¿Cómo será el barrio para personas externadas de Salud Mental?

🩹 El presidente Alberto Fernández anunció la construcción de viviendas para quienes estaban internades en la Colonia Montes de Oca, ahora llamada Hospital Nacional y Comunidad Ramón Carrillo. Cómo avanzó la ley de Salud Mental en la desmanicomialización.

Foto: Camila Godoy

El presidente Alberto Fernández anunció junto a la ministra de Salud, Carla Vizzotti, el inicio de la construcción del primer barrio inclusivo para personas externadas de la Colonia Nacional Montes de Oca, en el partido bonaerense de Luján. El mandatario destacó que el proyecto se enmarca en la aplicación de la Ley Nacional de Salud Mental y que busca romper con la lógica manicomial. “Estamos refundando el sistema de salud mental, que siempre fue un tema tabú”, dijo.

Mariana Moreno, que está al frente de la Dirección Nacional de Abordaje Integral de Salud Mental y Consumos Problemáticos del Ministerio de Salud, resaltó que este anuncio es “un gran avance en el proceso de externación” de quienes estaban en la Colonia. “Esto forma parte de un convenio con el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, que también está trabajando en otras provincias para la construcción de casas de medio camino para personas en proceso de externación -explicó la funcionaria a El Grito del Sur-. En el marco de la estrategia federal, venimos en el proceso de subsidiar proyectos en diferentes provincias que apunten a la creación de dispositivos intermedios que permitan la continuidad del cuidado de personas externadas y el funcionamiento o refacción en hospitales generales para que las personas con algún problema de salud mental se atiendan ahí y no depender que haya un hospital monovalente”.

La Colonia, que pasará a llamarse Hospital Nacional y Comunidad Ramón Carrillo, estará comprendida por 50 casas de tránsito destinadas a 260 personas, ubicadas en un predio de la institución que ya cuenta con servicios para el inicio de obra como la apertura de calles que lo integran a Torres, el pueblo donde se emplaza, en el partido de Luján.

El proyecto para transformar la ex Colonia, detalló Moreno, “viene hace varios años”, pero recién el año pasado, mediante el aumento del presupuesto destinado a salud mental y la reactivación de la Comisión Nacional Interministerial en Políticas de Salud Mental y Adicciones (Conisma), es que “el Presidente y la ministra Vizzotti le dan un ímpetu a la transformación que genera el convenio con el Ministerio de Desarrollo Territorial”.

Además de la construcción de las casas, la transformación en el Ramón Carrillo incluye un nuevo centro de salud que, si bien tiene especificidad en salud mental, está abierto a toda la comunidad de Torres así como la reforma de pabellones para adultos mayores que requieran cuidados especiales.

“También se están terminando otras viviendas para personas que necesitan altos apoyos porque algunas de las personas que estaban en la Colonia tienen discapacidad intelectual, por lo que no pueden estar absolutamente solos y requieren mayor acompañamiento de los equipos. Pero no quiere decir que no puedan tener un lugar para vivir. Incluso hay departamentos para personas que están en pareja, se contempló esa situación para no destruir lazos”, afirmó Moreno.

En 2010, en Argentina se promulgó la nueva ley de salud mental, elogiada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por ser “la primera ley que incluye los principales estándares de salud mental y normas de derechos humanos regionales e internacionales”. Uno de los puntos que plantea la ley es el fin (progresivo) de los manicomios, neuropsiquiátricos o instituciones de internación monovalentes, públicos o privados.

“En 2020 tienen que estar cerrados los manicomios, según el estatuto de la ley. Todavía no están cerrados todos, aunque sí hay avances muy significativos en algunas jurisdicciones”, dijo a este medio Carmen Cáceres, psicóloga y coordinadora del equipo de capacitación del Programa de Rehabilitación y Externación Asistida (PREA) del Hospital Neuropsiquiátrico Esteves.

La Ley de Salud Mental establece que los profesionales de la salud mental deben fundamentar su accionar y tener el consentimiento -en estado de lucidez y con comprensión de la situación- de la persona que recibirá el tratamiento.

Las internaciones involuntarias solo están contempladas en el caso de que el equipo de salud detecte que la persona está en una “situación de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros”. Asimismo, la internación debe ser lo más breve posible y atender la crisis que presente el usuario del servicio de salud mental en ese momento.

El PREA del Esteves, contó Cáceres, fue creado en 1999, mucho antes de la sanción de la ley. “Ya en ese momento se planteaba la necesidad de generar condiciones para la gente que vivió encerrada, cronificándose, que tengan la oportunidad de recuperarse. Pero hay que generar políticas que garanticen que tengan cuidados asistenciales en un sentido amplio. Son personas que no solo tienen una enfermedad, sino que están afectados por el encierro manicomial. Y tienen que tener un hábitat para desarrollar su vida e ingresos, ya sea por pensiones o por trabajo”, afirmó.

Y agregó: “Cuánto apoyo necesitan esas personas está determinado en la Ley de Salud Mental y en el Código Civil reformado en 2015. No puede ser que alguien sea incapaz total y para siempre. La vida de estas personas ha sido afectada por su patología, pero mucho más por la estigmatización social, por una sociedad que no espera que esas personas puedan superar un episodio y se las ha apartado”.

Las experiencias desmanicomializadoras son muchas a lo largo y a lo ancho del país. En el caso del PREA del Esteves, hay viviendas asistidas con distintos niveles de apoyo y grupos convivenciales, donde “se dan altos grados de autovalidez y autonomía, toma de decisiones propias, el manejo del dinero”. “En los últimos tiempos, se logró formar un equipo que acompaña a gente que no vive en una casa de convivencia del programa, sino que puede elegir vivir con una familia que lo acepta. Y ese equipo le da apoyo para evitar lo que se llama ‘síndrome de la puerta giratoria’”, señaló Cáceres.

“En provincia de Buenos Aires y en el PREA buscamos que la casa de personas externadas esté en la trama urbana, que no esté señalada con un cartelito ni separada de personas externadas. Creemos que es importante esa condición para la inclusión, de que vivan en un barrio como cualquier otro”.

Actualmente, añadió la psicóloga, en el Esteves “se está instalando la casa de mayores cuidados, que es de 24 horas para personas que temporalmente requieren de mayor presencia del equipo interdisciplinario, pero no vuelven al hospital”. Asimismo, hay equipos que acompañan la externación y van a domicilios que estén lejos del hospital.

Moreno, por su parte, destacó el avance en todo el país de las acciones de la estrategia federal, en especial del “aumento de profesionales de las residencias interdisciplinarias de salud mental” para “sostener el proceso de transformación con profesionales formados en el marco de la Ley de Salud Mental”.

De cara a las elecciones, la titular de la Dirección Nacional de Abordaje Integral de Salud Mental y Consumos Problemáticos subrayó que todavía queda mucho para lograr la plena implementación de la ley y que “el desafío es que no se detenga”. “Va a llevar un tiempo más. Hay provincias que avanzan más lento, otras más rápido, pero está ocurriendo en todas -afirmó-. La implementación es un proceso y tiene que haber un compromiso porque la salud mental es un tema de todas y todos”.

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.