Radiografía de la interna PRO

🧐 El kilómetro cero de Rodríguez Larreta tiene a Macri como principal objetor. El ex presidente subió al ring a Vidal, ex aliada del Jefe de Gobierno, y se reunió a solas con Bullrich, haciendo explotar la interna, que sumó su semana más intensa en lo que va de 2023.

El Pro entró esta semana en temporada alta de lanzamientos, con su infaltable cuota de internas, fotos cruzadas entre dirigentes y golpes a traición. Horacio Rodríguez Larreta puso en marcha, finalmente, el “kilómetro cero” de su candidatura presidencial. El anuncio, pese a estar cantado desde hace por lo menos año y medio, había generado expectativa en la previa por el impacto que se esperaba pudiera tener en su propio espacio, en materia de apoyos y resonancia. Y precisamente fue en ese punto donde falló. No logró acaparar todos los flashes, y el principal responsable de ese sabor a poco fue Mauricio Macri, siempre dispuesto a aguarle la fiesta. 

Tres gestos políticos le bastaron al ex presidente para volverse a mostrar como el principal objetor de la candidatura de Rodríguez Larreta. Primero bendijo las aspiraciones, hasta entonces bastante tibias, de María Eugenia Vidal, ex aliada del propio Jefe de Gobierno, quien la convirtió en diputada por la Ciudad. Macri la visitó en la inauguración de una pequeña oficina en Retiro que para dar la impresión de un búnker de campaña tuvo que ser decorada por demás, con afiches improvisados y un mapa del país. Más tarde compartió una reunión privada con Patricia Bullrich, en tono de simbiosis política. Y para completar el combo de la demolición, saludó la campaña “HRL 2023” con una invitación fría a la “competencia”, lo que aplica, dijo, “a la oportunidad de una candidatura” tanto como “a la competencia deportiva, a la lucha de los productos por liderar el mercado”, etc.

Macri, entonces, terminó por completar las cuatro esquinas del ring: a los aspirantes cantados Larreta y Bullrich sumó a Vidal como tercera en discordia y se reservó una cuarta silla para él mismo, como gran elector, facilitador o dinamitador de acuerdos o finalmente él mismo, también, como posible candidato, variable en la que nadie cree pero de la que todo el mundo desconfía. 

Macri y Vidal

Horacio

En la góndola de ofertas del Pro, Larreta lleva la etiqueta de un buen producto: corre con ventaja tras imponerse en la táctica electoral del 2021 por sobre la idea del propio Mauricio. Su jugada resultó victoriosa, especialmente en la Provincia de Buenos Aires, donde movió cielo y tierra para mudar a Diego Santilli, su hombre al otro lado de la General Paz, quien derrotó al oficialismo en su primera elección. 

Para esa tarea contó con el apoyo nada despreciable del radicalismo y de algunos intendentes Pro, como Jorge Macri, quien fruto del acuerdo desembarcó en la Ciudad, y de Diego Valenzuela, un dirigente con experiencia en la gestión municipal que apuesta fuerte a una gobernación del Colorado. 

El larretismo fue creciendo y cuenta con apoyos amplios: desde el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y el senador porteño y candidato a la sucesión, Martín Lousteau, hasta José Luis Espert, Waldo Wolff e incluso la evangelista Cinthia Hotton. También hay que contar en el combo sus relaciones con el Poder Judicial, el Grupo Clarín y las principales entidades agroexportadoras.  

Pero la apuesta es al centro político. Allí es donde cree que tiene su mayor capital. Dirigentes de su confianza aseguran que más allá de lo que marquen algunas encuestas y Focus Groups, donde aparece a veces como un “tibio” frente a las posiciones circunstanciales del ala dura, al final de la película la trama se resolverá con cierta verosimilitud. Larreta, por ahora, no se mueve de ese norte. Podría utilizarse la metáfora del faro, pero está a la vista que no resultó feliz. 

Su otra apuesta fundamental pasa por conseguir un acuerdo satisfactorio con Macri. Es una pulseada que lleva más de un año. El Jefe de Gobierno acumula volumen político para llegar a la instancia final con la cancha inclinada para su lado. Se mira a espejo de Alberto Fernández: no quisiera encabezar un gobierno por demás condicionado, con ministros que le ponen y sacan otros. Esa parece ser la traba, y no otra, de que las conversaciones entre ambos lleguen a buen puerto, por ahora. 

