modapedia. Ella es periodista de moda y hace diez años trabaja analizando el rol sociocultural de las nuevas tendencias. En La Curva de la Moda, el medio nativo digital que ha fundado junto con su equipo -formado por Ana Julia Pesaresi, Marianela Fabi y Ayelén Bosio-, difunde contenidos de la cultura pop con perspectiva crítica, feminista y ambiental. 

El proyecto ya reúne 120 mil seguidores en Instagram, a quienes invita a reflexionar sobre por qué vestirnos es una respuesta política. Su contenido varía según los diversos formatos: videos a cámara dónde Lucía se muestra decontracturada, placas de texto con leyendas en mayúsculas y diseños con colores fluorescentes que se alternan entre sí. 

“¿Qué nos dice la moda sobre la sexualidad y el poder?”, inquiere Levy. Lucía encara temas álgidos: analiza las propuestas de otros influencers, deconstruye el mandato de la delgadez, diseña campañas advirtiendo sobre las consecuencias de los modelos de belleza hegemónica, va al BAFWeek y ofrece una masterclasses difundiendo su trabajo como le hubiera gustado que se lo expliquen a ella hace 10 años. 

Desde tips para encontrar la campera de cuero perfecta hasta la pregunta sobre por qué las argentinas quieren ser rubias, todo vale a la hora de indagar un poco más en el detrás de escena de las pasarelas. “La moda, ¿manifiesta la personalidad o la construye?; ¿Es tan frívola como dicen?”, continúa Modapedia. 

Foto: Robusta

Se trata de rascar la superficie brillosa para analizarlo todo desde otro prisma. La intención es desarmar el estereotipo de la indumentaria como algo banal, snob o elitista. La curva de la moda genera un espacio híbrido, pionero en su especie y entre los medios de habla hispana, que pone el foco tras lo que sucede detrás de los reflectores y sobre las pasarelas para pensar cómo una remera puede cambiar el mundo. 

¿Cómo surge La Curva de la Moda?

La Curva de la Moda nace en 2019 cuando me di cuenta que no había revistas de moda que trabajaran desde una perspectiva social y de género en habla hispana. Yo ya había trabajado como periodista en distintos medios de comunicación, hice TV en vivo, estuve en un diario digital y trabajé para una revista de moda y lifestyle. Este bagaje me permitió estar empapada de los temas que se venían hablando. Noté la falta y creé el tipo de medio que me hubiera gustado leer.

¿Cómo te formaste en perspectiva de género?

La perspectiva de género es un modo de ver el mundo, así que en algún punto fue muy intuitivo. Yo ya venía de formándome de manera autodidacta, aprendiendo y leyendo estudios de género. Después realicé una diplomatura en Comunicación, Derechos Humanos, Género y Diversidad en la asociación “Comunicación para la Igualdad”, pero eso fue para darle un marco teórico a los conocimientos que ya tenía.

¿Cómo pensas tus contenidos?

Los contenidos siempre los pensamos con mi equipo a través de un filtro propio. Es decir, en principio nos preguntamos si nosotras gastaríamos más de dos minutos en leerlo, si la respuesta es “sí”, avanzamos. Lo que nos interesa es que la persona a la que estás interpelando le pase algo por dentro, que la información le sirva para tomar decisiones más libres. Queremos aportar a que las personas sean más críticas en sus consumos para que no se sientan obligadas a adecuarse a ciertos patrones de belleza.

¿Cuál es la importancia de tener perspectiva de clase a la hora de pensar la moda? 

La perspectiva de clase es fundamental, ya que no todos tienen el privilegio de elegir cómo vestirse. Que el simple acto de ponerse la ropa esté atravesado por la condición económica o el tamaño de tu cuerpo, de alguna manera coarta la libertad de ser 100% auténtica. 

La moda y la indumentaria nos atraviesa a todos en algún punto. Sin embargo, se considera un tema snob, sectario o elitista. ¿Por qué crees que sucede esto?

El sistema de la moda está intrínsecamente relacionado con la prensa de moda. La prensa de moda durante todo el siglo XX tuvo una mirada aspiracional porque era la manera en la que se entendía en ese momento. Más o menos hasta 1950, la expresión más fuerte de la moda era la alta costura, que está apuntada al sector más rico de la sociedad. Luego llegaron algunos sociólogos que comienzan a entender a la moda bajo otro punto de vista y se abre una conversación más profunda e interesante. Al día de hoy, quedan resabios de esta mirada elitista. Además, hay marcas que como estrategia de comunicación apuntan a ser excluyentes y dejar por fuera un montón de personas.

