La primavera de Villarruel, el debate polarizado e ideas nefastas que florecen 

🗣️ Rossi vs. Villarruel, Petri desdibujado y un preocupante corrimiento a la derecha de los ejes programáticos, que marca un complejo escenario a futuro. Lo que dejó el primer debate de candidatos y la antesala del cruce Massa-Milei.

El debate de candidatos a la vicepresidencia tuvo lugar anoche en el canal de noticias TN. Se trató de un escenario propicio para mostrar un nuevo clima polarizado de época: el triunfo de Javier Milei en las PASO significó un (re)florecimiento de las ideas retrógradas principalmente en materia económica, social y los Derechos Humanos, que lo lleva al intento de hegemonizar un espacio que en la última década había sido ocupado por referentes del PRO y Juntos por el Cambio.

Todas las miradas y flashes de este primer debate televisivo, que anticipa los dos que organiza la Cámara Nacional Electoral -previstos para el 1 y 8 de octubre- fueron acaparadas por Victoria Villarruel, candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza. Villarruel se mostró auténtica, tal cual es: facha, negacionista e insensible con las problemáticas sociales de los más humildes de la Patria. Le habló a sus votantes más puros, a los de Patricia Bullrich y también a los indecisos. Para ello utilizó en recurrentes oportunidades el término «orden», como mantra para justificar desde medidas de seguridad hasta un eventual proceso de quita de los planes sociales. 

El postulante a vice de Unión por la Patria, Agustín Rossi, buscó polarizar en todo momento con la inefable Villarruel. Por un lado, intentó desarticular el discurso «pro-Fuerzas Armadas» de la compañera de fórmula de Milei, haciendo énfasis en su gestión como ministro de Defensa y el aumento de salarios para los miembros de las FF.AA. Sin embargo, fue incomodado cuando Villarruel le preguntó por Milani y luego le dio rienda suelta a la candidata para sumergirse en el terreno que le resulta más cómodo: la denostación de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia del kirchnerismo y la definición de Montoneros como «organización terrorista». Rossi también quiso endilgarle un supuesto interés con claudicar en la causa soberana por las Islas Malvinas, aunque sin mayores éxitos en este punto.

Por su parte, el mendocino Luis Petri -delfín de Bullrich- empezó y terminó desdibujado no solo por sus propias limitaciones sino también por la centralidad en el debate que tuvo la figura de Villarruel, quien recibió la gran mayoría de los ataques discursivos. Si bien intentó mostrar a Juntos por el Cambio como la única fuerza política a la cual le «temen» los delincuentes, no logró correr por derecha a Villarruel y su prédica anti-K resultó una réplica «blanda» de lo que dijo ésta: habló del Estado como «enemigo» y del kirchnerismo como «máquina de generar pobreza».

Las participaciones de Florencio Randazzo (Hacemos por Nuestro País) y de Nicolás del Caño (FIT-Unidad) estuvieron en el orden de lo esperable: el primero marcado por signos de moderación y la búsqueda de equilibrio entre Estado y mercado, el segundo con la histórica receta de plantearse como disruptivos frente a las demás fuerzas que defienden los intereses capitalistas.

Victoria Villarruel, Luis Petri, Agustín Rossi, Florencio Randazzo y Nicolás del Caño

Lo ocurrido en los estudios de TN es la antesala de lo que sucederá en apenas diez días en el debate presidencial: una búsqueda de polarización mutua entre Milei y Massa, en un intento por apartar a Bullrich de la disputa electoral; un preocupante corrimiento a la derecha de los ejes programáticos, lo cual plantea que derechos conquistados (y naturalizados por buena parte de la sociedad) vuelven a estar en peligro. Que estos planteos derechistas vuelvan a tener cabida en amplios sectores sociales da la pauta que algunos aspectos en la implementación de las políticas públicas deben ser revisados hacia delante. 

Está claro que la intervención de Massa deberá incluir referencias claras a lo que implica una eventual quita de derechos sociales y económicos, aunque la duda reside en cómo centrará la cuestión propositiva teniendo en cuenta el impacto de las últimas medidas y el descrédito que sufre el oficialismo a partir de la difícil situación socio-económica.

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.