«He sido muy crítico del PJ porteño, pero jamás nos negamos a la unidad»

✌️ El ex jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina será uno de los vicepresidentes del PJ en la Ciudad de Buenos Aires. En diálogo con El Grito del Sur analizó el rol del peronismo porteño, la actualidad del Movimiento Evita y los primeros meses del gobierno de Milei.

Referente del Movimiento Evita y ex jefe de Gabinete durante el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Juan Manuel Abal Medina se volcó nuevamente de lleno a la política porteña y esta semana fue elegido en una lista de unidad como vicepresidente 4° del Partido Justicialista (PJ) en la Ciudad de Buenos Aires. A pesar de que el Evita había amagado con postular a Abal Medina para forzar una renovación en el PJ Ciudad, finalmente terminó integrándose junto a La Cámpora, el Nuevo Espacio de Participación (NEP) y Peronismo por la Ciudad (PxC).

«Somos conscientes que no era el mejor momento para una elección interna», reconoció Abal Medina en diálogo con El Grito del Sur. El politólogo conversó acerca el papel del peronismo porteño, la actualidad del Movimiento Evita y los primeros meses del gobierno de Milei.

¿Por qué el Movimiento Evita desistió finalmente de una candidatura propia en el PJ Ciudad y cerró filas con Recalde, Olmos y Santa María?

Siempre dijimos que era una opción acordar, jamás nos negamos a la unidad. Centralmente, lo que queríamos es que se reconociera a todos aquellos espacios que estamos peleando en las calles contra el ajuste del gobierno de Milei. Esto lo planteamos desde un principio y por eso surgió la posibilidad de mi candidatura, pero mantuvimos el diálogo con los distintos sectores. Somos conscientes que no era el mejor momento para una elección interna, teniendo en cuenta el contexto político y las sucesivas movilizaciones que se vienen en las próximas semanas. Lo cierto es que el sector mayoritario reconoció la relevancia en términos de representación política que tiene el Movimiento Evita así como las ideas que estamos sosteniendo. Por ello construimos la lista de unidad.

¿Qué visión tenés sobre el rol que viene ocupando el peronismo porteño en una ciudad gobernada hace 17 años por la misma fuerza política de derecha?

En lo personal he sido muy crítico. En el PJ porteño obviamente hay compañeros y compañeras muy valiosas, como María Rosa Muiños, Claudia Neira y Victoria Montenegro. De eso no hay dudas. Lo que también entendemos es que, después de 20 años de perder elecciones, de alguna manera el peronismo renunció a la aspiración de ser mayoría en la Ciudad. No se trata de culpar a algún compañero o compañera en particular. Al perder en tantas oportunidades, ocurre algo similar con el radicalismo en la Provincia de Buenos Aires. El peronismo tiene que poder expresar a una mayoría.

¿Cuál es el diferencial que puede aportar el Movimiento Evita para oxigenar a una conducción que será prácticamente la misma que en los últimos años?

Ahora va a existir orgánicamente un sector que está expresado en las principales organizaciones gremiales y sociales de la Argentina. Tanto en la discusión partidaria como en la presencia de congresales nacionales, creo que el peronismo se oxigena volviendo a sus orígenes. Es decir, teniendo su eje en las y los trabajadores. El Evita expresa a los trabajadores informales y las organizaciones sociales, desde nuestra propia perspectiva militante que es la expresión de un peronismo históricamente combativo.

A comienzos de este año se produjo en el Movimiento Evita la salida de uno de sus principales referentes, Fernando «Chino» Navarro. ¿Cómo encaran el nuevo proceso político desde la regional CABA y con qué dirigentes del Evita te sentís hoy identificado?

Yo me siento identificado con todas y todos los dirigentes del Evita porque tenemos cuadros a lo largo y ancho de la Argentina. Obviamente somos más fuertes en algunos distritos que otros, pero se trata de una fuerza de alcance nacional. En la Ciudad de Buenos Aires venimos construyendo una nueva impronta a partir de la apuesta por la cultura, algo que no sucedía tradicionalmente en el Movimiento Evita. Somos una fuerza activa, numerosa y que quiere ganar elecciones, reivindico la vocación de gobernar y transformar la realidad.

Juan Manuel Abal Medina. Foto: Federico López Claro

A nivel nacional, en estos primeros meses de gobierno de Milei, hay mucha incertidumbre por el empeoramiento de la situación económica y cierto desconcierto por la ausencia de conducción en el peronismo. ¿Por dónde debe empezar el peronismo para encontrar nuevamente un camino que interpele a sectores mayoritarios de la sociedad?

Hoy, los que estamos en la calle somos centralmente los que expresamos a las y los trabajadores. No casualmente estuvimos en Tribunales, después en el paro o en el Ministerio de Desarrollo Social, donde varios compañeros terminaron presos. En momentos como éste, el peronismo se hace fuerte en las calles oponiéndose a las políticas del Gobierno. Creo que es importante también hacer un balance y sobre todo una autocrítica de lo hecho en los últimos cuatro años: si no somos capaces de reconocer que fuimos un gobierno muy deficiente, que estuvimos muy lejos de cumplir con nuestras promesas, es difícil que nos vuelvan a creer. Hay que evitar echarnos la culpa mutuamente.

Sos politólogo y estudiás desde hace mucho tiempo el sistema partidario argentino. ¿Qué explicación podemos encontrar al hecho de que Milei haya ganado la elección nacional sin estructura partidaria sino que también pueda mantener la gobernabilidad en un contexto de avasallamiento político a las instituciones?

Ya en diciembre pasado, a un colega tuyo le comenté que paradójicamente la debilidad de Milei es su fortaleza. Su ausencia de pasado, así como de representación parlamentaria o de gobernadores, lo presenta frente a la sociedad de una manera distinta. En los últimos años la política se había encerrado en la dicotomía kirchnerismo vs. anti-kirchnerismo o macrismo vs. anti-macrismo, echándose la culpa mutuamente. Y de repente aparece Milei, este loco con su forma de ruptura y esa mezcla tan particular de crueldad e ignorancia. Esa fuerza canalizó de alguna manera la bronca legítima de gran parte de la sociedad tras ocho años de gobiernos muy malos. Más allá de algunas cosas buenas que hicimos, no logramos revertir la herencia que dejó Macri. Entonces la bronca de la gente, sobre todo de los jóvenes, es más que entendible.

¿Qué similitudes y diferencias encontrás entre Larreta y Jorge Macri y qué rol debe cumplir la oposición porteña para convertirse en una alternativa política más competitiva?

Es muy pronto saberlo porque la gestión de Jorge Macri prácticamente uno no la ve. Si empezó, no nos hemos enterado. Y la última parte de la gestión de Larreta, sobre todo el último año, fue muy deficiente. Yo creo que el balance de los gobiernos PRO es mediocre, hizo cosas buenas -de hecho, soy un usuario asiduo del Metrobus por ejemplo- pero es una de las pocas ciudades más importantes del mundo que no ha hecho un kilómetro de subte. Ni hablar de la salud y la educación pública. Es decir, no es un gobierno que haya merecido por su propio desempeño reelegirse tantas veces. Es mentira que esta ciudad es antiperonista como algunos dicen: en la segunda vuelta hace muy pocos meses, Sergio Massa sacó casi 45 por ciento de los votos. Con una alianza amplia y poniendo foco en las prioridades de las y los porteños, tenemos la posibilidad de recuperar la Ciudad de Buenos Aires.

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.