Pese a que algunas tengan más relevancia que otras, son catorce las fórmulas que competirán el próximo 13 de agosto en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Según impone el régimen electoral, deberán alcanzar al menos el 1,5% de los votos para poder superar esta instancia inicial y competir con su boleta en las elecciones generales de octubre.
Fuera de los cuatro grandes frentes que aglutinan la mayor cantidad de intención de voto (Unión por la Patria, Juntos por el Cambio, la Libertad Avanza, y el Frente de Izquierda y los Trabajadores), otras tantas candidaturas se agolpan en el fondo de la tabla con la intención de alcanzar el piso mínimo que les permita estar en la siguiente pulseada.
El escenario es variopinto y hay para todos los gustos: un empresario streamer, un ex Secretario de Estado, un neonazi, una referenta trotskista, la ruptura del Partido Obrero oficial y hasta el mismísimo Jesús. Pero la colorida oferta implica que nos detengamos brevemente en cada uno. Empecemos.
Manuela Castañeira va a elecciones presidenciales por segunda vez. En 2019, quien fuera la más joven y la única mujer entre las precandidatas al Ejecutivo, tuvo una pobre performance y cosechó apenas 161.263 votos, 0,64% del total y menos de la mitad de lo que hubiera necesitado para ingresar a las generales. Esta vez volvió a insistir por el ingreso de su partido (el Nuevo MAS) al Frente de Izquierda, pero no obtuvo respuestas. Se presenta junto a Lucas Ruiz, profesor de historia y sindicalista docente originario de Neuquén.
Guillermo «el Patriota» Moreno no necesita mayor presentación. Secretario de Comunicaciones y de Comercio durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, crítico férreo del giro «socialdemócrata» que implicó el albertismo, construyó una lista con referentes peronistas «heridos». Lo acompaña como vice Leonardo Fabre, secretario general de APOPS (el sindicato de los organismos de Previsión Social) y furibundo anticamporista que suele ocupar espacios en listas marginales. Luis D´Elía y Alberto Samid también integran la nómina del partido Principios y Valores que buscará superar las PASO.
Marcelo Ramal es un economista, exlegislador e histórico militante trotskista. Durante la ruptura del Partido Obrero, Ramal quedó alineado con la fracción no oficial, del lado del legendario dirigente Jorge Altamira. Su espacio pasó a llamarse Política Obrera y aglutina algunas representaciones territoriales, sindicales y una dispersa presencia estudiantil. Se presenta en dupla con Patricia Urones y son muy pocas las chances de que logre superar las PASO ante la diversidad de la oferta de izquierda.
César Biondini es el «hijo de» Alejandro, un inoxidable neonazi. Marginal acérrimo, su padre nunca pudo gestionar siquiera un consorcio y en 2019 recibió 54.097 votos, el 0,24% del total. El padre se presentó seis veces distintas desde 2011 y nunca superó el 0,63% de los votos en su aspiración por ocupar diferentes cargos. Ahora llegó el trasvasamiento generacional y su hijo, un abogado de 40 años, asumirá la representación en la boleta. Proteccionista en lo económico, conservador en lo político y fascista en lo social, el apellido Biondini volverá a hacer el ridículo electoral pero esta vez con nuevo rostro acompañado de una mujer, Mariel Avendaño.
Jesús presidente. Jesús Escobar es un dirigente chubutense de Libres del Sur, la ruptura del movimiento social que quedó bajo la égida de Humberto Tumini cuando se partió. Fue tres veces diputado provincial en Neuquén, es hincha de Boca y deberá representar al movimiento social que integra la Unidad Piquetera y corre al gobierno nacional por izquierda, pero que cogobierna en Mendoza con Juntos por el Cambio. La política es realmente muy confusa, incluso para nuestro señor Jesús.
Último pero no menos importante, el empresario streamer Santiago Cúneo. Periodista de origen radical pero cercano al grupo de Carapintadas que encabezó Aldo Rico. Desde 2005 hasta 2015 tuvo una serie de intentos fallidos por ocupar una concejalía en San Miguel y en 2019 enfrentó a Axel Kicillof en la categoría gobernador de la Provincia de Buenos Aires obteniendo apenas un 0,24% de las voluntades. Su triste paso por la política partidaria se compensa con un memorable brindis en vivo en ocasión del fallecimiento de la reina de Inglaterra, titulado «Murió la vieja de mierda».
