Los idus de Mayo

🏦 Lo simbólico no reemplaza a lo político. Y el Pacto de Mayo se parece mas al idus de Julio César que a la gran reunión de gobernadores que auguraba Milei.

En su discurso inaugural del 142º período de sesiones ordinarias de la Asamblea Legislativa del 1° de marzo del 2024, el presidente de la nación Javier Gerardo Milei sostuvo que «hoy, en la primera apertura de sesiones de nuestra administración, quiero convocar tanto a gobernadores como expresidentes y líderes de los principales partidos políticos, a que depongamos nuestros intereses personales y nos encontremos el próximo 25 de mayo, en la provincia de Córdoba, para la firma de un nuevo contrato social llamado Pacto de Mayo: un contrato social que establezca los diez principios del nuevo orden económico argentino».

Se trataba de una propuesta fundante, en la medida que apelaba a la figura del contrato social, la figura que explica los procesos constitucionales en los sistemas de la democracia liberal. La propuesta del presidente auguraba una reunión multitudinaria con casi todos los gobernadores, el gabinete nacional, y un documento que no fuera solamente una declaración de principios, como el punteo que acompaño al discurso presidencial, sino un conjunto de leyes y de resoluciones ejecutivas de pronta aplicación.

Poner fechas conmemorativas como momentos de corte y de renovación puede ser peligroso: las fechas también auguran momentos de destrucción y torbellino. En el mes de marzo del año 44 a.C., en los idus de marzo (idus eran los días que auguraban la buena suerte), señalaba Plutarco que Julio César había sido advertido por un vidente de una calamidad que le amenazaría en dichos idus.. Ese día, cuando iba al Senado, Julio César encontró al vidente y riendo le dijo: «Los idus de marzo ya han llegado», a lo que el vidente contestó compasivamente «sí, pero aún no han acabado». Ese día el general triunfante fue asesinado y la historia de la República romana comenzaba a llegar a su fin. Los idus, días festivos y de buena suerte en los calendarios romanos, en ese caso habían resultado ser nefastos.

El 25 de mayo es una fecha cara a todos los argentinos, porque con el recambio del virrey por una junta de criollos, comenzó el proceso emancipatorio que culminó con la independencia nacional el 9 de julio de 1816. Y en ese sentido es una fecha simbólica, como simbólico es el vacío acto que tendrá lugar el próximo 25 de mayo del 2024, donde, lejos de haber un contrato social habrá a lo sumo un convite gastronómico de alcance local.

Lo simbólico no reemplaza a lo político. Lo simbólico puede confirmar lo político, pero cuando la manera de hacer política, en el sentido más lato de la palabra, es llegar a acuerdos negociados sobre temas con sectores legislativos que tienen posiciones distintas, los simbólicos simplemente se vacía. Como vacío será el acto de este 25 de mayo. Como todos los años habrá buenos deseos, saludos y brindis patrio, pero la política y la gestión estarán ausentes. Y esto, en el torbellino político financiero que el país vive, cuando los sueldos y los ingresos empiezan a tocar fondo, y las rebeliones se expanden por las provincias, es un símbolo inverso de la propuesta que grandiosamente se expuso en el discurso presidencial.

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