Planificación de excepción en Vicente López: 500 excepciones en 11 años

El grave problema de “falta de transparencia” que los vecinos de Vicente López percibimos existe detrás de las excepciones y dudosas interpretaciones al Código de Ordenamiento Urbano (COU) promovidas por el Intendente Jorge Macri y sustentadas en la mayoría automática que tiene Juntos por el Cambio en el Honorable Concejo Deliberante para generar Ordenanzas que las avalan.

En su estrategia electoral de 2011, Jorge Macri tomó los reclamos vecinales ante el anterior intendente y sustentó su campaña política proclamando que “las excepciones son corruptas e Injustas” y que se acabarían si él llegaba a ganar. Sus promesas no se cumplieron: en sus años de gobierno se han votado más de 500, tornándose una práctica sistemática. Las últimas fueron tratadas en diciembre de 2020, cuando pensábamos que el dolor producido por la pandemia generaría un cambio de actitud de los gobernantes, los volvería más responsables y comprometidos en favorecer una buena calidad de vida en los ciudadanos y se harían un replanteo frente al colapso de la vida urbana.

Pero las excepciones continuaron. Fue así como el 17 de diciembre de 2020, en el Partido de Vicente López, en plena época de DISPO, a escondidas, y sin consultar con los vecinos, contradiciendo el derecho a la información pública, derecho protegido por leyes nacionales e internacionales, se produjo el siguiente hecho.

Esta vez se trató de una excepción efectuada en la zona residencial R1 de Olivos, en la cual, a pedido de la Asociación Civil Educativa Escocesa San Andrés (ACEESA), ubicada en Nogoyá 500/50/60 y Rosales 2805/13, se efectuaría una “urbanización especial” solicitada por ese titular y también por el “proyectista”. Se trata de un desarrollo concertado, como reza la Ordenanza votada entre el Municipio y el Colegio San Andrés.

Esa “urbanización especial” permitirá construir –donde no se puede, por ser zonificación R1 – tres torres de 17 pisos, un centro comercial con locales y un polo gastronómico en el campo de deportes del mencionado colegio, tradicional en la zona desde hace 75 años que, además, está declarado Monumento Histórico Ambiental, desde el año 2002.

Y no satisfechos con el desastre ambiental que producirá este mega emprendimiento, han planificado un paso a nivel con salida a Av. Libertador (en su zona más angosta) para permitir el paso de los numerosos habitantes y sus vehículos que vendrán a vivir a “este barrio dentro de otro barrio”.

Según se lee en la ordenanza N° 37.059, votada en las sombras, la ACEESA y el proyectista efectuaron tal pedido apelando al razonamiento de una “lógica urbana”. Resulta que ahora son los propietarios y los “desarrolladores” quienes van pautando las características urbanas. Dicen que esa zona ya constituye un “tejido altamente distorsionado”. El hecho de que en el pasado lo hayan “distorsionado”, con emprendimientos inmobiliarios por excepciones al COU, no da licencia para seguir colapsando el lugar y dañando más aún la calidad de vida medioambiental de sus vecinos. Hace años que se padecen la deficiente calidad de los servicios esenciales, luz, gas, agua, internet, además de las saturaciones cloacales en la zona de Av. Libertador, a la altura del Puerto de Olivos. El daño ambiental que se producirá, admitido por las Secretarías de Planeamiento urbano y de Tránsito del Municipio, abarcará un radio de 10 manzanas a la redonda, en una zona ya colapsada.

Para lograr la aprobación de esta Ordenanza el Colegio cedió por 25 años a la Municipalidad el edificio ubicado en Roque Sáenz Peña y Rawson, que corresponde al nivel secundario y consta de dos plantas, con 12 aulas, para que el Municipio instale allí alguna actividad y se haría cargo de la construcción del paso a nivel, que destruirá árboles, el trazado de calles con casas unipersonales y disminuirá el valor de las propiedades existentes.