Bullrich

“A mí no me baja nadie”. Patricia juega con dos bendiciones: la de las encuestas, que la muestran peleando mano a mano o incluso por encima de Larreta, y la del calor humano que recibe en sus recorridas low cost. En un contexto que varios dirigentes del Pro coinciden en describir como de distancia del electorado respecto del devenir de los políticos, lo que recoge en el cara a cara no es nada para andar despreciando. Para qué bajarse, entonces. 

Bullrich considera, además, que pese a no haber ido en ninguna boleta, el triunfo opositor de 2021 se debe mucho más a su campaña de resistencia contracultural a la pandemia y la capitalización por derecha de cierto hartazgo con la situación económica que a los movimientos tácticos de su contrincante. Otra razón para seguir insistiendo. 

Bullrich y Macri

Frente a la campaña de Larreta enfocada en el “diálogo”, la ex ministra de Seguridad aprovechó para sacar a relucir otro de sus atributos, el antikirchnerismo rabioso. El mismo día del lanzamiento del kilómetro cero, posteó fotos de Aníbal Fernández, Juan Grabois, Raúl Zaffaroni y otros hits del odio anti-k. Tiene claro dónde pegar. 

Su hándicap sigue siendo la Provincia, donde su caballo de troya es Joaquín de la Torre, muy lejos en las encuestas. Néstor Grindetti y Javier Iguacel también acumulan en su espacio, aunque conducidos por Mauricio. Si bien está lejos de la UCR, está cerca de la tercera fuerza nacional: Javier Milei. La amenaza de un acuerdo con los libertarios por fuera de JxC es otra baza que la sostiene jugando fuerte. El tren, además, solo suele pasar una vez. 

Vidal

La diputada ya venía caminando por varias provincias para impulsar su candidatura, pero la foto con Macri sorprendió. Le imprimió otro volumen a sus aspiraciones, aunque el costo es grande: el larretismo, que supo cobijarla tras la derrota en Provincia y reconvertirla en territorio porteño, lo vivió como un golpe a traición. 

Cerca de Vidal rechazan que le hayan ofrecido competir para la sucesión en la Ciudad, y achacan esas operaciones al intento de bajarla. Es sabido, de todos modos, que el ofrecimiento estuvo, tanto de Larreta como de Bullrich, que también juega para Jorge Macri. 

De toda la oferta Pro, la de Vidal es la menos definida. En su entorno, de hecho, ratifican que buscará “el camino del medio”, entre los principales contendientes, y lejos del ruido mediático. Y avisan que levantará el perfil en las próximas semanas y que la decisión final no la tiene ella, sino el propio Mauricio. 

Macri

El ex presidente parece que nunca está, pero está siempre. Sus vacaciones en el sur, en Qatar o en Italia -adonde viajará en las próximas horas-, no lo alejan de la toma de decisiones a nivel local. 

Hay un dato que pasó desapercibido pero que figura explícito en su último libro, Para Qué: en el capítulo en el que repasa su gestión porteña hasta 2015, describe a Larreta y Vidal como sus hijos políticos, habla de ellos como un DT habla de un jugador con talento que acaba de descubrir y pulir. Lo mismo dice de casi todo el Pro. Puede que su liderazgo haya quedado golpeado a partir de la derrota de 2019, incluso la mesa política ampliada del partido y el reseteo de jerarquías internas así lo demuestran, pero no es eso lo que piensa él. 

Por ahora, consciente de su imagen negativa, se posiciona como el director de orquesta, como el líder político que es. Funciona a espejo, por momentos, de Cristina Kirchner: los votos son míos, los dirigentes también. Y enfurece cuando se lo cuestiona. El principal retador es Larreta, y por eso mismo es el blanco predilecto de sus golpes bajos. 

Así las cosas, se sabe que de una decisión suya depende todo el armado opositor. Y mientras sigue de viaje por el exterior, restan 4 meses para el cierre de listas.

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.