Contracumbre ambiental: organizaciones denuncian el “marketing verde” de Larreta

🌳 Frente a la diplomacia acartonada del C40, que no permite la participación ciudadana en el debate ambiental, organizaciones sociales inventaron su propia cumbre. Demasiado cemento, pocos árboles y una ribera privatizada, los principales reclamos al Jefe de Gobierno.

Buenos Aires “se derrite”. Ese diagnóstico es compartido por un amplio grupo de organizaciones sociales, activistas ambientales y especialistas en urbanismo, pero no será tenido en cuenta durante la Cumbre Mundial de Alcaldes “C40” que comenzó este miércoles en el Centro de Exposiciones de Recoleta, con Horacio Rodríguez Larreta como anfitrión. El Jefe de Gobierno porteño rechazó la participación de la sociedad civil en las tres jornadas de debate sobre el cambio climático sin dar ningún argumento: directamente ignoró la petición, la misma que también le llegó al alcalde de Londres, por estas horas de visita en el país, Sadiq Khan.

En respuesta, las organizaciones armaron su propia “cumbre ciudadana” con una serie de actividades, charlas e intervenciones en el espacio público con el objetivo de visibilizar una agenda alternativa a la oficial. “Como no nos dejaron participar por nuestra posición crítica, decidimos encarar nuestras propias acciones ciudadanas. Detrás del marketing verde del Gobierno porteño, que gasta 29 millones de pesos por día en publicidad, hay una Ciudad en emergencia ambiental”, afirmó a El Grito del Sur María Eva Koutsovitis, titular de la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la UBA y activista de “La Ciudad somos quienes la Habitamos”. 

La agenda de protestas y espacios alternativos de debate arrancó este martes con una manifestación en las escalinatas del Paseo del Bajo, donde se denunció la pérdida del 60 por ciento de los árboles trasplantados por la obra, y seguirá este jueves con una charla en la sede de Avenida Belgrano de ATE, de la que participarán la arquitecta María José Leveratto, el paisajista Fabio Márquez y el especialista en políticas de desarrollo sostenible y cambio climático, Rodrigo Rodríguez Tornquist, entre otros. El cierre será este viernes a las 17 con una movilización que partirá de la Plaza San Martín, en Retiro, al propio Centro de Exposiciones ubicado en Recoleta.  

La Ciudad buscó compensar la ausencia de participación ciudadana con una feria abierta vegana y un festival musical en el Planetario este viernes. “Es parte del marketing verde. El C40, pese a que tiene sus limitaciones, podría ser un espacio interesante si la ciudadanía pudiera participar. La participación ciudadana es parte de los derechos ambientales, así lo establecen el principio 10 de la Declaración de Río acerca del Ambiente y el Desarrollo y el Acuerdo de Escazú, a los que el país adhiere. Pero a Larreta no le importó cumplirlo”, señaló Koutsovitis. 

Así como para el Jefe de Gobierno resulta una vidriera de “gestión”, para las organizaciones vinculadas a la problemática ambiental y urbana el C40 representa una oportunidad para hacer escuchar sus reclamos respecto de la política ambiental de la Ciudad, que básicamente se centra en tres ejes: la cementación producto de la especulación inmobiliaria, el déficit de espacios verdes y árboles y la privatización del espacio público, especialmente de la zona costera. 

De eso se trata, de hecho, la página web “Buenos Aires Derretida”, impulsada por las ONGs Basta de Demoler, Basta de Mutilar y la Fundación Ciudad. Allí se dice, por ejemplo, que “el 53% de las emisiones de gases de efecto invernadero las producen los edificios residenciales y los edificios comerciales e industriales, cuando el transporte emite el 30%. Sin embargo, todos los esfuerzos y la agenda del C40 priorizan el tema del transporte. Nos cabe entonces a nosotros señalar que la corrupción de los gobiernos facilitando la especulación inmobiliaria juega en el desarrollo del cambio climático negativo un rol fundamental en las grandes ciudades”.

Respecto de la mutilación de árboles, las organizaciones encontraron en enero de este año diferencias térmicas de hasta 20 grados entre los parques de la Ciudad cuyos árboles fueron podados y los que no. Lo mismo entre los asfaltos a resguardo de las sombras de las copas y los que no y entre las zonas de la Costanera y el centro de la Ciudad. 

De acuerdo con Basta de Mutilar, casi mil árboles plantados por el Gobierno de la Ciudad en Costanera Sur, Parque Tres de Febrero y Paseo del Bajo se secaron entre 2019 y 2021. Con ese eje se dio la movilización de este martes a las escalinatas del Paseo del Bajo, cuya traza implicó la poda de varias decenas de ejemplares. 

“Las políticas públicas del GCABA están muy lejos de lo que se necesita para la adaptación al cambio climático. Se habla de reducir las emisiones de CO2, pero no se tiene en cuenta que la única manera en que podemos disminuir la concentración de este GEI de la atmósfera es con verde vegetal vivo capaz de fotosintetizar”, dijeron en ese aspecto. 

El tercer punto de los reclamos tiene que ver con la privatización de la zona costera para emprendimientos inmobiliarios, tanto en la zona de Costa Salguero como en la ex Ciudad deportiva de Boca. “El modelo urbano que hace 15 años se consolida en la Ciudad está basado en el deterioro de los espacios verdes: se privatizaron el equivalente a 75 Plazas de Mayo de espacios verdes públicos y somos una de las peores capitales del mundo en cantidad de espacio verde por habitante, aún contando los canteros truchos y macetones que cuenta el gobierno porteño”, denunció Koutsovitis. 

Otra de las críticas que las organizaciones realizan al Ejecutivo de la Ciudad en materia ambiental es que el “Plan de Acción” de cara a 2030 no se puede auditar, dado que no tiene metas medibles concretas. “Por eso vamos a presentar el nuestro”, dijo la especialista. 

Para Koutsovitis, hay dos obras de la gestión PRO que desnudan lo que llama “el marketing verde”. “La Ciudad tuvo que reemplazar los paneles solares que colocaron en los techos de las nuevas viviendas en la 31 porque no daban agua caliente ni servían para dar luz en los espacios comunes, algo insólito. Y el BID, uno de los organismos que financia la cumbre, le retiró los fondos del canal a cielo abierto que intentó meter sin consenso vecinal en el Parque Saavedra. El informe de impacto ambiental decía que había plomo, escherichia coli, aceite, fenol y arsénico, entre otros contaminantes. Si a un nene se le caía una pelota ahí, se le desintegraba”. 

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.