Todo lo que necesitas saber sobre la terapia asistida con psicodélicos

🍄 Bárbara Reiter es psicóloga y realiza terapia asistida con psicodélicos. En esta nota explica de qué manera pueden ayudarnos a tratar diversas problemáticas de salud mental, qué diferencias existen entre macrodosis y microdosis, sus efectos terapéuticos y las precauciones que deben tenerse al combinarse con psicofármacos.

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El universo de la Funga presenta una variedad que parece infinita: hay hongos comestibles, medicinales, alucinógenos y hasta se utilizan como materia prima para generar productos industriales. Durante años, comunidades indígenas fueron pioneras en su uso para aprovechar las propiedades estimulantes, los hongos eran parte de su cultura y su consumo estaba muy presente en los rituales. El mundo oriental lleva años estudiando el Reino Fungi y muchas de las especies que conocemos y consumimos provienen de allí.

Los hongos psicodélicos son aquellos que contienen psilocibina, un compuesto químico que, al ser consumido en determinadas dosis, genera experiencias psicodélicas. La psilocibina es una sustancia alucinógena estudiada que ayuda a tratar afecciones de la salud mental y enfermedades neurodegenerativas. Existen investigaciones que demuestran que personas que realizaron tratamientos mediante la ingesta de macrodosis o microdosis de hongos psicodélicos supervisada por profesionales de salud, mejoró su calidad de vida.

Bárbara Reiter es psicóloga de la Universidad de Buenos Aires desde hace 12 años. Luego de finalizar su formación académica en la universidad pública y gratuita, amplió su horizonte profesional orientándose hacia modelos de terapias conductistas, contextualistas y humanistas. Se trata de métodos de aplicación clínica basados en evidencia científica que generan efectos terapéuticos constatables en las personas.

Desde hace algunos años, Bárbara comenzó a interesarse por las experiencias psiconautas (entrar en estados alternos de la conciencia para explorar la experiencia y existencia humana). Experimentó con diferentes psicodélicos, desde el plano recreativo aunque siempre poniendo el foco en el autodescubrimiento. Tiempo después notó que estaba usando su propia experiencia con fines terapéuticos y comenzó a integrar en su consultorio los descubrimientos que fue procesando, dándole una vuelta de tuerca a las intervenciones y problemáticas que traían sus consultantes.

A medida que fue creciendo su interés en los psicodélicos, comenzó a leer papers e investigaciones provenientes de distintas universidades del mundo. “Lo que me atrajo aún más fue que estas investigaciones venían a incluir la intervención de los psicodélicos dentro de un contexto clínico, cuyos modelos de aplicación estaban basados en las terapias que ya venía ejerciendo y enseñando a otros psicólogos en cursos de posgrado. Es decir que esa lógica encajaba perfectamente con la propuesta terapéutica del psicodélico como un asistente”, explica.

A partir de ese momento, Bárbara se dedicó a realizar acompañamientos de terapias con psicodélicos y además desarrolló y coordinó el programa grupal de Micro Sabiduría, una propuesta pionera y creativa en la que -de manera sincrónica- lxs participantes realizan un proceso de microdosis guiadxs por intervenciones terapéuticas específicas que se refuerzan en lo grupal. Actualmente, Barbara coordina el equipo de Psicoterapia Asistida con Psicodélicos (FunPsi) y además integra el equipo de Asociación Psicodélica de Argentina (PsicodeAR).

Bárbara Reiter

¿Qué es la terapia asistida con psicodélicos y por qué es importante el acompañamiento terapéutico con un profesional?

Como su nombre lo indica, la Psicoterapia Asistida con Psicodélicos es un tipo de psicoterapia que propone utilizar la potencia de un psicodélico, como son el MDMA, el LSD, la psilocibina, la mescalina y el DMT dentro de un contexto o protocolo terapéutico, en el que a través de distintas intervenciones llevadas a cabo en distintos momentos clave, se pueden alcanzar objetivos o direcciones terapéuticas que implican no solo la resolución de posibles conflictos psíquicos y emocionales, sino la expansión de la conciencia como una ventana de oportunidad para que la persona desarrolle su propio trabajo personal de autoexploración.

Cuando hablamos de “momentos claves”, nos referimos a que este tipo de tratamiento implica una fase de preparación en donde se trabaja el llamado “mindset”, es decir, cómo la persona llega al momento de la toma del psicodélico, se acompaña en el proceso de delinear una intención o propósito de trabajo, a la manera de “faro” y no como una expectativa rígida. También se anticipa a la persona de lo que puede llegar a experimentar y cómo lidiar o gestionar lo que pueda llegar a aparecer en el viaje psicodélico. A la vez que se le explica qué va suceder internamente en su cerebro y organismo desde que ingiere la sustancia hasta que vuelve a su estado de conciencia ordinario. El número de sesiones es limitado, consta de dos o tres sesiones de preparación: una de dosificación y las sesiones de integración o seguimiento que pueden ser dos, aunque muchos deciden extenderlas debido a la apertura y motivación del trabajo de autoexploración que suele despertar el viaje.

