Hace exactamente tres años, la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner derrotaba electoralmente las ambiciones reeleccionarias de un golpeado Mauricio Macri. La inflación, la devaluación, la pérdida de valor del salario real eran algunos de los aspectos que caracterizaban al gobierno de Cambiemos y que, apenas tres años después, son potestad del fallido experimento albertista. ¿Qué rupturas y continuidades se pueden encontrar entre ambas gestiones?
Más pobreza
«Lo único que importa es que los argentinos dejen de sufrir», espetó aquel domingo a la noche el flamante Presidente. En esa ocasión convocó a «construir la Argentina igualitaria y solidaria que soñamos». Nada de eso pasó: según la Encuesta Permanente de Hogares, en la actualidad el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza alcanzó el 27,7%; esto implica que el 36,5% de los y las argentinas son pobres. En 2019, la pobreza era del 25,9% de los hogares y alcanzaba al 35,5% de la población.
Más crecimiento
La foto a tres años es clara: crecimiento sin redistribución. Si un poroto puede anotarse Alberto Fernández es el crecimiento del PBI nacional: tras una caída de casi 10 puntos por la pandemia, el país se recuperó en 2021 y para el segundo trimestre de 2022. Hoy Argentina muestra un crecimiento de 6,9% con relación al mismo período del año anterior, según los datos del INDEC.
Aborto y pandemia
Los pocos goles a favor tuvieron que ver con la gestión de la pandemia, la defensa del empleo formal y algunas reivindicaciones en materia de género. La aprobación del aborto, la creación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad y el reconocimiento de las tareas de cuidado para mujeres con hijes que no alcanzan los años de aportes, son algunos de los hitos de la gestión Alberto.
La gestión de la pandemia, la llegada de las vacunas, la política social y de defensa del empleo fueron algunos de los aciertos presidenciales. La propia OIT reconoció los esfuerzos argentinos en materia de cuidado del trabajo. Sin embargo, mucho de este acervo quedó aplastado por el peso de «la foto» que mostró al Presidente violando la cuarentena lo cual impactó en su imagen.
Integración regional
Argentina intentó asumir una tarea de vanguardia en materia de integración regional. Disputó la conducción del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), obtuvo la presidencia de la CELAC, medió en el golpe de Estado en Bolivia y sostuvo posiciones soberanistas y latinoamericanistas en muchos foros. Asimismo, presentó el pedido formal de incorporación al BRICS y sostuvo relaciones cordiales en el frente externo lo cual fue tal vez uno de los aciertos en la gestión Fernández, un orador que se sintió más cómodo en foros internacionales que en el interior del país.
Internet y comunicación
En materia de comunicación no hubo (casi) ningún avance. La principal ofensiva intentó ser el decreto 690, una propuesta de avanzada que buscaba declarar internet como servicio esencial y fijaba precios para las tarifas. Sin embargo, fue judicializado inmediatamente y desde entonces se encuentra enfriado en los tribunales federales. Desde entonces, el área de comunicación ha sido una vacancia constante del gobierno de Alberto, que ha estado más cerca de los estudios de Clarín que de las necesidades del campo popular de la comunicación.