Waldo Wolff, el elegido por Jorge Macri para comandar la pata represiva del plan motosierra

🚨 Wolff estará a cargo del área de Seguridad porteño y aplicará la mano dura que reclaman Milei y los Macri. De cara al 2024, todo hace pensar que habrá una escalada de conflictividad que se trasladará a las calles.

Jorge Macri todavía no asumió la jefatura del Gobierno porteño y ya tiene por delante un dilema de difícil resolución. ¿Hasta dónde estará dispuesto a bancar el programa de ajuste del presidente electo Javier Milei cuando empiecen las protestas en las calles de la Ciudad?
Por eso, la designación de Waldo Wolff y Diego Kravetz a cargo del área de Seguridad se interpreta en dos sentidos: el primero es que son dirigentes capaces de aplicar una política de mano dura; el segundo es que son políticos y que actuarán en función de la alianza del macrismo con los libertarios.
Si esa sociedad está bien, la cooperación será total, pero si hubiera ruidos, entonces retacearán la aparición de las fuerzas de seguridad, como lo hizo Horacio Rodríguez Larreta durante los cortes de la Avenida 9 de Julio durante el gobierno de Alberto Fernández.
“Cuando hay un delito, se lo reprime. Fuera de la ley, nada. Acá la ley se va a cumplir y el que las hace, las paga”, dijo Milei a pocas horas de finalizar la jornada electoral en la que fue elegido presidente de la Nación al ser consultado por la postura que adoptará frente a las movilizaciones callejeras.
En la ronda de entrevistas que ofreció, el próximo mandatario nacional anticipó que estaba “trabajando muy fuerte y de manera interrelacionada” en el tema junto a Jorge Macri y con “la persona encargada de seguridad” a nivel porteño. “Dios quiera que no, pero puede que terminen haciendo, digamos, una situación delicada en la calle”, advirtió.
Desde décadas atrás y mayormente a partir de la crisis del 2001, la Ciudad de Buenos Aires se convirtió en el epicentro de masivas movilizaciones y también de demandas sociales de menor convocatoria con diversas modalidades que van de los acampes y las ollas populares a las interrupciones totales o parciales del tránsito.
En 2022 se contabilizaron unas 1350 protestas protagonizadas por movimientos estudiantiles, de trabajadores de la economía social, políticos, de derechos humanos y gremiales. Los reclamos también fueron variados: mejoras salariales, defensa de derechos laborales, aumento de montos de planes o contra ajustes tras el acuerdo con el FMI.
La Avenida 9 de Julio, los Ministerios de Desarrollo Social y Trabajo, el Obelisco, la Plaza de Mayo y la ex sede del Gobierno porteño fueron los sitios con más movilizaciones.
De cara al 2024, todo hace pensar que habrá una escalada de conflictividad que se trasladará a las calles para resistir el embate de algunas de las medidas que podría tomar el próximo gobierno, entre las cuales aparecen una posible reforma laboral, la derogación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo y la intención de privatizar empresas públicas como YPF y AySA, así como los medios de comunicación públicos Radio Nacional, TV Pública y Télam.
Más allá del controversial camino elegido por la gestión libertaria, la tensión en el ámbito porteño surge al recordar la promesa que Jorge Macri hizo durante la campaña cuando aseguró que iba a “penalizar a las organizaciones sociales que se movilicen con niños” y pronosticó que iba a haber “conflictos” porque su voluntad era “garantizar la circulación”.
El interrogante, entonces, es cómo dará cumplimiento al compromiso que va en consonancia con el pedido de Milei de “mantener el orden en las calles”. Y si optará por operativos de la Policía de la Ciudad que incluya represión a los manifestantes con altos niveles de enfrentamiento.
“Es imposible, operativamente para una fuerza de seguridad estar metiendo palos todos los días, hasta los propios oficiales van a negarse”, adelantó una fuente del área de Seguridad.
Sin embargo, el alcalde porteño que asumirá el 10 de diciembre próximo tampoco podrá desoír los dichos de su primo Mauricio, quien en los últimos días endureció la postura frente a las protestas sociales.
De hecho, convocó a la juventud que votó a La Libertad Avanza a “no quedarse en su casa si empiezan a tirar toneladas de piedra”. “Los jóvenes van a salir, entonces los orcos van a tener que medir muy bien cuando quieran salir a la calle a hacer desmanes”, agregó el expresidente.

De cara al 2024, todo hace pensar que habrá una escalada de conflictividad que se trasladará a las calles.

El perfil de Wolff para Seguridad y el regreso de Diego Kravetz a la Ciudad
Wolff está a cargo de la Secretaría de Asuntos Públicos porteña, a la cual llegó para sostener el gabinete de Larreta cuando estaba en la carrera a la Presidencia que, finalmente, perdió con Patricia Bullrich en la interna de Juntos por el Cambio. Antes, fue diputado nacional por la provincia de Buenos Aires y vicepresidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA).
Tiene un estrecho vínculo con Milei y, además, comparten un pasado deportivo similar ya que ambos fueron arqueros de fútbol en las categorías inferiores. En Chacarita en el caso del presidente electo y en Atlanta el del flamante ministro porteño.
Kravetz, pareja de la actual ministra de Educación Soledad Acuña, ocupará hasta el 10 de diciembre el cargo de intendente interino de la Municipalidad de Lanús, tras la licencia de Néstor Grindetti. También conduce las políticas de seguridad del distrito bonaerense y, en junio de este año, fue fotografiado empuñando un arma durante un operativo policial.
Participó como legislador porteño del bloque de Frente para la Victoria, opositor al PRO, de la redacción de la Ley de Seguridad Pública, que dio origen a la Policía Metropolitana, la antecesora de la Policía de la Ciudad.

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