El ex cantante de Tan Biónica, Santiago “Chano” Charpentier, tuvo que ser internado y operado de urgencia en el Sanatorio Otamendi -donde le extirparon parte del páncreas, el bazo y el riñón izquierdo- después de que un policía lo baleara en el abdomen. De acuerdo a los primeros relatos mediáticos, el músico habría tenido una crisis psiquiátrica en su casa con actitudes agresivas, mientras que su familia asegura que se trató de «un cuadro de excitación psicomotriz». “La primera pregunta que me hago es: ¿No tiene la policía una forma de reducir a una persona que no sea con un disparo en el abdomen?”, inquirió Alicia Stolkiner, titular de la cátedra de Salud Pública y Salud Mental de la Universidad de Buenos Aires.
En diálogo con El Grito del Sur, Stolkiner cuestionó la forma de actuar de la policía al momento de asistir a una persona con un presunto padecimiento mental o en situación de consumo problemático de sustancias. “La violencia institucional tiene el mismo prejuicio y temor a la locura que el común de la gente. Pero, además de igualar la locura al peligro, se sostiene la idea de que el consumo es igual a delincuente”, reflexionó la psicóloga e investigadora.
Según contó Marina Charpentier, madre del cantante, a TN, “entró un policía de 20 años y le disparó sin motivo”. “No atacó a nadie, no intentó agredir a nadie, menos a una mujer, él solo se lastimaba a sí mismo, había médicos, enfermeros y policías, eran 10 personas contra un adicto, pudieron disparar al aire pero no lo hicieron”, manifestó.
La mujer también dijo que su hijo “no tuvo un brote psicótico”, sino que “tuvo un cuadro de excitación psicomotriz». «Solo es un enfermo en consumo y nosotros somos una familia desesperada pidiendo que lo internen”, afirmó.
Stolkiner señaló que -teniendo en cuenta las versiones que circularon en los medios- “estaban dadas las condiciones para lo que la ley Nacional de Salud Mental plantea como internación involuntaria por una situación de riesgo inminente”. De acuerdo al relato policial, Charpentier tenía un cuchillo para cortar pan en la mano y amenazó a quienes estaban en la casa, mientras que la madre del cantante sostuvo que se lesionaba a sí mismo.
“La policía debería estar capacitada para intervenir en este tipo de situaciones y debería haber equipos móviles de respuesta rápida que trabajen con las fuerzas de seguridad para pensar la intervención de forma conjunta”, afirmó Stolkiner.
La psicóloga señaló que a partir de la sanción de la ley de Salud Mental se creó la Comisión Interministerial en Políticas de Salud Mental y Adicciones (Conisma). “Y con el Ministerio de Seguridad se elaboró un protocolo de capacitación de las fuerzas de seguridad para intervenir en situaciones de crisis -explicó-. Se iba a usar con fuerzas que dependieran de Nación, pero esto fue cuando era ministra (de Seguridad) Nilda Garré. En 2016, el gobierno de Mauricio Macri desarticuló la Conisma y ponen como primer director nacional de Salud Mental a Andrew Blake, un hombre cercano a (Facundo) Manes y bastante contrario a la ley nacional de Salud Mental”.
En 2013, Garré aprobó mediante una resolución las “Pautas para la Intervención de los Cuerpos Policiales y Fuerzas de Seguridad con el objeto de preservar la seguridad en situaciones que involucran a personas con presunto padecimiento mental o en situación de consumo problemático de sustancias en riesgo inminente para sí o para terceros”.
La resolución establece -entre otras cosas- que los agentes deben “preservar la seguridad de estas personas, como también, facilitar las condiciones para la correcta intervención de los servicios de salud y sociales” y en ningún momento “el personal policial debe realizar la evaluación de riesgo en la salud de la persona afectada”.
Asimismo, el documento señala que “los/as integrantes de las fuerzas de seguridad y/o fuerza policial que intervengan en el procedimiento deben priorizar técnicas disuasivas y preventivas”.
Mientras tanto, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, y la exministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, argumentan que si se usaran las pistolas Taser, Charpentier no estaría en riesgo. “Es un buen momento para volver a discutir que si la policía hubiese tenido una pistola Taser esto no hubiese ocurrido”, dijo el funcionario provincial, quien justificó el accionar del policía que disparó al ex Tan Biónica.
“Todos tenemos que recordar el caso Bordón, un chico que hizo su viaje de fin de curso y tuvo una crisis alucinatoria -advirtió Stolkiner-. Las profesoras supusieron que había consumido droga, lo dejaron en una comisaría donde lo mataron a golpes y tiraron el cadáver después de decir que se había fugado”.
La psicóloga también recordó el caso del hombre con problemas psiquiátricos que atacó a un policía a metros del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) y fue baleado por un integrante de la fuerza de seguridad. Tanto el hombre como el policía atacado murieron.
Para la titular de la cátedra de Salud Mental, es necesario recordar que “la policía es una organización de la sociedad civil y su capacidad tiene que estar dirigida a proteger a los ciudadanos de todas las clases sociales y todos los grupos etarios”.
Asimismo, reprochó la cobertura mediática y la exhibición y vulneración de los derechos del cantante. “Contaron toda la historia clínica, eso no corresponde de ninguna manera aunque sea una persona pública. El diagnóstico de lo que sucede tiene que hacerlo un equipo interdisciplinario y esta situación no se resuelve en los medios viendo a quién encuentran como culpable”, concluyó.
