De «Rolo» Figueroa a Weretilneck: los resultados en Neuquén y Río Negro afianzan la incertidumbre electoral

🗳️ Las elecciones en Neuquén y Río Negro exhibieron cierto desgaste de los oficialismos tanto provinciales como nacionales en el marco del agravamiento de la crisis económica. ¿Quiénes fueron los principales ganadores y perdedores?

La primera lectura política de las elecciones provinciales en Neuquén y Río Negro es el notorio retroceso en la masa de votantes que se volcaron a respaldar la continuidad de los oficialismos. En el primer caso, el dato es histórico puesto que el Movimiento Popular Neuquino (MPN) ostentaba desde hacía 61 años la gobernación y había salido airoso de los distintos cambios de coyuntura, logrando provincializar distintas elecciones y habiendo enfatizado el concepto de “neuquinidad” para atraer voluntades. En el segundo, Juntos Somos Río Negro intentó seguir el modelo del MPN pero en estos últimos comicios se alineó al kirchnerismo y su performance en las urnas fue menor a la esperada.

A priori, la derrota del MPN en Neuquén se explica por la decisión de Rolando Figueroa -flamante gobernador electo- de romper con el partido que lo cobijó durante muchos años y construir su propia candidatura. En un armado político muy transversal Figueroa logró reunir desde el Movimiento Evita hasta el PRO, pasando por Democracia Cristiana y el Partido Socialista hasta el Frente Grande y el ARI. Figueroa no era un dirigente más: fue intendente (2011-2015), vicegobernador (2015-2019) y diputado nacional desde 2021. Es decir, su salida del partido de la familia Sapag arrastró -sin lugar a dudas- otros elementos detrás de él que fueron combinados con una astuta política de alianzas.

Esto dio lugar a que el oficialismo neuquino perdiera alrededor de siete puntos porcentuales. En 2019, el MPN había superado cómodamente por 14 puntos al kirchnerista Ramón Rioseco, que pasó de obtener 26,18% hace cuatro años a lograr apenas el 12,71% de los sufragios emitidos. Es decir, buena parte de los votos que acompañaron al peronismo frentetodista se fugaron a opciones alternativas a la hegemonía local: principalmente al ganador “Rolo” Figueroa y a Carlos Eguía, candidato de Javier Milei que alcanzó el 7,98% de las adhesiones. 

En cuanto a Río Negro, si bien Alberto Weretilneck le sacó más de 17 puntos a su rival Aníbal Tortoriello, el alineamiento de las filas kirchneristas -que incluyeron la adhesión del senador nacional camporista Martín Doñate- detrás de su candidatura dejó un sabor agridulce dado que no logró convertir en testimonial la postulación de Silvia Horne. La referente local del Movimiento Evita sacó un 12,28%, mientras que Weretilneck obtuvo casi diez puntos porcentuales menos que en 2019. Es decir, la unidad Juntos Somos Río Negro (JSRN)-kirchnerismo no aportó un diferencial numérico y permitió inclusive poner a Juntos por el Cambio en una posición mucho más competitiva (pasó del 5,57% al 24,37% en apenas cuatro años).

Martín Doñate y Alberto Weretilneck

Ganadores y perdedores

El principal ganador de los comicios patagónicos es, sin lugar a dudas, la oposición nucleada en Juntos por el Cambio, puesto que sus representantes políticos en Neuquén y Río Negro pudieron capitalizar en parte cierto desgaste de los oficialismos tanto provinciales como nacionales en el marco del agravamiento de la crisis económica. Si bien el MPN y JSRN distan de identificarse con el Frente de Todos, esta vez sus posiciones de centro no generaron expectativa dentro de un electorado que reclama soluciones contundentes y de corto plazo frente a problemáticas como la inflación. Tanto Macri como Larreta y Bullrich festejaron públicamente el triunfo de Rolando Figueroa dado el apoyo previo que le habían brindado, aunque es difícil predecir el comportamiento político del gobernador electo hacia delante. Inclusive el libertario Javier Milei tiene motivos para festejar, ya que -en dos provincias donde su armado es bastante incipiente- sus candidatos estuvieron cerca de alcanzar los dos dígitos y la novedad es que tendrán presencia legislativa a partir de ahora.

Finalmente, otro gran perdedor es el sistema democrático que acumula cada vez más bajos índices de credibilidad. En Río Negro, por ejemplo, participó alrededor de 60 por ciento del padrón electoral cuando hace cuatro años lo había hecho casi el 74 por ciento. Ya no estamos hablando de una desafección progresiva, sino de una apatía creciente que se manifiesta en la baja participación. Además de la fuerte caída electoral del Frente de Todos, ésta puede ser otra variable a tener en cuenta de cara a las próximas elecciones presidenciales en nuestro país.

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.