En pleno contexto inflacionario, donde España, Alemania y Estados Unidos registran cifras récord, en Argentina la problemática se ha vuelto acuciante y divide aguas en el oficialismo. Las miradas divergentes que conviven en el Frente de Todos coinciden en el diagnóstico y en la necesidad de abordar la problemática: en declaraciones a C5N, el propio gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, sentenció que «en el Conurbano y el interior no da más la situación social».
En este momento emergen nuevamente las preguntas irresueltas sobre el origen y los responsables del problema. Al innegable impacto de la guerra en Ucrania y la fragilidad de la moneda nacional, se le suma un factor crucial: la remarcación de precios que realizan las empresas alimenticias. De hecho, este lunes el Gobierno nacional multó a la empresa Molinos Cañuelas con $150 millones de pesos, a la Cámara de Industriales Molineros con $93 millones y a la Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias Molineras con $51 millones por los incrementos inconsultos en el precio de la harina y por conductas oligopólicas que atentan contra la competencia en el sector.
Pero el problema no es nuevo. Un informe elaborado por el director del Banco Nación, Claudio Lozano, en conjunto con Ana Rameri, reveló las impactantes ganancias de las principales empresas de alimentos en nuestro país y refrendó la teoría que los heterodoxos reivindican hace años: la inflación es hija de la concentración. «Arcor, Mastellone Hermanos y Molinos Río de la Plata obtuvieron una evolución de sus ganancias brutas (Ventas – Costos) del 112% durante el bienio 2020-2021, mientras los precios de los alimentos incrementaron en ese mismo período un 114%», explica el trabajo.
Son seis las empresas que dominan el mercado alimenticio en nuestro país y tienen nombre y apellido: Coca-Cola, Danone, Arcor, Molinos Río de la Plata, Ledesma Mondelez (ex Kraft Food) y Bagley Latinoamérica. Lo llamativo es que en las tres compañías analizadas (Molinos, Arcor, Mastellone) se observa que durante la pandemia incrementaron exponencialmente sus ganancias: durante el año 2020, la rentabilidad fue un 152% superior al 2019. Si además contemplamos el año 2021, en el consolidado de ambos períodos las ganancias de las principales alimenticias escalaron un 170%.
Con el dólar paralelo en baja y el acuerdo con el FMI firmado, ahora el Ejecutivo busca que las empresas que aumentaron sus precios retrotraigan los valores a las cifras establecidas en diálogo con el Gobierno. Pero al parecer ni la «terapia de grupo» que invoca Alberto Fernández ni los acuerdos de precios que impulsa Roberto Feletti desde la Secretaría de Comercio han dado buenos resultados.
«La concentración es lo que genera que un grupo de empresas aproveche todo margen extra de emisión monetaria para convertirla en ganancia a través de la remarcación de precios. Los precios actúan de salvaguarda de la ganancia empresarial», sentencia el estudio elaborado por Lozano. «El argumento monetarista del FMI y del arco conservador opositor no cierra, o cierra para sostener el modo desigual en que los distintos actores participan en la contienda inflacionaria».
Entre las salidas de políticas públicas que propone el economista para revertir esta situación destaca la aplicación de retenciones, el control social comunitario del sistema de precios y un congelamiento de precios que permita recuperar el poder de compra a los devaluados salarios argentinos.
