El peronismo pampeano pone a prueba su hegemonía

🗳️ Este domingo La Pampa va a elecciones, donde el gobernador Sergio Ziliotto buscará un nuevo mandato. Tras sufrir en 2021 la primera derrota electoral en 36 años (apenas la segunda desde la vuelta de la democracia), el PJ y sus aliados apuntaron a despegarse del escenario nacional ante una oposición que parece dispersa pero no tanto.

La Pampa elegirá gobernador este domingo 14, donde el PJ buscará seguir mandando como lo ha hecho desde el retorno democrático aunque buscando despegarse del escenario nacional que lo arrastró a su primera derrota electoral en 36 años en las legislativas de hace dos años.

Será, además, el estreno en la provincia de la Ley 3259 que garantiza la paridad de género en las candidaturas a cargos electivos.

El actual gobernador Sergio Ziliotto buscará su reelección y también comenzar a cimentar su historia como conductor político de una provincia que en cuatro décadas solo conoce a un puñado de “caudillos” del peronismo al frente del Ejecutivo: Rubén Marín (1983–1987 y 1991–2003), Carlos Verna (2003–2007 y 2015–2019) y Oscar Jorge (2007–2015). Néstor Ahuad (1987–1991) fue el único gobernador de esta era que no reeligió ni repitió mandato posteriormente.

Para el “Ruso” Ziliotto la reelección parece al alcance de la mano, según lo que muestran las encuestas y lo que se percibe en el mundillo de la política pampeana. Lo hace a caballo de una gestión sin grandes sobresaltos, con un elogiado manejo de la situación sanitaria durante la pandemia y una relación aceitada tanto con los gremios provinciales como con el sector privado que le ha permitido atravesar la crisis económica sin sofocones políticos. Encabezará la lista del Frente Justicialista Pampeano, la versión autóctona del Frente de Todos que el PJ comparte con al Frente Renovador, el Partido Humanista, Patria Grande, el PC, el PTP y otros partidos provinciales.

A pesar de ese “viento de cola”, para Ziliotto –quien además preside el PJ pampeano desde 2021- la derrota del FreJuPa hace dos años ante la alianza opositora de Juntos por el Cambio es una mancha en su reciente carrera como conductor partidario.

Más allá de la buena sintonía que ha cultivado con el gobierno nacional, el objetivo de esta campaña fue provincializar al máximo el discurso: sin actos proselitistas ni visitas de funcionarios nacionales y mostrando la gestión propia de estos cuatro años.

La victoria opositora en 2021 fue algo casi inédito en La Pampa. Solo la UCR, en plena primavera alfonsinista, había logrado vencer en las urnas al PJ cuando se eligieron diputados y senadores nacionales en 1985. En 1983 y en cada elección posterior al ‘85, el peronismo salió triunfante con un aparato electoral aceitado y difícil de empardar en cuanto a despliegue en el territorio.

Pero desde hace algunos años, esa propia hegemonía empezó a provocar grietas hacia dentro como resultado de que el casi único rival era el interno: las rispideces entre Marín, Verna y Jorge dieron lugar a algunas deslealtades y a ese aparato electoral se le aflojaron algunos tornillos.

Ziliotto es un hijo político de Carlos Verna, una figura omnipresente aunque hoy algo alejado del primer plano tras superar cuestiones de salud que en 2019, con una gestión que culminó con altísimo nivel de aprobación, lo hicieron desistir de seguir en la Casa de Gobierno. El ex gobernador sigue manejando sus influencias desde General Pico imponiendo nombres y estrategias, y “marcando la cancha” con esporádicas declaraciones.

Aunque Verna no lo reconoce abiertamente, el crecimiento opositor en su bastión del norte provincial es consecuencia de lo que él en su momento “dejó hacer” y que ahora pone a Juntos por el Cambio, por ejemplo, con la expectativa real de poder ganar la intendencia de la segunda ciudad de la provincia.

Buscando revertir de alguna manera ese escenario es que Alicia Mayoral, una dirigente con historia entre la militancia piquense, fue elegida como la compañera de fórmula de Ziliotto.

El factor interior

El principal contendiente de Ziliotto este domingo será el actual diputado nacional Martín Berhongaray. Hijo de Antonio “Pacheco” Berhongaray -histórico dirigente radical-, llegó a ser candidato a gobernador de Juntos por el Cambio tras ganarle la interna a Martín Maquieyra, que tenía el apoyo de Horacio Rodríguez Larreta y el resto del PRO.

