La ofensiva del Gobierno de la Ciudad contra la educación terciaria no es novedad. Se remonta al año 2017, con el intento de cierre de los 29 profesorados que hacen vida en territorio porteño y la imposición de la UNICABA como mecanismo de integración de toda esta heterogeneidad de instituciones. Pero la asonada larretista ahora tiene un nuevo capítulo con el cierre de la inscripción a los profesorados de Educación Inicial.
En la Ciudad existe una vacancia de 500 cargos en puestos de docentes de primaria. Pese a ello, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta insiste en vaciar los institutos de formación y ahora cerró las inscripciones para el segundo cuatrimestre en 10 de los 12 profesorados donde se cursaba. A partir de agosto, la carrera solo podrá realizarse dos unidades ubicadas en el barrio de Palermo.
Desde las comunidades educativas señalan que la clausura de las inscripciones y el hecho de que se reduzcan a uno de los barrios más privilegiados del norte de la Ciudad, da cuenta de una concepción segregadora y excluyente de la educación que prima en la gestión del PRO.
A su vez, se le suma el cierre de la inscripción a los profesorados de Historia, Física, Psicología, Filosofía y la tecnicatura en Psicopedagogía que se cursan en el profesorado Alicia Moreau de Justo. Esta última carrera es la única que se brinda de manera gratuita en la metrópolis porteña y anteriormente tuvo varios intentos de cierre de inscripción.
«Hay un intento de trasladar a los estudiantes a la UNICABA, pero ahí hay muy pocos inscriptos. En los profesorados también mermó mucho por los distintos mecanismos que implementó el GCBA, desde acortar o cerrar la inscripción hasta el discurso persecutorio contra los docentes», explicó en diálogo con este medio Ana Bozzano, coordinadora del centro de estudiantes del Juan B. Justo.
La situación se complejizó esta semana cuando se conoció que la gestión de Soledad Acuña busca cubrir suplencias de primaria con docentes de jardín de infantes. «Intentan empujar a quienes quieran tener una vacante en nivel inicial a los centros de primera infancia, donde no se requiere que tengan docentes recibidas del nivel inicial», agregó Bozzano.
Un último eje de los reclamos consiste en los cambios inconsultos en los planes de estudio, sin justificación pedagógica ni estrategia de mediano plazo. «La Unicaba o las ACAP (NdR: prácticas laborales obligatorias en secundario) que impulsa el GCBA apuntan a un perfil mercantil, para que quienes se reciban estén preparados para salir al mercado y que sean funcionales. Y por otro lado tenemos a los perfiles que se reciben de los profesorados, con una mirada de educación emancipadora y crítica», señaló la dirigente estudiantil.
La semana pasada, estudiantes, docentes y rectores presentaron una carta solicitando la continuidad de la formación pedagógica. El reclamo fue dirigido a Emmanuel Lista, director de la Unidad de Coordinación del Sistema de Formación Docente, y a Soledad Acuña, ministra de Educación porteña.