En la sesión del viaje psicodélico hay un facilitador entrenado para acompañar al consultante y ayudarlo a transitar el viaje. El tipo de intervención en esa sesión es casi nulo, salvo que algo dentro del viaje del consultante se manifieste como un bloqueo y en este caso, el terapeuta deberá poner en juego toda su habilidad para ayudar a destrabar y a continuar en su proceso pero sin entrometerse en él. Ahí radica la “magia” del facilitador entrenado.

Por último, las sesiones de integración representan la oportunidad de bajar a tierra poco a poco las piezas del rompecabezas que puedan haber surgido del viaje de expansión, para darles un sentido en un todo más amplio con esta nueva perspectiva amplificada. Después de todo, si no hacemos este trabajo, por más expansivo que sea la experiencia psicodélica, si no damos sostén y musculatura a esa nueva neuroplasticidad, aquel quedará como una hermosa experiencia anecdótica significativa pero no se extenderá en el tiempo.

Este protocolo de Psicoterapia asistida con psicodélicos se apoya en modelos teóricos y terapéuticos basados en evidencia científica, y son la base de las intervenciones claves que dan forma a la preparación pero, sobre todo, a la integración del trabajo con psicodélicos. Los modelos son la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), la Terapia Integrativa y la Transpersonal que cuestionan el paradigma médico tradicional mecanicista, el cual presenta a los síntomas dentro de categorías diagnósticas (trastorno depresivo, trastorno de ansiedad, etc) intentando ver el dolor de la persona dentro de un contexto histórico y situacional que forma parte de la propia existencia humana.

Este tipo de terapia, más que considerar la eficacia del fármaco, se enfoca en la eficacia de la experiencia, como expansión de conciencia. En lugar de concebir la droga como una corrección de los desequilibrios neuroquímicos, este modelo propone que a través del procesamiento de la experiencia psicodélica mediante la psicoterapia, una persona puede experimentar percepciones significativas y profundas que provocan cambios emocionales, cognitivos y conductuales que podrían mejorar su calidad de conexión consigo misma, con su entorno y la existencia.

¿Qué es un protocolo de microdosificación y cuál es el recomendable para personas que desean tratar una problemática de salud mental?

Un protocolo de microdosificación consiste en la práctica de tomar una dosis muy pequeña de un psicodélico, los más comunes utilizados son la psilocibina (hongos mágicos) y LSD. Existen distintos protocolos que proponen distintas frecuencias diarias de toma así como dosis. Los protocolos más conocidos en los que muchas personas alrededor del mundo se han apoyado son los de Fadiman y Stamets. El primero consiste en tomar un día sí y dos no, y el de Stamets cuatro días sí y tres no, éste último agrega la melena de león y la niacina. Desde mi punto de vista como psicóloga y mi experiencia acompañando procesos diariamente, los protocolos, al no ser algo que tenga evidencia científica comprobada más que de “ciencia ciudadana” que no es poco y nos suma muchísimo, me atrevo a decir que es un poco una ilusión que nos armamos para basarnos en algún tipo de estructura de base o referencia, super necesaria para alguien que no tiene idea de cómo le puede impactar y además para crear un punto de partida.

Hay cosas que lxs psicólogxs evaluamos para proponer una microdosis (hasta 0,25 gramos) y un tipo de protocolo que incluyen una evaluación del contexto general, histórico, situaciones, físico, emocional, neuroquímico y psicológico de cada persona y de ahí se trabaja en el registro conjunto (de la persona y el terapeuta) que vayan haciendo del proceso para ir creando un protocolo “artesanal” y más intuitivo, es decir, a medida de lo que funcione para esa persona en particular y de acuerdo a sus objetivos o intenciones de trabajo.

¿Qué precauciones y cuidados se deben tener a la hora de comenzar un proceso de microdosis?

En cuanto a las precauciones y cuidados a la hora de comenzar un proceso terapéutico de microdosis, conviene hacer una buena evaluación clínica en donde ponemos el foco en algunas cuestiones, por ejemplo, si toma alguna medicación ya que podrá haber interacciones químicas no deseables, pero también podría suceder que algunas medicaciones anulen el efecto de la microdosis psicodélica. También sus antecedentes psiquiátricos/psicológicos propios y de sus familiares, ya que hay diagnósticos o situaciones vitales/emocionales donde podría contraindicarse. Y digo contraindicarse porque en este trabajo, el enfoque en lo singular y único es importante. Las plantillas o protocolos son referenciales, pero cada persona es un mundo y un buen trabajo terapéutico contempla la artesanía del trabajo uno a uno. Existen conjuntos de variables que según como se presenten y en qué contexto, puede llevarnos a ser más cuidadosos o más arriesgados en este terreno. También contemplamos la experiencia de la persona, su disponibilidad, sus recursos emocionales, psíquicos y conductuales, su nivel de flexibilidad, su contemplación frente al compromiso de cambio y sus hábitos diarios de autocuidado. 

