Al «voto joven» hay que entenderlo en el marco de la importante ampliación de derechos que tuvo lugar en Argentina entre los años 2003 y 2015, bajo las gestiones presidenciales de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. En 2012, año de su sanción en el Congreso Nacional, eran tiempos en que buena parte de la juventud se volcaba a la política y se identificaba mayoritariamente con el kirchnerismo pero también con la izquierda. Apenas una década más tarde, el panorama es sombrío porque muchas y muchos jóvenes empezaron a mirar, inclusive con entusiasmo, opciones de ultraderecha. Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Ser joven y no ser revolucionario sigue siendo una contradicción hasta biológica?
Este artículo se nutre de valiosos testimonios de jóvenes referentes que militan en escuelas secundarias de la Ciudad de Buenos Aires y que en 2023 votan por primera vez. Esta oportunidad, aseguran, les resulta un desafío porque se produce en un contexto inédito marcado por la post-pandemia (que agravó las desigualdades en todo el mundo) y crisis económica a nivel local trayendo un descontento que se percibe como generalizado.
«En este año electoral, les jóvenes apostamos por la participación en las elecciones y por el voto joven porque entendemos que ésta es la herramienta para disputar nuestra educación y nuestro futuro. Es parte de la construcción de la ciudadanía autónoma que tenemos y hay que comprender al voto no como algo que cambia la decisión, sino como un compromiso que tenemos porque estamos votando a quienes nos representan», señaló a El Grito del Sur Julia Auchterlonie, secretaria general del Lenguas Vivas JRF.
«Muchos de los sectores otrora identificados con la rebeldía propia del espectro político de izquierda, fueron cautivados por grupos que defienden el establishment económico y parecen haber monopolizado la rebeldía mediática que conlleva la propia expresión del descontento», aportó Lucía Guttlein, vicepresidenta del centro de estudiantes del colegio Juan Pedro Esnaola.
El fenómeno Milei en la juventud
Encuestas recientes resaltan que les jóvenes de entre 16 y 29 años apoyan mayoritariamente a la figura del candidato presidencial Javier Milei (La Libertad Avanza), que se impone en este segmento. Según Clivajes Consultores (marzo 2023), el 20,4% de votantes de este rango etario apoya a Milei, mientras que Cristina Fernández de Kirchner queda segunda con el 14,8%. Otros estudios, como el realizado por la consultora Analogías (marzo 2023), le dan incluso mayor intención de voto entre los electores sub-30: 34,3% para Milei, contra 19,6% de Juntos por el Cambio y 18,4% del Frente de Todos.
«No creo que haya una atracción hacia Milei por Milei, sino que me parece una causa-consecuencia de un fenómeno que viene a hacer que los jóvenes dejaron de encontrarse en el espacio de la conformación de la política clásica. Igualmente no creo que los jóvenes tengan un desinterés real en la política porque aunque figuras como la de Milei se distancian de la política, al fin y al cabo lo es. Y atraen a todas las juventudes que no se sienten contenidos por la política clásica y buscan esa especie de ¨innovación¨ reaccionaria que busca al que se cree marginado o excluido», dijo a este medio Lena Hartmann, presidenta del Centro de Estudiantes del Nacional Buenos Aires (CENBA).
«El Pelle tiene una población donde existe adhesión a algunos ideales que quizás no son particularmente los de Milei, pero sí noto gente que está teniendo esa inclinación aunque en menor cantidad si se compara con otros colegios. Sí veo un fenómeno de la juventud que está volcándose en esa línea, pero por el hecho de que hay una decepción con las agrupaciones y partidos políticos que vienen estando en el poder en forma alternada. Como no muestran mejoras y somos una generación que quizás no vivió otros períodos históricos donde ciertos partidos generaron crecimiento, viene alguien nuevo diciendo que va a dinamitar todo lo que está mal y algo de esa locura termina llamando la atención», explicó por su parte Malena Strauchler, presidenta del centro de estudiantes del Carlos Pellegrini (CECaP).
¿La juventud irá efectivamente a las urnas?
Para estas elecciones, hay casi dos millones de votantes nuevos respecto de las presidenciales de 2019. Ese año estaban habilitados para votar 33.841.837 personas. Y son casi 1.500.000 más que en las legislativas de 2021 cuando pudieron sufragar 34.332.992. La mayoría de esos nuevos votantes son jóvenes de entre 16 y 17 años que lo harán por primera vez. Cabe destacar que sólo en la Provincia de Buenos Aires unas 680 mil personas se incorporaron al padrón electoral este año.
Esto no significa que efectivamente asistan a las urnas. Ya en el año 2021 se produjo un crecimiento en la abstención electoral y este año se espera que no sea la excepción, lo cual afectará sin lugar a dudas al segmento del «voto joven». Lo ocurrido hace una semana en Jujuy es muestra de ello, dado que apenas participó alrededor del 60% (contra 80% hace cuatro años) del padrón electoral.
«No veo venir una baja participación en las elecciones, más que nada porque venimos de un año de lucha bastante fuerte luego de lo que fueron las tomas. Siento que se habla mucho de política partidaria. Por ejemplo, está presente la referencia de (Horacio Rodríguez) Larreta como un hombre que nos oprime y recorta constantemente el presupuesto educativo. En mi colegio abunda mucho el kirchnerismo y el peronismo», dijo a El Grito del Sur Anna Bruzzone, presidenta del centro de estudiantes de la EEM Nº 1 DE 16 «Rodolfo Walsh».
«Me parece que hay interés en los comicios -coincidió la referenta del CENBA-, sucede de una manera extraña porque hay muchos pibes y pibas jóvenes que no se sienten representados por los espacios tradicionales y les convence esta historia de que lo que están haciendo no es política». Julia Mirabelli, presidenta del centro de estudiantes del Colegio Nº 3 Mariano Moreno, planteó otra postura: «Hay muchos pibes de 16 y 17 años que no van a votar porque no les interesa y mientras no los obliguen no lo van a hacer. Queremos seguir dando contenido político a la militancia, de esa forma se logra que los pibes y las pibas salgan a votar lo que realmente les convenza y que lo hagan con total convicción. Ir a votar es una responsabilidad grande», concluyó la joven.
