«Medias de unicornio», retrato de un duelo

📚 La ópera prima de Yaiza Conti Ferreyra es una novela autobiográfica que recorre el embarazo y la muerte de su primer hijo por una malformación congénita. La autora cuenta cómo la escritura la ayudó a sanar.

¿En qué momento se empieza a ser madre? ¿Se deja de ser hija una vez que una mujer se convierte en madre? ¿Se es madre aún cuando se perdió a un hijo? Esas y otras preguntas se hace Yaiza Conti Ferreyra a lo largo de Medias de unicornio (Hasta Trilce), una novela autobiográfica que relata su primer embarazo y el duelo por la muerte de su primer hijo, Nehuén, tres semanas después del parto por una malformación congénita.

“Cuando pasa lo peor estábamos los dos, mi pareja y yo, partidos al medio del dolor. Yo seguía de licencia y no podía pensar en otro tema y siempre usé la escritura como vía de escape, como algo sanador, así que cuando iba a algún lugar siempre estaba con una libretita, anotaba cosas, frases sueltas, listas de preguntas, de culpas, de qué hubiera pasado si…, de miedos. Todo eso se lo leía a mi pareja, era una forma de hablar del tema, de que no fuera tabú. Y un día, cuando ya tenía mucho material, él me dijo ‘¿por qué no hacés algo con esto? Podés ayudar a otras parejas que estén pasando por una situación similar’”, cuenta Yaiza.

En 2018, cuando tenía veinte semanas de embarazo, a Yaiza y a su pareja les dijeron que la posibilidad de sobrevida de su bebé era del 50 por ciento. “Nos dieron un porcentaje alto y nos aferramos a esa esperanza y decidimos seguir adelante con el embarazo. Si me hubieran dado un 5 por ciento o si hubiera sabido que el desenlace iba a ser este, hubiera decidido otra cosa -reflexiona la autora-. Hay gente que me dice ‘le diste la posibilidad de ser persona o llegar a conocerlo’. Pero el tener ese vínculo mínimo de tres semanas hizo que el dolor fuera mucho más grande”.

El dolor atraviesa Medias de unicornio, con su protagonista llorando en las calles de Once, con las charlas con su madre, con el primer regalo que recibe para ese hijo que espera y que no sabe si va a vivir. La novela ficcionaliza la experiencia de Yaiza, va al pasado, a ese embarazo, con una narración en tercera persona para distanciarse de los hechos y vuelve al presente, al duelo, con una protagonista que hace listas, que tiene un alumno que le dice sin vueltas: “Ojalá no se te muera ningún otro hijo”.

“El proceso de embarazo fue muy duro. Si hacíamos el cuarto, las cosas que normalmente se hacen para esperar al bebé, iba a ser durísimo entrar a ese cuarto. No sabíamos bien qué hacer, pero a medida que la panza fue creciendo, nos contagiamos de optimismo. Ya que habíamos tomado la decisión, algo teníamos que preparar por si salía bien -recuerda Yaiza-. Un mes antes del parto nos mudamos a Pilar, para estar más cerca del hospital de referencia en el tema y me llevé cosas para hacer, cuadritos para pintar. Pero cuando pasó lo peor y volvimos a casa era muy duro ver el cuarto vacío. Lo dejábamos cerrado, pero la puerta se veía de todas partes, teníamos que pasar por ahí para ir a nuestra habitación. Recién cuando estuvimos mejor pudimos abrirlo”.

Presentación en la Feria del Libro de 2022 junto a Natalia Zito Violeta Gorodisher, Carolina Justo, Graciela Reid y Nancy Gil.

Yaiza logra transformar el dolor en su ópera prima y hacer lo que su pareja le propuso: ayudar a otres que pasan por la misma pérdida, la que no tiene nombre. “Por redes recibo mensajes, sobre todo de mujeres, que pasaron por situaciones similares y me dicen que les sirve para sentirse menos solas, para sentirse acompañadas y para escuchar otra mirada”, dice.

Medias de unicornio tuvo también su final feliz: se presentó en la última Feria del Libro en el panel “Feminismos y maternidad”, del que participaron Violeta Gorodisher, Carolina Justo, Graciela Reid, Nancy Gil y Natalia Zito, a quien Yaiza describe como su musa.

¿En qué momento se empieza a ser madre? Yaiza todavía no lo sabe, pero hoy, que tiene en brazos a Manuel, de un año y diez meses, “soy madre cada día un poco más”. “Es muy distinto el embarazo a cuando tenés a un ser humano afuera tuyo que depende de vos para sobrevivir, es otro individuo con su vida, con su personalidad, sus ganas, sus no ganas. Me sentí madre cuando nació y de ahí fuimos construyendo un vínculo, nos vamos conociendo día a día”.

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.