A tono con los 40 grados de temperatura del enero porteño, el debate por el rol del Poder Judicial vuelve a calentarse. Mientras la propuesta de reforma presentada por el presidente Alberto Fernández aguarda su debate parlamentario, la discusión social avanza al tempo de la movilización: es que un grupo de organizaciones convoca a marchar a la Corte Suprema de Justicia el próximo 1º de febrero bajo la consigna «Basta de injusticia y lawfare». El Grito del Sur dialogó con el diputado nacional Eduardo Valdés, una voz legitimada para analizar el espionaje macrista, la persecución a dirigentes políticos y las deudas del Poder Judicial en nuestro país.
¿Cómo ves la marcha del próximo 1º de febrero?
Yo creo que se está acumulando un estado muy crítico del Poder Judicial, que es factible que se exprese en esa convocatoria pero que tiene que ver con distintas situaciones. La primera, sin lugar a duda, que los fallos de la Corte Suprema distan mucho de lo que espera la ciudadanía. Y en casos específicos: la semana pasada, el Cuerpo Médico Forense de la Corte decidió que Carlos Pedro Blaquier no vaya al juicio oral que está definido desde octubre de 2012. Detuvieron el expediente y ahora dicen que Blaquier está en estado de senilidad. El mismo acusado por la noche del apagón en Ledesma, Jujuy, donde desaparecieron 30 personas y 400 fueron detenidas. Sin ir más lejos, en la misma Jujuy, la Corte no quiere tratar el caso de Milagro Sala que ya lleva seis años detenida: es un contraste muy fuerte. Esta Corte simboliza un poder judicial que hace suya la oración de Óscar Arnulfo Romero, que dice que la Justicia es como la serpiente, solo ataca a quienes tienen los pies descalzos.
¿Cómo ves la actuación de la Justicia en la causa que investiga la existencia de una mesa judicial vinculada a servicios de inteligencia? ¿Tenés alguna esperanza de que se pueda resolver?
Yo tengo que tener esperanza sí o sí porque creo en la construcción política, si no construyo esperanza tengo que dejarla. Creo que más temprano que tarde esta situación de injusticia va a ser rectificada. Porque no es jurídicamente justo que en el caso del espionaje y con los videos que tenemos a la muestra se falle planteando que es una cuestión de «cuentapropistas». Es demasiada gente poderosa la que fue espiada, empezando por los opositores políticos a Mauricio Macri, como Cristina Fernández de Kirchner, Oscar Parrilli, entre otros. Y los propios compañeros de militancia de Macri también: Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal. Pero ahora está saliendo esa organización a la luz: secuestraron más de 100 celulares encriptados distribuidos en una élite gubernamental y no gubernamental. Esto da mucha indignación. ¿Por qué el Estado Nacional le tiene que pagar un celular encriptado al señor Angelici, a Nicolás Caputo o a Pérez Chada? No tienen nada que ver con el poder nacional ni con la AFI, salvo que fueran una célula que tuviera como objetivo criminalizar y armar causas de ciudadanos que no pensaran como ellos. Esto es un escándalo, no es natural y deberían explicarlo.
En países limítrofes como Bolivia funciona un sistema de elección popular de jueces. ¿Creés que algo de esto puede ser viable en nuestro país?
Preferiría no opinar de eso porque no lo he estudiado bien. No quiero sintetizar mi diagnóstico tan negativo sobre el accionar de la Justicia en una forma de elección. Pasa que si tenemos que hacer todo eso tendríamos que esperar 10 años y yo quiero hacerlo ya. Es muy lindo como suena, pero concretarlo es imposible hoy.
¿Y cuáles son entonces las medidas posibles para hoy?
Creo que somos más personas honestas que deshonestas. Más diputados y senadores que quieren conocer la verdad porque no les gusta ser espiados ni espiar a terceros y eso nos va a permitir hacer las modificaciones necesarias. Yo no quiero que la Justicia se expida sobre el espionaje ilegal en 20 años, quiero que se expida ahora. Porque es ésta la generación de políticos que quiere aspirar a renovar el gobierno de la Argentina. Entonces tenemos que elegir: ¿queremos un Estado espía o una democracia plena? Los invito a que lean lo que publicó Lucila Larrandart, que compara esto que nos estamos enterando con el terrorismo de Estado.
El Presidente presentó una reforma judicial. ¿Qué temas faltan en esta reforma?
La reforma que mandó el Gobierno al parlamento es la que se tiene que sancionar, que ya está planteada y que tenemos que votarla y dejarnos de embromar. Porque sino la población civil se va a manifestar pero no solo el 1º de febrero, sino mucho más. Éste va a ser el año de mirar con lupa a la Justicia y los organismos de inteligencia.
¿Creés que la oposición puede acompañar estos debates?
Creo que un sector de la oposición -que no quiere un país así- lo va a acompañar.
