«Milei ha transformado en un valor la destrucción como fin en sí mismo de la política»

🧐 Doctor en Ciencias Sociales, filósofo y especialista en estudios sobre democracia y autoritarismos, Ezequiel Ipar analiza en una entrevista con El Grito del Sur el fenómeno Milei y los significados de la "anti-política". "Veo el peligro de que la campaña del miedo refuerce la candidatura destituyente de Milei", señala.

El triunfo de Javier Milei en las primarias presidenciales puso en alerta a las fuerzas democráticas y populares de nuestro país, que ven al referente de La Libertad Avanza como un peligro para la continuidad de gran parte de los derechos adquiridos en el último siglo. Fueron pocas las encuestas de opinión pública que supieron advertir la magnitud de este fenómeno político. En el campo académico, Ezequiel Ipar -Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Doctor en Filosofía por la Universidad de Sao Paulo (USP)- es uno de los intelectuales que viene esforzándose por explicar procesos en los que se produce un rechazo generalizado al funcionamiento del sistema político en tanto tal. Por ello reparó en los discursos de odio, la violencia política y el sentimiento de desencanto de un sector importante de la población en el contexto de la post-pandemia.

«El sistema político-democrático se fue desconectando crecientemente de los efectos de la crisis en estos grupos y subjetividades, atravesadas por todo tipo de padecimientos», señala Ipar en diálogo con El Grito del Sur. El especialista, que dirige actualmente el Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismos de la UNSAM (https://www.unsam.edu.ar/leda/), analizó en una entrevista exclusiva la creciente identificación con las posiciones político-ideológicas de Milei, su construcción discursiva, la representación actual de la «anti-política», la movilización social por la defensa de derechos amenazados y la necesidad de acuerdos amplios para enfrentar la amenaza neofascista en Argentina.

En las PASO del domingo 13 de agosto, Javier Milei emergió como ganador con el 30 por ciento de los votos. ¿A qué factores político-históricos obedece su gran performance electoral?

Se trata de un fenómeno con características globales, allí Milei es un elemento más de esa familia. Estamos en un momento de crisis económica, entendida en un sentido muy relativo a las expectativas de los actores económicos: crisis de un sistema que no devuelve ni siquiera algo cercano a las expectativas de base. Después está la devastación que significó la pandemia y los efectos subjetivos, psicológicos, muchas cosas subyacentes de malestares no procesados. Todas las fuerzas de derecha radical y de extrema derecha fueron contrarias a las medidas de cuidado e intervención estatal en ese contexto, y todas de algún modo salieron fortalecidas de dicha posición. Algo que tienen estos fenómenos es introducirnos en un universo de paradojas y cosas muy contradictorias: por ejemplo, hay que entender posicionamientos políticos que privilegian la destrucción por sobre cualquier lógica de construcción social y política. Eso es una nota que Milei expresa muy bien. Te lo podría sintetizar en una especie de disvalor, la destrucción como fin en sí mismo de la política. Ellos la transforman en un valor. Ni siquiera es una destrucción creativa: no es la destrucción para reconstruir algo después, sino que es entregarse a una posición subjetiva de obtener un cierto placer en una situación desconcertante de ese llamado a la destrucción como fin en sí mismo. Nosotros, que venimos estudiando ese tema desde hace mucho tiempo, observábamos este tipo de modulación de afectos negativos -esta pulsión de muerte si nos ponemos psicoanalíticos- en sectores importantes de la población. Esto se intensificó mucho en el último tiempo. 

El líder de La Libertad Avanza define a la justicia social como una «aberración», pero también se opone a las prestaciones sociales que brinda el Estado. ¿Qué es lo que lleva a sectores jóvenes y habitantes de barrios populares a identificarse con estas posiciones ideológicas?

Todas las ofertas y programas de los partidos políticos modernos incluyen la teoría de la justicia como parte de su propia versión, es decir que dicen cómo habría que repartir los costos de la vida en sociedad y los bienes de la producción social. En ese marco establecen lógicas de distribución. Milei, en cambio, dice que la justicia social es la peor de las injusticias. En la política moderna, la justicia social es todo el horizonte de la justicia. De ahí surge el derecho, por lo que Milei está diciendo que toda la justicia es una aberración. Este tipo de movimientos encienden un grito: si el sistema de derechos no me puede ofrecer nada, entonces la acción urgente es sacarle a los otros y dejarlos con las manos vacías. Esto último se transformaría en un movilizador social, un movimiento de masas. Lo primero que hay que entender es que los seguidores de Milei no están buscando obtener un beneficio en esa adhesión. ¿Qué buscan con esa adhesión? Lo perverso es que este enganche es puramente negativo, dado que no buscan más que sacarle derechos y -lo que consideran- privilegios a los otros. Aún cuando ellos no obtengan nada de esa acción. También habría que preguntarse por qué distintos grupos sociales llegaron a esa situación de desesperación, desconcierto y vulnerabilidad como para escuchar ese tipo de ofertas políticas completamente destructivas. El sistema político-democrático se fue desconectando crecientemente de los efectos de la crisis en estos grupos y subjetividades, atravesadas por todo tipo de padecimientos. Lo que viene ahora es una especie de revancha de los olvidados y de quienes ven a la política como un circo del cual serían víctimas.