Recordemos que la zona en cuestión, que se encuentra adyacente a las vías del Ferrocarril Mitre y del Tren de la Costa, conocida como “la Isla” es como un islote de siete cuadras, con dos cul de sac (calles sin salida), con altos edificios en medio de una zona residencial, que padece desde hace ya unos años el colapso de cloacas, de energía eléctrica, de gas, de tránsito y estacionamiento y de alta contaminación visual.

Los vecinos de la zona se sienten estafados. Por una parte, por la actitud del Colegio San Andrés, asociación sin fines de lucro, a la que califican como “una traición al barrio”. Este “prestigioso” Colegio, tradicional en la zona, estuvo emplazado allí desde la década de 1940 y nos tenía acostumbrados a las palabras de sus egresados, hablando de los “valores” aprendidos en esa escuela.

Y, por otra parte, por el actual Intendente de Vicente López, Jorge Macri, quien, en su campaña electoral de 2011, dijo a quién lo quisiera escuchar refiriéndose a las excepciones al COU, que “las excepciones son corruptas e injustas” y que en su administración iban a cesar porque se iba a “consultar siempre a los vecinos”.

No obstante, en estas dos intendencias del Sr. Jorge Macri, nunca se consultó a los vecinos, contradiciendo su derecho, y las excepciones ya crecieron en número de 500 (2011 a la fecha). Cuando se cuestionan las decisiones del Intendente, éste dice que la “gente” lo votó. Es cierto, un número importante (casi 60%) lo hizo, pero eso no le da licencia social para destruir nuestra calidad de vida.

Rápidamente, los vecinos de la zona, auto convocados, formamos una agrupación vecinal llamada “Vecinos de la Isla de Olivos”, para emprender acciones que detengan este atropello.

La labor que hemos desarrollado hasta la fecha ha sido pródiga en acciones. Desde el año 2012, cuando algunos vecinos de la zona se enteraron de que el Colegio San Andrés se encontraba construyendo su nueva sede en el Partido de San Fernando comenzaron a enviar notas al Municipio solicitando informes y recordando que dicho espacio era de zonificación R1, donde no se puede construir en altura. Luego se dirigieron los reclamos al Honorable Concejo Deliberante y a la Defensoría del Pueblo. Las pocas respuestas recibidas eran del tipo “hasta ahora no hemos recibido ningún proyecto del Colegio San Andrés”, pero NUNCA se nos dijo ni se nos dio la seguridad de que lo que sospechábamos no se iba a concretar. Con este panorama llegamos hasta a fines del año 2019, cuando se presentó en nuestro país la pandemia de Covid 19. Y así, a fines de 2020, en el mayor de los misterios y sin consultar a la comunidad se aprobó la Ordenanza que permite esta construcción insensata.

La agrupación vecina VIO (Vecinos de la Isla de Olivos) comenzó a actuar, recabando 2.500 firmas de vecinos de la zona de Olivos, en mesas dispuestas en zonas estratégicas de nuestro barrio, hemos cubierto toda la parte administrativa de las instituciones del Partido, enviado notas a la Delegación Municipal, al HCD y a la Defensoría del Pueblo, pidiendo vista del expediente de obra, estudios de impacto ambiental previos a la construcción, solicitando entrevistas con el Intendente y los Concejales, pidiendo una Audiencia Pública Virtual que fue negada, realizando dos caravanas de autos frente al Honorable Concejo Deliberante y la Delegación Municipal , difundiendo novedades en nuestras redes sociales, dando entrevistas con medios gráficos y radiales zonales , sin respuestas satisfactorias y sin ser escuchados por las Autoridades municipales.

Nuestros barrios están sufriendo un crecimiento urbano caótico y dañino que no surge de la necesidad de la ciudadanía (su población no crece según censo 2010 y padrón electoral), sino del afán de enriquecimiento sin límites de especuladores inmobiliarios que cuentan con la complicidad de los funcionarios de turno, en una incesante política de extractivismo urbano que no se soporta más, dado el daño realizado y por realizar a nuestro medio ambiente.

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