En tiempos complejos, el arte emerge como trinchera de resistencia. Así lo entienden desde la Escuela Popular de Arte, un espacio en la Ciudad de Buenos Aires que busca poner en valor la cultura popular y sumar un aporte a la organización barrial y comunitaria.
Y frente al discurso individualista y del sálvese quien pueda, entienden que todo lo que crece, crece en red. Por eso, desde la EPA impulsan también la coordinación de diferentes espacios cooperativos y culturales a nivel federal. La propuesta consiste en encontrar sintonías comunes para trabajar de manera conjunta entre iniciativas diversas pero con una mirada similar.
Para conocer la experiencia y el acumulado, desde El Grito del Sur nos comunicamos con Martin Flax, presidente de La Quince Cooperativa Cultural y referente de la Federación de Cultura Popular, un espacio que nuclea iniciativas de todo el país.
¿Qué es EPA y cómo nace?
La Escuela Popular de Arte (EPA) es un espacio de participación cultural donde se dictan talleres de diversas disciplinas artísticas y en el que se realizan producciones protagonizadas por las mismas personas que asisten a las instancias de formación. Es una de las áreas de trabajo de La Quince Cooperativa Cultural, un centro cultural que se encuentra en Corrientes 5426, en el barrio de Villa Crespo, desde 2014.
¿Cómo nació la iniciativa?
En 2017, un colectivo de trabajadores y trabajadoras de la cultura comenzamos a dar clases en el espacio. En principio, cada taller era autónomo y no existía mucha articulación entre las diferentes instancias. Con el tiempo, fuimos construyendo consensos en las formas organizativas, en los contenidos y objetivos. Hoy contamos con sectores administrativos unificados, programas integrados en algunas áreas, producciones, espacios de participación y discusión donde vamos moldeando el futuro de la escuela en forma colectiva.
¿Cuál es el aporte del cooperativismo a la cultura popular?
En los últimos dos años se duplicó la cantidad de cooperativas culturales y la mayor parte de estas nuevas entidades forman parte del sector independiente de la cultura popular, por lo que podríamos decir que el cooperativismo se está constituyendo como la principal herramienta de formalización del sector. Entendemos que de esta manera se fortalece una lógica solidaria y popular para la organización del trabajo y al mismo tiempo garantiza que los procesos creativos, semillas de la identidad cultural, no queden subordinados únicamente al capital concentrado de las grandes industrias.
¿Qué es la ruta cooperativa y cual es su objetivo?
Desde la Federación de Cooperativas de Trabajo «Cultura Popular» lanzamos el Festival itinerante Ruta Cultural Cooperativa, un ciclo de eventos artísticos a realizarse durante los meses de octubre, noviembre y diciembre del 2023 en diversos espacios culturales cooperativos del país. Esta iniciativa busca divulgar, promover y fortalecer una propuesta solidaria, popular y diversa para la organización del trabajo y la construcción de la identidad cultural. A la vez, busca multiplicar el arte popular y contribuir con el proceso de organización del sector.
¿Qué políticas públicas necesita el sector de la cultura popular en nuestro país?
Desde la Federación Cultura Popular creemos que deberían existir políticas más activas y dotadas de mayores recursos que dinamicen el sector cooperativo cultural y otras formas organizativas del arte popular autogestivo. Sostenemos que el Estado debe garantizar la diversidad en la construcción de la identidad cultural y no alimentar la concentración con políticas públicas que fomentan la gran industria de bienes y servicios culturales, que no expresan más que los intereses de pequeños grupos empresarios.
