Cortar relaciones con China y Brasil, romper el vínculo con el Vaticano y mudar la embajada argentina en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén. Las promesas de Javier Milei durante la campaña, en materia de relaciones exteriores, no son lo que se llamaría diplomáticas. Más bien, viene a romper con una histórica tradición en la materia: el diálogo entre Estados por sobre el signo político de las administraciones.
Lo de Brasil es un caso singular. En las elecciones generales, Eduardo Bolsonaro visitó el país y acercó su solidaridad al candidato libertario. De aquel lado de la frontera, su padre se encuentra proscripto para presentarse en elecciones tras haber instigado a la toma de las instituciones públicas luego de ser derrotado en las urnas. El gobierno de Lula extendió una fría felicitación a Milei, pero el dato de relevancia es que en la asunción no estará presente el metalúrgico y actual presidente sino su antecesor, el derechista capitán del ejército Jair Bolsonaro.
Las recepciones en la región no fueron del todo gratas para el libertario. Los gobiernos de izquierda salieron fuerte al cruce del flamante presidente. “Fue un autogol, no estoy de acuerdo”, declaró Andrés Manuel López Obrador, presidente mexicano, quien ya había criticado a Milei en campaña por sus dichos contra el Papa Francisco. «No estoy de acuerdo con los gobiernos clasistas, racistas, no estoy de acuerdo con la hipocresía que es lo que caracteriza a la derecha en el mundo”, agregó AMLO.
Del mismo modo reaccionó el colombiano Gustavo Petro, quien publicó en la red social X (anteriormente Twitter) un mensaje de rechazo. “Ha ganado la extrema derecha en Argentina; es la decisión de su sociedad. Triste para América Latina y ya veremos… el neoliberalismo ya no tiene propuesta para la sociedad, no puede responder a los problemas actuales de la humanidad”, expresó al replicar un trino de Iván Duque, expresidente derechista de este país, donde felicitaba a Milei. “Los vínculos entre sus pueblos se mantendrán en el respeto mutuo”, concluyó el mandatario colombiano.
El que aprovechó el entredicho fue Nayib Bukele. El salvadoreño replicó el comentario de Petro, con quien se ha enfrentado en más de una ocasión, y respondió «ahora sin llorar». Bukele es uno de los actores por los que se espera en el acto de asunción de Javier Milei el próximo 10 de diciembre.
El gobierno chino también sentó posición. Por medio de su embajador en el país, entregó una misiva dirigida al flamante presidente donde señala que “China y Argentina son grandes países en desarrollo e importantes mercados emergentes”. El saludo se da en el marco de la escalada de comentarios ofensivos contra el gigante asiático que los referentes de La Libertad Avanza sostuvieron durante la campaña. Ya en rol de presidente electo, Milei agradeció la carta y respondió con sus «sinceros deseos de prosperidad para el pueblo chino».
En Estados Unidos, la llegada de Milei fue un parteaguas. Joe Biden extendió su saludo protocolar, pero lo que más sorprendió fue el llamado de Donald Trump que se mostró emocionado por el triunfo del ultraderechista en nuestro país. Milei viajará esta tarde a Nueva York, donde planea reunirse con dirigentes y empresarios de este país y articular acuerdos en materia económica.
Dato no menor fue el comentario del embajador Mark Stanley, representante diplomático estadounidense en Argentina. Si bien felicitó al presidente electo, también remarcó «la protección de los derechos humanos y la democracia, la lucha contra el cambio climático, la mejora del clima de inversiones y la inversión en la clase media”. Un gesto más de cara a la elección trascendental de 2024, donde se especula que Biden y Trump puedan enfrentarse nuevamente.
Finalmente, y tras haberlo llamado «imbécil» y definirlo como el «enviado del maligno en la tierra», Milei recibió el llamado del Papa Francisco. El presidente electo le extendió la invitación al máximo líder de la Iglesia para visitar el país en 2024, pero Francisco no aceptó el convite en el acto y señaló que evaluará la propuesta.
Por último, en el marco de las relaciones internacionales, queda abierta la pregunta por lo que pasará con el BRICS, la alianza multipolar que concentra el mayor volumen de población del mundo. Durante la campaña Milei advirtió que saldría del grupo, pero desde este último abogaron por sostener «la relación estratégica» entre la Argentina y el organismo multilateral.
