Argentina como zarza ardiente y las aventuras del presidente de los lamentos

Nadie finge una derrota. Impericia, incapacidad e intransigencia. Moisés el patriarca, un pote de humo verde y las lágrimas reformistas.

Nadie finge una derrota. Si equipo que gana no se toca y Milei tuvo que meter un par de cambios, evidentemente, la caída del Ómnibus dolió. Al final, no era la estrategia lúcida de visibilización de castizos que venden por Twitter las cuentas verificadas de 35 seguidores. Tumbamos la ley: un poco de calle, un poco de paro, un poco de rosca parlamentaria y la inocultable cuota de errores no forzados del rival. Mano en el aréa, penal, gol. Festejar para sobrevivir: perdieron ésta, se les puede ganar. Como saldo, la moral alta, bien alta, como es mi deber mantenerla.

Impericia, incapacidad e intransigencia. En el proceso de debate de la Ley, el Gobierno perdió tiempo y desgastó la relación con los aliados. Queda poco más de un mes para que se cumplan los cien días de gracia inicial. Tictac efímero, la Libertad no avanza, pero el DNU sigue vigente. Un terremoto configura un nuevo paisaje: caída la Ley, el duende de los caprichos despidió a Royón y al cordobés nimio que tenía la ANSES y que ya venía de ajustar jubilados en su provincia. El PRO cogobierna desde el día cero: puso a Bullrich, a Caputo, a Sturzenegger y a muchísimos de los cuadros medios, pero ahora ablanda la montura para desembarcar en el botecito liberal. Viejos perros de caza, olieron sangre y saltaron.

Moisés, el patriarca, fue quién liberó al pueblo judío del yugo del faraón egipcio. Si la película hubiera terminado ahí, la comparación sería cuanto menos más auspiciosa. Pero el pueblo al que liberó Moisés terminó vagando 40 años en el desierto, siguiendo a un líder mesiánico, iracundo y castigado por Dios, que vivía de promesas pasadas, sin norte claro y enceguecido de impotencia. La absoluta mayoría de los judíos que abandonaron Egipto terminaron muriendo en el desierto sin siquiera conocer Israel. Incluido Moisés. La Argentina de hoy es la zarza que arde.

Un pote de humo verde. Todavía sangrando por la herida, la comparsa libertaria se anotició del carnaval y tiró un fuego de artificio para generar estruendo y confusión. La propuesta de derogar la Ley IVE duró lo que duran dos peces de hielo en un wiskhy on the rocks. La respuesta fue contundente y demostró la altura de un movimiento feminista que no se comió el chucu: quieren pan y circo para tapar el hambre y la angustia. La CAME registró 28% de caída del consumo interanual. Gran Hermano y achuras de pollo para pasar el verano.

Lágrimas de reformista. De Loredo lloró. Y yo lloré y Manes rió. Y todo fue una confusión. El radical impostó un llanto en vivo. No es la traición a los idearios de Alem o Yrigoyen, sino más bien su probada incapacidad de sostener una unidad partidaria. El diputado cordobés tenía como mandato mantener la unidad de un bloque que casi se parte en la votación en particular. De Gualeguaychú a esta parte, en la UCR conviven dos proyectos que cada vez parecen más irreconciliables: el que cogobierna el país con Milei, con Cornejo, Valdés y Petri a la cabeza y el que se aferra a la romántica idea de la república, el diálogo y la democracia. El acercamiento del PRO a LLA no hace más que echar leña. Leña para el carbón.

Israel, Israel, qué bonito es Israel. El viaje de Bria que metió Milei tuvo objetivos claros. En un momento en que las principales potencias latinoamericanas denuncian al Estado sionista por genocidio ante la ONU, que Argentina se sume al cada vez más estrecho marco de alianzas de Israel es un respiro para Netanyahu. Fue contrapeso geopolítico y respaldo diplomático. Con la soledad de los culpables, el gesto de Milei es sorpresivo incluso para los locales: apenas dos países reconocen a Jerusalén como capital israelí, el padre gringo de la bestia y la intrascendente Guatemala. Tres objetivos más: constituirse como destino para armas de una sociedad que se dedica a fabricar tecnologías de muerte, presumir la oferta de AySa a los dueños de Mekorot y jugar en la interna yanqui. Los gringos votan este año y Trump aplaude cada vez que escucha al presidente de los lamentos.

Un Papa nacional y popular. El otro jefe de Estado argentino es el piola, el que manda en el Vaticano. En pocos años de gestión autorizó la bendición a parejas del mismo sexo, beatificó a mártires de la Europa comunista y la Guerra Civil Española, defendió los derechos de personas privadas de la libertad y migrantes, veló por la protección del ambiente, degradó al Opus Dei y cerró el Encuentro Mundial de Movimientos Populares. Claramente, si cantás contra la CGT, también odies a Francisco. Pero ese ya es tema tuyo. El Papa juega el lunes en audiencia privada. Esta semana batió: «Se escandalizan si bendigo a un homosexual pero no si bendigo a un empresario explotador». Suave.

Nunca interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error. El peronismo hizo todo lo que tenía que hacer esta semana: guardar silencio. La había picado un poco en la cámara, pero en la votación general solo pudo sumar a los troskos y a otros seis patriotas sueltos. Los gobernadores de UxP dudaron pero votaron juntos, con la triste excepción de la promo de verano de Jaldo. La recomposición partidaria que dejará la fusión definitiva del PRO y la LLA será una oportuncrisis para el bipartidismo argentino. ¿Pueden Axel y Lousteau sentarse a la misma mesa? Deja vú de lo que va a venir.

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.