«En nombre de la libertad de expresión, no se puede vulnerar derechos de los más débiles»

La flamante Defensora del Público habló con El Grito del Sur sobre fake news, empoderamiento de audiencias y la posibilidad de pensar mecanismos de defensa del consumo en redes sociales y plataformas. "La visibilización de la Defensoría hace que la gente confíe en este organismo, que no apunta a sancionar ni silenciar", asegura Lewin.

Viviana Canosa toma cloro de una botella. Diego Leuco festeja en vivo (¿el rating?) mientras anuncia el récord de muertes en nuestro país. Un fiscal maltrata en vivo a la periodista que lo entrevistaba. El rol de los medios de comunicación vuelve a estar en tela de juicio al calor de la pandemia y renace la pregunta: ¿quién defiende a las audiencias? Para charlar sobre el tema contactamos a la persona indicada: Miriam Lewin, periodista y flamante Defensora del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual. La designación de Lewin viene a traer oxígeno al organismo que enfrentó en los últimos años un proceso de vaciamiento, luego de que terminara el mandato de Cynthia Ottaviano. Al calor de la intervención del macrista Emilio Alonso, se había acrecentado la inmovilización de la Defensoría y el freno a varios de sus proyectos e iniciativas.

¿Por qué creés que hubo una ofensiva de ciertos sectores mediáticos contra tu designación?

En cierto sector del periodismo existe una mala información sobre el rol de la Defensoría del Público. Ésta no tiene potestad sancionatoria, aunque quisiéramos, y no está en nuestro ánimo porque mi viejo me educó al calor de un dicho que siempre me repetía: «no estoy de acuerdo con lo que usted dice pero daría mi vida por su libertad de decirlo». Estoy convencida de que la libertad de expresión es un valor muy fuerte para nuestra democracia. Pero, en nombre de la libertad de expresión, no se puede vulnerar derechos de los colectivos más débiles, de los que no tienen acceso para defenderse en la pantalla o el micrófono.  Desde la Defensoría solo podemos acercar posiciones, tender puentes, sentarnos alrededor de una mesa con aquellos vulnerados y quienes llevaron a cabo esa vulneración de derechos para alcanzar un acuerdo, una reparación, cerrar heridas.

Esta semana una conductora de televisión tomó cloro en vivo, una práctica rechazada por sanitaristas, biólogos y trabajadores de la salud. En estos casos, ¿no hace falta una potestad regulatoria o sancionatoria de la Defensoría del Público?

Hay otros organismos que tienen una potestad sancionatoria como el ENACOM, que si quisiera podría llegar hasta el extremo de retirarle a un licenciatario la adjudicación de la frecuencia. Porque recordemos que el espectro radioeléctrico no es privado: nos pertenece a todos, le pertenece al Estado, ya sea de un medio público o privado. Y hay determinadas regulaciones que un licenciatario tiene que cumplir. En este caso, nosotros emitimos recomendaciones de cómo comunicar con responsabilidad en pandemia, porque en este contexto son especialmente peligrosos los mensajes que se pueden dar sobre curas milagrosas o sustancias que inmunizarían. Por eso recomendamos hablar con la Sociedad de Infectología o gente con conocimiento del tema, porque sino se pueden transmitir mensajes contradictorios.

¿Qué ocurre en este marco con las fake news?

Las fake news que apuntan a nuestra emocionalidad son noticias que nosotros esperábamos escuchar y que inmediatamente les damos like o reenviamos y compartimos sin medir el efecto perjudicial que una información falsa puede generar. Desde la Defensoría apuntamos a concientizar sobre el cuidado de las noticias falsas, porque en este contexto pueden hacen un daño a la salud e incluso costar vidas.

¿Qué sucede con situaciones de violencia machista como las que se vieron esta semana con la periodista Lucila Trujillo en el canal C5N?

El caso lo vimos y lo está analizando el grupo de abogados de la Defensoría. Yo, como periodista, te puedo decir que acabamos de realizar una serie de encuentros sobre «Violencia Política por razones de género contra las mujeres». Y lo que sucedió con Luli Trujillo es claramente violencia política: el fiscal le dijo «querida» y «no te hagas la torita». Como ella le dijo «no soy una nena, soy una periodista conduciendo un noticiero», cuando las mujeres intentan que su palabra sea escuchada, cuando ingresan a escenarios que tradicionalmente les fueron vedados, ya sea en política o en economía, les dicen ignorantes, brujas, gordas, borrachas. Son discursos que apuntan a disciplinarnos, a instituirnos en los roles tradicionales: encerradas entre las cuatro paredes de nuestras casas para ser madres o esposas sumisas y calladas. Que no desafiemos el poder masculino.

¿Qué políticas se pueden abordar para evitar estas expresiones de odio o violencia en los medios?

Cuando a Cristina Kirchner le dicen que es un cáncer, ella tiene elementos para defenderse, es la vicepresidenta de la Nación. Ahora, ¿qué pasa cuando una mujer en un comedor de La Matanza piensa en postularse a concejala? ¿O cuando la integrante de una cooperadora escolar piensa trabajar en política? Esos discursos la disuaden, la aterrorizan. A las mujeres en política se les pregunta: ¿cómo vas a compatibilizar tu militancia con el cuidado de tu familia? A un varón jamás se le dice eso. Hay estereotipos muy difíciles de quebrar y no tiene que ver solo con las mujeres de partidos progresistas: también lo sufren las mujeres de Cambiemos o del PRO. Se meten con los consumos problemáticos de Patricia Bullrich o con la discapacidad de Gabriela Michetti, con los presuntos amantes de la exgobernadora María Eugenia Vidal.

El desafío de reconstruir desde el Estado

¿Cuáles son los mecanismos posibles para empoderar a las audiencias?

Nosotros apostamos a audiencias críticas y activas. Hoy en día, las audiencias tienen la capacidad de producir contenido hasta con un celular. Nosotros vamos a proveer, desde la Defensoría, con capacitaciones para que todos podamos producir contenidos de calidad y con responsabilidad. Estamos en contacto con radios de pueblos originarias, comunitarias, escolares, universitarias y las estamos acompañando incluso desde su nacimiento para conseguir autorización para funcionar. La Defensoría tiene que construirse en una herramienta de la que se apropien las audiencias para consultar y reclamar. Cualquier persona que se sienta o sea testigo de una vulneración de derechos puede hacer un reclamo en la Defensoría del Público. Desde que asumimos, las denuncias han crecido: la visibilización de la Defensoría hace que la gente confíe en este organismo, que no apunta a sancionar ni silenciar.

¿Qué pasa con las audiencias en redes sociales? ¿Hay alguna previsión de intervenir desde la Defensoría en este ámbito?

Nosotros como Defensoría no tenemos competencia y esto «nos corta las piernas». Hay toda una generación de nativos digitales que no consumen radio y televisión en su lenguaje tradicional. Mi sobrina no tiene ni idea qué es un canal de aire. Hay una orfandad de los consumidores de medios digitales y en las provincias la influencia de los portales digitales es algo que supera a los medios analógicos. Nosotros y otros especialistas señalamos que, principalmente, en el tema niñez y adolescencia hay una enorme orfandad en ese ámbito. Hay contenidos que están consumiendo las nuevas generaciones y la pregunta es la del Chapulín Colorado: ¿ahora quién podrá ayudarnos?

 

Para realizar denuncias y reclamos: https://defensadelpublico.gob.ar/

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El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.