¿Qué efecto terapéutico diferente tiene la macrodosis de la microdosis?

Respecto a las diferencias que podría mencionar en los efectos terapéuticos de una macrodosis y un proceso de microdosis de psilocibina, en principio, en el primero los efectos perceptibles por la persona que la está realizando incluyen distorsión de los sentidos, de la percepción del tiempo, el espacio, la disolución del ego, es decir un viaje psicodélico propiamente dicho y acá es donde hablamos de un estado de conciencia alterado o expandido. A nivel neuronal hay un montón de cambios respecto a la famosa Red Neuronal por Defecto, que es aquel conjunto de neuronas que se organizan en nuestro estado de conciencia ordinaria, es decir, en nuestro día a día para permitirnos vivir, hacer nuestras tareas, percibir nuestra realidad cotidiana como la vemos todos los días, y esto incluye nuestros patrones de pensamiento rumiantes, repetitivos, o aquellos que llamamos negativos y por los que muchas veces acudimos a un espacio terapéutico. Entonces, esa red, cuando hacemos una macrodosis está como desenrollada, expandida, y eso borronea todos esos límites que hacen a lo anterior mencionado. Entonces, si cae una gran nevada sobre la pista de ski, se borran los caminos híper transitados, entonces nos damos cuenta de que la montaña es toda transitable, y eso es un montón de nueva perspectiva y posibilidades, esa es la ventana terapéutica donde la Psicoterapia Asistida con Psicodélicos encuentra su punto de operación. Pero la apuesta va más allá del viaje en sí, y eso incluye el proceso de preparación ya mencionado y la integración que mantendrá la nueva neuroplasticidad del cerebro, clave para que funcione.

En un proceso de microdosificación, el efecto de la sustancia psicoactiva es subperceptual, lo que significa que no debería haber alteración de sentidos ni del espacio temporo-espacial, la conciencia sigue en su estado ordinario de “trabajo”, aquí la expansión de la conciencia no viene por una desorganización neuronal y su subsecuente intervención clínica terapéutica sino por una “sutil sacudida” a la manera de una predisposición neuroquímica que se aprovecha con un buen acompañamiento terapéutico que enseña a registrar y a trabajar con intenciones de enfoque de cambio o desarrollo personal. La preparación consiste no solo en la evaluación clínica ya mencionada, sino también en el trabajo de delineamiento de intenciones. A veces este proceso se subestima y se aborda a la manera de un “protocolo” pero, en realidad, implica un proceso mucho más profundo que incluye la clarificación de los valores de la persona y que le da sentido a su existencia. Es un abordaje casi filosófico que intenta ser bajado y encarnado en lo sutil y lo concreto del día a día, no tan enfocado en lo que falta sino más bien en lo que está presente pero no se ve. Además, en este proceso se trabajan si o si los hábitos de la persona, desde qué come, cómo duerme, cómo se relaciona con su tiempo libre, con la tecnología, con su autocuidado, con sus vínculos. En definitiva es una terapia de vida pero con ese plus que es la incorporación de una microdosis de sabiduría ancestral. 

¿Se puede realizar una ingesta de macrodosis si estoy tomando psicofármacos?

Respecto a este punto, es importante diferenciar entre micro y macro, con lo que es macro siempre debemos ser mucho más cuidadosos, con lo que es micro podemos tomar un poco más de riesgo, pero esto no significa no ser cuidadosos. Desde mi equipo clínico, contamos con una médica psiquiatra que incluye la perspectiva y asistencia de un psicodélico como alternativa de tratamiento psicofarmacológico y es la que evalúa el caso por caso y el tipo de medicación que una persona pueda estar consumiendo por prescripción médica previa o automedicación. Hay fármacos que pueden estar completamente contraindicados, más que nada por prevención y por falta de evidencia, como los relacionados con el litio, anticonvulsivos, los que involucran los receptores de glutamato pero también los que involucran los receptores serotoninérgicos que son los que se involucran en los procesos de ingesta de psilocibina ya que no le dejaría el lugar de acción química libre, por lo cual es un gran proceso artesanal, de acompañamiento en abandono de medicación, si así lo evaluara la médica psiquiatra, con estrategias de afrontamiento a posibles síntomas de abstinencia y suplementación con adaptógenos, minerales o plantas medicinales, pero siempre con recursos terapéuticos determinados y el sostén de los profesionales a cargo.

Disclaimer: desde este equipo y quien responde las preguntas no se fomenta el uso de psicodélicos de forma recreativa o sin información ni acompañamiento terapéutico. Tampoco se fomenta la compra venta ni el consumo de ninguna sustancia ilegalizada.

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