Actualmente, en Argentina hay una ley de Talles pero todavía no se terminó de aplicar en la práctica. ¿Qué pasa con la legislación de la moda? ¿Creés que debería haber más medidas como ésta?

Lo que existe hoy en relación a la ley de Talles son muchas normas provinciales muy distintas entre sí. La ley del sistema único normalizado de identificación de talles de indumentaria (SUNITI) no creo que salga y menos bajo este gobierno que no considera como prioridad democratizar el acceso a la indumentaria. Creo que se debería legislar más la moda, tanto en los talles como en las condiciones de producción de la ropa que usamos. Igual que el mercado no se regula solo, las marcas tampoco van a ampliar su curva de talles de motu propio. Las marcas no son las justicieras, solo quieren ganar plata.

Foto: Robusta

Respecto a las condiciones de trabajo, ¿qué pasa con la explotación de las personas que se dedican a la industria textil?

Yo no conozco de primera mano ningún taller clandestino, pero supongo que con el aumento de la pobreza también hubo un crecimiento en ese sentido. Considero que hay muchos entramados de poder detrás del tema que hacen difícil que este circuito se desarme, porque no les conviene a las personas que tienen dinero. Por ejemplo, hay muchas denuncias en contra de la marca de Juliana Awada y no creo que nunca llegue a pasar nada con ella por el lugar que ocupa.

¿Cómo se vinculan el feminismo y la moda? ¿Se puede evitar caer en el pinkwashing?

La moda siempre toma los reclamos de los movimientos sociales y los vacía de contenido. Lo más feminista que puede hacer hoy una marca es asegurarse que sus trabajadores estén en buenas condiciones. Que el feminismo no venga tanto de la prenda sino desde lo interno. Creo que se trata de un mensaje no tan marketinero ni literal como estampar una remera blanca que diga “todos deberíamos ser feministas”, pero que es más coherente con lo que está diciendo. En general la moda fagocita las expresiones auténticas, toma sus símbolos, los mastica y los escupe. Así funciona el capitalismo en donde estamos insertos. El mercado necesita siempre data nueva para generar una necesidad. 

En la industria de la moda hay un uso desmedido de los recursos naturales. ¿Cómo la podemos pensar a partir de una perspectiva que incluya el ecologismo?

La moda es una de las industrias más contaminantes para el planeta, se extraen recursos naturales todo el tiempo de los países más pobres. El daño que le hace el consumo constantemente al planeta es radical. Para terminar con esto es necesario que le comencemos a exigir a las marcas que la trazabilidad de la prenda sea más transparente, que yo sepa cuánto algodón se necesitó para hacer una remera o cuánto tiempo tarda en degradarse un pantalón. Si dejás la información a mano, tal vez lo piense dos veces a la hora de comprar una prenda. Es una estrategia que la información esté oculta: si hubiese una voluntad de que el consumo sea consciente, estaría grande en la etiqueta. 

¿Creés que hay un consumo más consciente a través del auge de las tiendas de segunda mano o las ferias americanas? 

Me encantaría decirte que sí, que el auge de las tiendas vintage y de segunda mano vienen a recircular la ropa, pero no creo que sea así. Hace poco hice un video sobre las chicas jóvenes que venden su ropa y accesorios por Tik Tok para consumir prendas nuevas con ese dinero. Hay que tener cuidado con que el uso de prendas usadas no traiga por detrás un círculo vicioso de consumo, porque el centro del problema sigue estando allí, en la idea de que para ser feliz hay que tener algo nuevo constantemente. Lo que hay que entender es que no necesitamos consumir todo el tiempo, que podemos estar quietas, en reposo, no estar comprando. 

Por último, ¿cómo fue hacer el podcast?

El podcast era un proyecto que queríamos realizar desde hace mucho tiempo, pero no encontrábamos un sponsor que esté alineado a nuestra visión. La idea era contar la historia de las prendas que usamos todos los días para que el oyente entienda que la moda es política. El corazón del podcast es ese. Todos los episodios, que salen cada martes, tienen como columna vertebral la crítica social y la política. En Argentina no había un trabajo de moda de este tipo por lo cual queríamos jerarquizarlo, entendiendo que puede ser material de consulta para escuelas, universidades e instituciones. Se trata de democratizar la información de moda porque sino, como decíamos antes, el acceso sigue estando reservado para una elite. Hay una noción de que por nacer en un barrio popular no tenés derecho a saber sobre moda. El desafío era hablar sobre indumentaria sin el apoyo visual y a pesar de eso logramos que sea visual porque te vas imaginando las escenas. 

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Dalia Cybel

Historiadora del arte y periodista feminista. Fanática de los libros y la siesta. En Instagram es @orquidiarios