“Pachequito” lleva consigo un apellido “pesado” en la política pampeana, cuenta con el apoyo de la dirigencia nacional de la UCR (Martín Lousteau, Gerardo Morales, Rodrigo de Loredo y Emiliano Yacobitti lo acompañaron en distintos momentos de la campaña) y una imagen de legislador experimentado y preocupado por las cuestiones provinciales más que por las coyunturas nacionales, tanto en su cargo actual como en sus varios periodos en la Legislatura provincial. Lo acompaña en la fórmula otra exdiputada provincial, Patricia Testa.

En el frente opositor saben que están ante una empresa difícil, pero hacen cálculos con los números de los municipios del interior: no solo porque se ilusionan con ganar General Pico, sino que además esperan sumar en otros centros urbanos importantes donde el PRO o la UCR gobiernan, como General Acha o Eduardo Castex.

Martín Berhongaray

Por supuesto que el resultado de 2021 es otro factor que buscarán se repita. Aquella elección fue una derrota que el PJ y sus aliados interpretaron como un reflejo de la baja imagen del gobierno de Alberto Fernández, y en JxC intentarán volver a capitalizarla.

Repetir esa performance tiene sus dificultades para JxC. Por un lado el factor histórico, donde el PJ siempre se terminó fortaleciendo a la hora de poner en juego la gobernación; y además, la propia alianza entre radicales y macristas no goza de la mejor salud e incluso algunos de los partidos “chicos” del frente decidieron salirse.

El resto que quiere arrimar

La pelea electoral entre Ziliotto y Berhongaray revive el histórico bipartidismo en la provincia entre peronistas y radicales. Y es que el resto de los contendientes parecen estar lejos de arrimar en sus números.

La única fuerza que puede aspirar a colocar algún nombre en la Legislatura provincial es Comunidad Organizada, el partido del ex PJ Juan Carlos Tierno (es candidato a gobernador), quien con su ya clásico discurso de mano dura busca alguna banca.

Los otros tres candidatos a la Casa de Gobierno son: por la izquierda el FIT (con Luciano González Cabiati, del PO, al frente), Desde el Pie (Claudio Acosta será su candidato) y también se presenta el Movimiento Federalista Pampeano, que tras salir de Juntos por el Cambio llevará la candidatura de Héctor Fazzini.

Dos partidos presentarán listas sólo para la Cámara de Diputados de la provincia: Organización Cívica (una escisión de Comunidad Organizada) y el Partido Libertario de Javier Milei, con quien Tierno buscó aliarse sin llegar a un acuerdo.

El factor capital

Otro foco de atención importante estará en la elección de la Municipalidad de Santa Rosa. Luciano di Nápoli, de La Cámpora, se presenta para un nuevo mandato y enfrentará al radical Francisco Torroba, quien ya en 2008 (destitución del entonces peronista Tierno mediante) ganó la intendencia inaugurando una etapa de alternancias entre UCR y PJ.

Di Nápoli busca romper esa tendencia y ser reelegido, pero además también quiere que por fin el kirchnerismo puro y duro pise fuerte en La Pampa, una provincia donde Cristina Kirchner siempre terminó tejiendo alianzas con el peronismo tradicional sin poder hacer despegar a candidatos propios.

Cristina tiene mala relación con Verna desde los años que compartían bloque en el Senado, aunque en 2019 la pelea contra Mauricio Macri los encontró compartiendo el 17 de octubre en Santa Rosa. Solo durante la última de las dos gestiones de Oscar Jorge (2011 – 2015), la actual vicepresidenta encontró un aliado político con cierto peso.

La victoria de Di Nápoli en 2019, ganándole la interna a la unión de todas las líneas del PJ tradicional y la general al entonces intendente radical Leandro Altolaguirre, fue la primera victoria resonante de los “K” en La Pampa y aún hoy es visto con recelo por el resto del peronismo. Por eso, para la elección de este domingo decidió cerrar filas con quienes se enfrentó internamente hace cuatro años buscando evitar sorpresas y minimizar el efecto del corte de boleta.

Además, frente al escenario imprevisible que enfrenta el PJ en otros municipios importantes, quiere dar un golpe de efecto ganando en la capital (como ya pasó en 2021) aportando un buen caudal de votos para la reelección de Ziliotto.

Y si ese escenario se concreta, le dará al intendente de Santa Rosa sobrados motivos para empezar a imaginar con cierta expectativa un futuro propio en la Casa de Gobierno.

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