El peronismo de los tercios, frente a su elección más difícil

🗳️ Unión por la Patria festejará en caso de alcanzar el 35 por ciento de los votos en las PASO de este domingo, aunque existen diferentes obstáculos para que esto ocurra. ¿Acaso la movilización y el aparato peronista vencerán a la apatía electoral marcada por el descontento?

«Es una elección de tercios y lo importante es entrar al balotaje», dijo Cristina el pasado 18 de mayo. Allí reconoció también que «lo que más importa es, más que el techo, el piso». Con la (forzosa) aceptación de la candidatura de Sergio Massa allá por junio, CFK privilegió la unidad del peronismo y con ello el cálculo optimista de que ese «tercio» para ingresar en una eventual segunda vuelta estaría garantizado. Ella -ausente de la mayoría de los actos proselitistas- supuso que gobernadores, intendentes y militancia popular estarían todos unidos en pos de la misma causa. No obstante, estamos frente a un contexto muy complejo que inquieta al oficialismo en varios sentidos.

En primer lugar, la rareza de esta campaña electoral rumbo a las PASO del domingo no puede circunscribirse únicamente a los dos trágicos sucesos que ocurrieron esta semana a partir de los asesinatos de Morena y del periodista Facundo Molares. La que transcurrió fue una campaña atípica marcada por la fuerte apatía de buena parte de los votantes -con excepción de los núcleos militantes más politizados-, muchos de quienes, al día de hoy, dudan entre abstenerse de concurrir a su lugar de votación y votar en blanco o sencillamente anularlo. 

Segundo, la incertidumbre económica siguió en curso durante las últimas semanas. Un nuevo salto del dólar blue lo dejó por encima de los 600 pesos, lo cual continúa empujando al alza los precios de los bienes de la canasta básica afectando cada vez más la calidad de vida de los sectores medios y populares. El Ministro de Economía y precandidato a Presidente evitó hasta ahora un estallido popular, pero también se mostró impotente frente al descontrol de los mercados financieros.

Estos grupos desfavorecidos por la actual coyuntura se inclinaron -en su mayoría- cuatro años atrás por el peronismo unido, en el cual depositan hoy en día pocas o nulas expectativas. El peronismo, histórica pasión de multitudes, pasó de conquistar en 2019 a casi la mitad del país a mendigar por llegar al 35 por ciento este domingo. Un peronismo que busca defender derechos conquistados (y que, vale aclarar, la derecha vuelve a amenazar con quitar), pero que no ofrece un horizonte claro de futuro: la omnipresencia del FMI impide poponer en el corto plazo promesas reales de redistribución de la riqueza para recuperar el poder adquisitivo perdido.

La omnipresencia del FMI impide prometer en el corto plazo promesas reales de redistribución de la riqueza para recuperar el poder adquisitivo perdido.

No hay dudas de que Unión por la Patria festejará en caso de alcanzar el tercio de los votos en las PASO, aunque existen diferentes obstáculos para que esto ocurra. ¿Acaso la movilización y el aparato peronista vencerán a la apatía electoral marcada por el descontento? En la primera y tercera sección electoral del conurbano bonaerense se jugará buena parte de la suerte de la fórmula Massa-Rossi. Cómo repercutirá la cruda interna en La Matanza es una verdadera incógnita: éste es un distrito que ya en 2021 mostró creciente abstención electoral así como fuga de votos hacia opciones políticas radicalizadas. Asimismo, el desorden generalizado más arriba provocó que muchos intendentes hayan optado por una campaña «cuasi-municipal», con la idea de replegarse hacia adentro y conservar sus propios territorios de cara a un futuro más desolador.

Si bien el aval de Cristina para que Juan Grabois se mida en la interna de UxP permitiría contener votos díscolos con Massa, no representa una opción muy competitiva ni instalada en la opinión pública como para hacer crecer los guarismos electorales del oficialismo. Esto se diferencia de lo que ocurre en Juntos por el Cambio, que se avizora como la fuerza más votada este domingo cuando se sumen los votos de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. El ganador entre ambos, no obstante, será una incógnita a develar en altas horas del conteo. En cuanto a Javier Milei, sus errores discursivos le impidieron seguir trepando en las encuestas pero lo cierto es que mantiene una fuerte simpatía entre jóvenes de diferentes segmentos socioeconómicos, una extraña transversalidad medida por el pulso de las redes sociales que habrá que ver efectivamente en qué medida asiste a darle su respaldo en las urnas.

Las cartas ya están echadas y en el peronismo son conscientes de que una mala performance en agosto no solo complicaría octubre sino lo poco que queda de mandato del borrado Alberto Fernández. «No hay octubre sin agosto», repiten como mantra. Es hora de jugar.

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.