En las imágenes de crisis y malestar social suele repetirse el discurso de imposibilidad de crecimiento hacia el futuro. ¿Por qué es Milei el único que ofrece un horizonte de expectativa para adelante?

Yo modificaría un poco el diagnóstico, no diría que Milei y estas fuerzas políticas ofrecen un gran horizonte de futuro. Generalmente aluden muy superficialmente y de un modo muy fantasioso a un futuro que lo llaman grande o monumental, siempre vinculado a una repetición o un regreso al pasado. Quien hizo mejor esta construcción de volver a la grandeza perdida fue Donald Trump. Todas las fuerzas neoconservadoras tienen ese mensaje: la sociedad se corrompió y se desvió de sus verdaderas fuentes. Eso es lo que ofrecen como futuro. No aparecen innovaciones ni un camino de transformaciones hacia una sociedad nueva. Se trata de un camino de retorno hacia una sociedad vieja. Lo que también resulta cierto es que, en este momento de desorientación, esa alusión la hacen con mucha certeza. Dan certezas, parece que tuvieran toda la caja de herramientas para resolver la crisis del presente. En el caso de Milei, su jerga de pseudo-teoría económica le permite dar un pequeño horizonte de certezas en este momento. Si estos neo conservadurismos extremos -violentos también- no tienen realmente un horizonte de futuro, el problema es que las izquierdas tampoco lo tienen. Hoy las utopías de izquierda quedaron de algún modo desencajadas.

Ezequiel Ipar. Foto: Télam

En un estudio que realizaste junto a Gisela Catanzaro, se plantea la existencia de una estructura de posiciones ideológicas que rechaza a los pobres, a los que reciben asistencia del Estado, los inmigrantes, las trans, etc. ¿Cómo podrían crecer esta serie de prejuicios en una eventual presidencia del referente libertario o como principal opositor a un futuro gobierno? 

Ese estudio que citás es muy pertinente porque, en parte, es una encuesta realizada en el año 2013 y después se trata de una serie de estudios que hicimos de manera sistemática en torno al 2015. Digo esto para volver a calibrar la temporalidad de este fenómeno. Toda esta serie de prejuicios sociales y la legitimación de la desigualdad ya estaba activo dentro de Juntos por el Cambio, en lo que es su ala mayoritaria. Juntos por el Cambio nunca tuvo un ala mayoritaria progresista y moderna, que aceptara las transformaciones en términos de derechos civiles. Me parece bueno advertir que, dado que un posible gobierno de Milei también va a tener problemas económicos y políticos, los prejuicios autoritarios son como la válvula de escape de ese tipo de programa político. Si yo fracaso en lo económico y en parte fracaso en lo político, por lo menos le puedo ofrecer a la sociedad el sadismo colectivo de castigar a los migrantes, las mujeres, etc. El pronóstico es que se intensifique la política de chivo expiatorio y se entre en una lógica histórica de conflictos sociales muy agudos e irracionales, como sin dudas no se vivieron en los últimos 40 años. 

¿Milei representa hoy en día una forma de la anti-política o acaso es otra forma de hacer política?

Sobre este juego de palabras, porque finalmente son políticos con un discurso anti-político, hay mucho escrito. Tampoco es que Milei esté realizando un ensayo nuevo: Macri ya jugó a este juego, solo que lo hizo con otra coalición política y en otro tiempo, frente a otro tipo de resistencia. A mí no me sorprende la buena afinidad entre Macri y Milei, la propuesta política de ambos siempre fue muy parecida. Ahí habría que hacer un llamado a lo que quede de dirigencia política democrática dentro de Juntos por el Cambio -está el Partido Radical, etc.- para saber qué posición van a tomar frente al enorme salto al vacío que estamos muy próximos a dar como país si ese movimiento triunfa. Pero claramente Macri no es el límite, porque él está empujando ese movimiento. Cuando Milei dice «la casta nos llevó a esto», está hablando en contra de la democracia y de la participación política democrática. Él ilustra la casta en los dirigentes políticos, pero a éstos los eligen los ciudadanos. Y lo que él está cuestionando es finalmente el principio de ciudadanía democrática. El de Milei no es un liberalismo democrático, la operación ideológica de la antipolítica culpa a la democracia de las inconsistencias y crisis del capitalismo. 

