«Los evangélicos creemos que Dios es Amor y esa idea tiene que direccionar el voto»

⛪️ Luis María Alman Bornes es referente de la comunidad menonita de Buenos Aires. Desde la fe evangélica critica las posiciones desinformadas que igualan a los evangélicos con los libertarios. Religiosidad, política y derechos humanos en un diálogo con uno de los referentes del evangelismo popular.

«¿Y qué querés? Si todos los evangélicos votaron a Milei». La sentencia circula por numerosos ámbitos y se asume como verdad revelada, como palabra santa. Sin embargo, quienes hemos tomado la difícil tarea de refutar leyendas podemos dar fe de que el voto evangélico a Milei no es mayor que el judío, el católico o el musulmán. El problema no es la religión, sino el estigma. Para analizar la situación nos comunicamos con Luis María Alman Bornes, referente de la comunidad menonita de Buenos Aires, integrante de la Pastoral Social Evangélica y de la Iglesia Menonita de Buenos Aires.

Circula una idea, a mi entender malintencionada, que propone que muchos evangélicos votaron a Javier Milei. ¿Qué lectura hacés de esta idea?

Más que malintencionada, carece de absoluto rigor en relación al conocimiento del mundo evangélico. Éste es muy diverso: en su identidad ideológica y política tiene una autonomía que no se entiende fácilmente frente a unos idearios más compactos en torno a la ética o la moral. El mundo evangélico se relaciona con la identidad política de acuerdo al territorio, a la situación social en la que está inmerso. Tenemos evangélicos peronistas, de izquierda, de derecha. Es una simplificación que, de alguna manera, nos tiene que poner en alerta a quienes militamos en otros espacios que nos señala que hay que entender esta situación. Sino decís votan todos a Milei o a Bullrich y simplificás el estado de situación.

Estás constantemente en contacto con feligreses, comunidades y vecinos. ¿Qué explicación le encontrás al voto a Milei?

Yo me he encontrado con trabajadores del Estado que han votado a Milei, a su verdugo. Y encontrarme con personas de fe, que más allá de esto votan proyectos con un fuerte elemento deshumanizador. Me genera mucha tristeza, pero trato de interpelar y preguntar. Hay mucho voto bronca, movilizado por la idea de que quiere algo diferente. Pero cuando lo interpelás y le decís que lo diferente viene de la mano de menos Estado, menos salud, menos educación, ahí reculan. Pero lo votaron. Obviamente también hay una crisis en relación a los instrumentos del Estado y ahí cabe una autocrítica, un replanteo. ¿Estamos planteando un Estado que cumple con las expectativas de los más vulnerables? Hay una crisis ahí. Y, por último, la cuestión de la comunicación, la desinformación que ha corrido como reguero de pólvora. Y esta gente ha logrado moverse muy bien en las redes sociales.

¿Y qué hacemos entonces?

Hay que salir a disputar. En nuestra comunidad menonita de la Ciudad de Buenos Aires, los diez o quince minutos previos antes de tener nuestro servicio dominical, hablamos de la situación política y social. Algunos militan en organizaciones de Derechos Humanos, algunas hermanas en organizaciones feministas, otras en organizaciones sindicales. Cada uno para llegar al 22 de octubre diciendo que pusimos el cuerpo para evitar que un gobierno deshumanizador llegue al poder en nuestro país.

Luis María Alman Bornes, referente menonita, integrante de la Pastoral Social Evangélica y de la Iglesia Menonita de Buenos Aires.

Los menonitas en nuestro país tienen una amplia tradición en la defensa de los Derechos Humanos. ¿Cómo ves la emergencia de discursos negacionistas?

Es terrible. Nosotros hace mucho tiempo planteamos que, más allá de las declaraciones de Villarruel o el penoso acto en la Legislatura, no hemos podido llegar a un sector de la población. Más allá de su ideología política o partidaria, todos tendríamos que asumir una posición clara con respecto al terrorismo de Estado. Es como el caso del Holocausto: vos podés ser de izquierda o de derecha pero lo reconocés. Entonces es ahí donde tenemos que dar una batalla cultural: podemos diferir en un montón de cosas pero no podemos tener posiciones negacionistas ni reivindicar el Golpe de Estado o la dictadura cívico-militar, empresarial y eclesiástica. Tenemos una enorme deuda: la responsabilidad empresarial, la eclesial. Tenemos cómplices de la dictadura militar. Quizá no hubo complicidad evangélica con la dictadura militar pero si una ideología, el famoso documento de Santa Fe, en Estados Unidos, donde se promovía a ciertos grupos evangélicos de derecha para contrarrestar posiciones supuestamente marxistas de la Teología de la Liberación.

¿Qué mensajes le darías a los feligreses, a los creyentes y a los evangélicos de cara a las elecciones que se vienen?

Todas las religiones creen que Dios es Amor y sobre esa consigna tenemos que movernos. Al momento de elegir quiénes van a conducir los destinos del país tenemos que pensar eso. Dios es Amor se tiene que traducir en entender quiénes tienen una propuesta de cuidado a los más vulnerables, quiénes tienen una propuesta de país donde exista la paz, la justicia, el diálogo. Quiénes tienen una propuesta que reivindica el lugar de la mujer, que siga avanzando en conquistas para todas las minorías. Sobre esos elementos está muy claro dónde una persona creyente tiene que direccionar su voto.

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.