Massa al ballotage o Milei en primera: la cura al espanto está en las urnas

🗳️ Massa espera tener una semana más tranquila en los mercados financieros, Milei conserva su chispa y Bullrich se apoya en Larreta para la recta final. Escenarios posibles de cara a la elección más incierta en décadas.

Culmina una campaña electoral marcada por los escándalos en el Gobierno, la crisis económica sin fin y el incesante protagonismo de Javier Milei. La poca confianza que brindan las encuestadoras no permite anticipar resultados con certeza, aunque el clima en las calles no sólo no es muy distinto al de agosto pasado sino que el malestar con «los políticos» se profundizó en un contexto de dólar blue a $1000 e inflación cada vez más alta. 

Luego de la derrota en las PASO, el oficialismo se propuso desenmascarar el programa económico de La Libertad Avanza con el objetivo de alertar a sus votantes y polarizar una elección que fue «de tercios». Asimismo, buscó recuperar la iniciativa política con medidas económicas que aliviaran el bolsillo pero, sobre todas las cosas, brindaran la imagen de un ministro-candidato (Sergio Massa) dando señales positivas de impacto inmediato y de cara a los sectores medios y populares, tales como la quita del impuesto a las Ganancias, la devolución del IVA y los bonos para trabajadores informales.

Sin embargo, el affaire Insaurralde corrió rápidamente la agenda y, sin que Milei tuviera la necesidad de expedirse al respecto, volvió a exhibir una crisis de representación fruto del alejamiento cada vez mayor de intereses (y estilos de vida) entre gobernantes y gobernados. Las lujosas imágenes del ex jefe de Gabinete de Axel Kicillof veraneando por Europa, incluso si hubiesen venido de alguna figura perteneciente a Juntos por el Cambio, resultan completamente funcionales al concepto de «casta» que viene enarbolando la derecha más reaccionaria y culpa de todos los males actuales a «los políticos» ocultando así la responsabilidad empresarial en la regresiva distribución del ingreso que estamos viviendo. 

La militancia peronista-kirchnerista recibió con indignación las fotos de un dirigente que hasta allí formaba parte de la primera plana bonaerense y que incluso, más de una vez, se lo llegó a mencionar como potencial candidato a gobernador en reemplazo del propio Kicillof. Las posibles consecuencias negativas de este escándalo apuntan principalmente a la tercera sección electoral, bastión kirchnerista en el conurbano donde se registraron altos niveles de ausentismo y una buena performance de los candidatos de La Libertad Avanza. En cuanto a Lomas de Zamora, la tierra de Insaurralde, su delfín Federico Otermin tuvo que salir rápidamente a borrar las huellas de su histórico vínculo con éste con la finalidad de conservar el 42% de los votos obtenidos en las PASO. Axel Kicillof suspira, pero hasta ahora salió indemne.

Quienes creen en un posible triunfo de Javier Milei en primera vuelta anclan sus esperanzas en una mejor fiscalización, una afluencia masiva de votantes a las urnas y un derrumbe de la candidatura de Patricia Bullrich. Para ello, el libertario tejió una alianza con el gastronómico Luis Barrionuevo -lo peor de la «casta» sindical-, quien le garantizará una gran estructura de fiscales a lo largo y ancho del país. Este aspecto le permitiría que no falten las boletas violetas en el cuarto oscuro, uno de los principales déficit sufridos en las PASO.

Javier Milei y Fátima Florez empezó en el programa de Mirtha Legrand. (Foto: @mirthalegrand)

Dos meses atrás, Unión por la Patria se había ilusionado en ir «casa por casa» para convencer a los descontentos, que en 2019 habían apostado sin dudar por la fórmula Fernández-Fernández. Sin embargo, la búsqueda forzada por incrementar los porcentajes de participación choca con la apatía y el escepticismo respecto a un futuro condicionado por la omnipresencia del FMI. La respuesta de Massa frente a esto fue un gobierno de «unidad nacional», una especie de pacto social donde entrarían peronistas, kirchneristas, radicales y macristas. Esta concepción, que no resulta novedosa en la historia política argentina, busca frenar el actual descalabro pero requiere sin lugar a dudas de un verdadero compromiso democrático por parte de los grupos económicos concentrados, muchos de los cuales se resistieron en los inicios del gobierno de Alberto Fernández a cualquier tipo de acuerdo. Ni hablar en este escenario de debilidad estructural, cuando el Gobierno no logra dominar casi ninguna variable macroeconómica.

Lo cierto es que Milei, más allá de la irresponsabilidad en sus declaraciones, supo moverse con astucia y dejó atrás los gritos e insultos del pasado, como los que alguna vez le propinó al Papa Francisco. Instaló otra imagen suya en los programas de chimentos tras dar a conocer su noviazgo con Fátima Flórez, pasó el examen de los dos debates presidenciales y mantuvo en pie su propuesta «estrella» de la dolarización, a pesar de las desavenencias en su equipo de asesores económicos y del rechazo de buena parte del establishment. Desde su lugar, el referente libertario despliega a partir de su fuerte carisma una disruptividad que le permite diferenciarse del resto más allá de que sus ideas estén muy lejos de implicar un cambio hacia delante. 

En un movimiento táctico defensivo, Patricia Bullrich anunció que Horacio Rodríguez Larreta será su eventual jefe de Gabinete en caso de ganar la presidencia. La elección del alcalde porteño, con quien la ex ministra de Seguridad mantiene diferencias notorias, revela la debilidad que atraviesa Juntos por el Cambio, en tiempos en que Mauricio Macri ya le dio guiños suficientes a Milei y en que se busca contener votos de Larreta que podrían ir a parar a las filas de Massa o inclusive del cordobés Juan Schiaretti. A Bullrich no le alcanza con los votos propios que obtuvo en las PASO, lo cual le garantiza un cómodo tercer puesto.

Massa espera tener una semana más tranquila en los mercados financieros, que en las últimas semanas han sido sinónimo de angustia permanente no sólo para él sino para toda la población. El ministro-candidato confía en superar el umbral del 30% en la elección del domingo, que lo dejaría en buena posición para alcanzar el ballotage. En caso de no lograrlo y que se produzca un crecimiento de Milei (+40%), éste podría dar un batacazo y alzarse con un triunfo en primera vuelta. Mientras tanto, Cristina Kirchner se mantiene alejada de la campaña sin pisar siquiera el conurbano bonaerense, un terreno donde en la última década fue protagonista. Muchos indecisos definirán su voto a último momento y el peronismo pondrá en juego su aparato territorial para intentar capitalizar votos que en la actual coyuntura podrían tomar otro rumbo. A pesar del descontento, sobra ilusión. La cura al espanto está en las urnas.

Sergio Massa
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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.