Una industria joven, poco más que adolescente. El sector de los videojuegos nació en nuestro país hace apenas 20 años y pese a tener un inicio amateur, ligado a iniciativas de desarrolladores individuales, con el tiempo se fue profesionalizando. Hoy en día existen videojuegos argentinos para Google, Nintendo, Playstation o Xbox y el último año recaudaron más de 86 millones de dólares, según consigna el cuarto informe anual que realiza la Universidad Nacional de Rafaela.
Ezequiel Heyn es co-fundador de Purple Tree y director de comunicación de la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos Argentina (ADVA). En diálogo con El Grito del Sur, señala que el hecho de que en muchas competencias los videojuegos argentinos se hayan llevado los primeros premios, aportó a visibilizar y desarrollar el sector a nivel local. «No solamente desde el lado de que hay juegos argentinos en los diferentes dispositivos, sino también porque los principales referentes premian a los productos de nuestro país», señala.
El mercado de videojuegos tiene un enorme potencial y, en ese sentido, vienen interviniendo algunas de las políticas públicas orientadas desde el Estado. A la Ley de Economía del Conocimiento, que incorporó el sector a sus competencias, se le suma la reciente invitación a la Cámara Argentina de Videojuegos al Mercado de Industrias Culturales, realizado en mayo en el Centro Cultural Kirchner. Asimismo, recientemente se lanzó el programa Potenciar Videojuegos, orientado a brindar aportes no reembolsables para prototipos de videojuegos. Apoyo estatal al desarrollo en la materia.
Es que, en términos de estructura económica, es una industria estratégica: produce dólares, genera puestos de trabajo variopintos y calificados y tiene una demanda de infraestructura relativamente menor a la de otros sectores productivos.
Arte, programación y diseño confluyen en la producción de los videojuegos. «Esa es la tríada básica: desde el arte tenés animadores, diseñadores gráficos, artistas. Además programadores, sonidistas, guionistas y hasta directores de fotografía. No existe una relación directa y única entre videojuegos y programación».
PressOver es un medio local orientado al vasto mundo de los videojuegos. En su sección «Nacionales» realiza un seguimiento de las novedades del mercado argentino y brinda un pantallazo interesante de la actualidad del sector. Desde «Chacal, el arcade argentino que nos enfrenta a la policía», hasta videojuegos de plastilina, convocatorias y concursos.
«PressOver nació en 2017 con el objetivo de visibilizar la industria de videojuegos que veíamos que no tenía tanto espacio en los medios que ya existían», cuenta Juan Lomanto, productor general del medio. «Empezamos a viajar por las principales exposiciones de videojuegos del país, que es nuestro eje principal. Hablamos con mucha carga de opinión y política. Entendemos los videojuegos como fenómeno social y de expresión artística», señala.
El estudio Purple Tree, cofundado por Ezequiel, desarrolló un producto de referencia: Golazo, un juego de fútbol que está disponible para la Playstation 4 y la Xbox. «Somos un estudio de Ciudad de Buenos Aires que nacimos en 2012 haciendo videojuegos para Cartoon Network y Nickelodeon», explica Heyn, licenciado en Comunicación Social. «Hace alrededor de cuatro años decidimos hacer nuestro propios proyectos y así nació Golazo, el primer juego de fútbol latinoamericano que se publicó en consolas como PlayStation o Xbox».
Después vino Punpu, una especie de Bomberman multipremiado en diferentes latitudes. Actualmente están desarrollando la versión II de Golazo y un juego de boxeo llamado ThunderRay, donde un boxeador campeón del mundo es secuestrado por un grupo de extraterrestres y debe enfrentar a los campeones de otros mundos para convertirse en el mejor boxeador interestelar.
Vale aclarar que la paridad de género es una deuda de la industria: según compila el estudio de la Universidad de Rafaela, solo el 13 por ciento de las trabajadoras en relación de dependencia son mujeres y el número desciende al 6 por ciento si se pregunta por mujeres en puestos de toma de decisión.
