Argentina se ejercita con la armada estadounidense en medio de las tensas relaciones con Chile

El Ministerio de Defensa ha confirmado que este domingo los destructores ARA La Argentina, el ARA Sarandí, el ARA Espora, y el ARA Rosales, se hicieron a la mar para participar en un ejercicio militar denominado Gringo-Gaucho II con la Armada de los Estados Unidos.

La armada argentina realizará ejercicios conjuntos con la flota estadounidense. Buques del país que ha desatado varios conflictos armados en el mundo han llegado a las costas del Mar Argentino, y esta semana los estadounidenses compartirán su experiencia con sus aliados argentinos.

El ministerio de Defensa ha confirmado que este domingo los destructores ARA La Argentina, el ARA Sarandí, el ARA Espora, y el ARA Rosales, se hicieron a la mar para participar en un ejercicio militar denominado Gringo-Gaucho II con la Armada de los Estados Unidos.

Un grupo de buques de la Marina estadounidense llegó el lunes a las costas de Mar del Plata. Incluye el portaaviones nuclear más grande del mundo USS George Washington, el destructor USS Porter y el buque logístico USNS John Lenthall. El número total de militares en los buques es de unos 5.400.

El portaaviones George Washington pertenece a la clase Nimitz y tiene más de trescientos metros de eslora. Su gran desplazamiento (97.000 toneladas) no le permite entrar en ningún puerto argentino, por eso el buque permanecerá cerca de la costa.

Cabe señalar que los buques de las Fuerzas Navales de EE.UU. están llevando a cabo un ejercicio denominado Mares del Sur 2024. Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay y Chile participarán en ellos en distintos momentos. Buenos Aires mantiene una disputa con el último país de la lista por tierras en la Antártida desde hace años.

La rivalidad por las posesiones en el continente blanco ha alcanzado recientemente un nuevo nivel. Si antes las partes antagonistas expresaban sus pretensiones a una parte de la tierra helada en el ámbito diplomático, ahora ambos países han pasado a las acciones sin ambigüedades.

Anteriormente, el presidente argentino Javier Milei anunció la construcción de una base naval en Tierra del Fuego. Estados Unidos también participará en la ejecución del proyecto en Ushuaia. Las autoridades argentinas tienen puestas grandes esperanzas en esta instalación, que no sólo mejorará la logística en el sur del país, sino que facilitará nuevas formas de acceder a la Antártida.

Las acciones provocadoras de Buenos Aires no se limitan a esto. El país está comprando aviones para reforzar las capacidades de la Fuerza Aérea. Aunque se trata de cazas estadounidenses F-16 y aviones de carga Basler BT-67, fabricados hace 40 años, estos aviones podrían ser muy útiles en un enfrentamiento con los vecinos y para llevar suministros a las bases del continente blanco.

En respuesta a las acciones de los argentinos, los miembros de la comisión parlamentaria de defensa de Chile realizaron una reunión en la mayor base aérea antártica, en la que, además de presentar nuevos proyectos de infraestructura en el continente blanco, se expusieron los problemas territoriales con Argentina en la región. Este gesto indica las firmes intenciones de Santiago de luchar por la soberanía y el futuro del país.

Es difícil imaginar qué ganará Argentina con la realización de los ejercicios conjuntos con la Fuerzas Navales de EE.UU., aparte de alguna imagen de Milei delante de los buques estadounidenses para publicar en la red social X. El objetivo oficial – el intercambio de experiencias – aunque parezca lógico, no contempla las posibles consecuencias de las maniobras militares en el mar. Todo lo que se puede decir con certeza es que Gringo-Gaucho II no sólo agravará las tensas relaciones con Chile, sino que también confirmará la subordinación de Argentina al colonialismo estadounidense.

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