En un contexto en el que Milei empieza a ser visto como una amenaza real para las fuerzas democráticas y populares, ¿cuánto pueden impactar en la opinión pública y en medio del proceso electoral las denuncias o movilizaciones que plantean un riesgo en la continuidad de derechos o áreas como el caso del Conicet?

Por supuesto que me parecen importantes este tipo de acciones, pero en el espíritu de contribuir a esas luchas sociales llamaría la atención sobre la necesidad de tener en cuenta el modo en que se realizan esas protestas y movilizaciones, así como el discurso que contienen. Esto parece táctico, pero en verdad es estratégico para esta defensa de la democracia que queremos plantear. Porque si la movilización, por posibles y muy claros derechos afectados, se hace con una motivación corporativa y con un discurso que es exclusivamente particularista, es decir que plantea «estos son nuestros intereses particulares y tienen un valor exclusivamente propio», ese modo de movilización no va a lograr impactar en este contexto político. Es más, yo veo ahí el peligro de que la campaña del miedo dispare un refuerzo en el llamado a la destrucción como un fin en sí mismo y que incite a la candidatura destituyente de Milei. Entonces la clave es que esas movilizaciones se hagan de un modo descorporativizador, abriendo el horizonte de la protesta: nos afectan a nosotros, pero también porque te afectan a vos. Y hay que explicar de qué modo afectan a todos esos grupos. Hay que volver a escribir el discurso sobre el significado social de esos derechos e inclusive animarse a relanzarlos. Nada es trivial en este contexto. Por último, tampoco haría esta campaña del miedo sin una propuesta alternativa, hacer una campaña defensiva nos puede hacer olvidar que muchas de esas instituciones tienen sus problemas internos y la sociedad los percibe. Hay ineficiencias en la asignación y burocratismos.

Javier Milei, Karina Milei y Eduardo Bolsonaro

Dada la afinidad ideológica entre Javier Milei y Patricia Bullrich, y teniendo en cuenta que entre 2019 y 2023 ya hubo una migración de votos de JxC a Milei, ¿ves posible que una parte de los votos que Bullrich obtuvo en las PASO se fuguen hacia el líder de La Libertad Avanza dejándolo cerca de lograr un triunfo en primera vuelta?

La respuesta es sí. Por varios factores como la lógica instrumental del voto entre una elección y otra, quién tiene el modelo de la destrucción destituyente del Estado social, etc. Bullrich hace todo lo posible para que esa migración se dé, cuando su discurso es el mismo de Milei con algún coqueteo al hecho de que habría que defender algunas instituciones democráticas. Esa posibilidad está completamente abierta, lo que sí me preguntaría es qué van a hacer las otras figuras de esa coalición. Yo me imagino a Macri declarándose prescindente en la primera vuelta, sabiendo que si gana Milei o Patricia Bullrich gana su propuesta.

Los resultados electorales se dieron casi un año después del atentado contra Cristina, el cual habla de un quiebre del consenso post-dictadura. En los últimos días, Sergio Massa llamó a construir un «gobierno de unidad nacional». ¿Existen condiciones para un amplio acuerdo que enfrente la amenaza neofascista en Argentina?

Esa coalición tendría que ser sobre todo política y ahí el trabajo es de los partidos y dirigentes. Creo que la situación reviste mucha gravedad y amerita que ese tipo de diálogo pudiera existir. Pero después están las otras instituciones del Estado: Milei acaba de hacer desafíos muy claros al parlamento, por lo que tendría que haber una respuesta desde allí. El Congreso debería tener una actitud férrea de oposición a las decisiones más autoritarias de Milei y después está el Poder Judicial, que por ejemplo en Brasil mostró las dos posibilidades: en un primer movimiento, fue completamente cómplice del crecimiento y el triunfo electoral de Bolsonaro -sacándolo del juego a Lula- y después se volvió a erigir en defensor militante de la democracia. A mí me gustaría que parte del Poder Judicial también se dé cuenta de que hay derechos constitucionales para defender cualquiera sea el resultado electoral. Aquellos están siendo discursivamente amenazados en todas las propuestas de Milei. Se trata de la defensa de derechos muy básicos de una Constitución democrática.

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.