Ya son ocho las jornadas de paro y movilización que residentes y concurrentes de la Ciudad de Buenos Aires llevan adelante en reclamo de una recomposición salarial para el sector. Esta vez marcharán para exigir que los reciba el ministro de Salud porteño Fernán Quirós, quien sistemáticamente se ha negado a tender un puente de diálogo con las y los profesionales médicos desde que se inició el conflicto.
Este martes hubo novedades importantes para la lucha de les residentes porteñes. La Asociación de Médicos Municipales recibió a la Asamblea de Residentes y Concurrentes de CABA y, pese a que escuchó los reclamos del sector, se negó a brindar el amparo gremial a la protesta. Sin embargo, desde el sindicato se comprometieron a oponerse a todo tipo de sanciones, a interceder en la puja por mejoras salariales y a gestionar un encuentro con el responsable de la cartera sanitaria de CABA.
«Ayer también tuvimos la reunión con el viceministro de salud Daniel Ferrante y el clima cambió por completo. Se mostraron más dispuestos y presentaron más herramientas para atender a nuestros reclamos», explicó a El Grito del Sur Carina Goya, médica residente de tercer año del Casa Cuna. «Esto habla de un reconocimiento de la Asamblea como espacio político que representa al sector y discute salarios. Si bien es un avance, no tenemos nada en concreto y no ponemos nuestras herramientas de lucha en función de nadie. Por eso hoy volvemos a parar», agregó.
Este miércoles, les residentes concentran en Callao y Corrientes para movilizar hasta Bolívar 1. El clima está marcado por la decisión del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, de modificar el estatuto de residentes de su distrito. «La idea es modernizar el régimen de residencias y hacerlo más atractivo», señaló Kicillof, al tiempo que anunció que reducirá las jornadas de guardia de 24 a 12 horas, acortará la jornada laboral de lunes a viernes (eliminando el sábado), pagará un plus por zona de baja cobertura y estipuló que les residentes percibirán aportes jubilatorios en el Instituto de Previsión Social bonaerense (IPS).
Mientras tanto, la lucha de residentes en Ciudad dio sus primeros aunque magros frutos: la Asamblea que nuclea a les trabajadores logró instaurar una reunión semanal con el viceministro de salud, Daniel Ferrante, y consiguió una extensión de la «semana de stress» que ahora será del doble de extensión. Sin embargo, nada de esto impacta en sus ingresos ya que cobran entre 250 y 400 pesos la hora y llegan a trabajar más de 350 horas mensuales.
«Hoy en día un residente que recién ingresa está cobrando 120 mil pesos por una jornada de 360 horas mensuales que incluye entre 6 y 12 guardias por mes», señaló Nicolás Palacio, residente del Hospital Elizalde. «Hace años que nuestro sueldo viene cayendo por debajo de la canasta básica. Tuvimos varias instancias pero hasta ahora no nos dieron ninguna respuesta satisfactoria», planteó el médico y remató: «Nuestro reclamo es urgente, estuvimos siempre en la primera línea y no llegamos a fin de mes. No vamos a ceder esta lucha hasta que obtengamos lo que pedimos».
«La lucha de los residentes está colocando en debate la crisis general del hospital público en la Ciudad de Buenos Aires y desmintiendo el relato de Larreta y Quirós sobre la inversión en la salud durante la pandemia», explicó en diálogo con este medio Gabriel Solano, legislador porteño del Partido Obrero/Frente de Izquierda y uno de los principales referentes institucionales que se ha hecho eco del tema. «Es un reclamo salarial y por las condiciones de trabajo y el GCBA quiere presentar que los residentes no son trabajadores. Lo cierto es que los hospitales públicos de la CABA funcionan gracias a los residentes que no solo realizan las tareas previstas en sus contratos sino que se hacen cargo de buena parte del funcionamiento del hospital», agregó Solano, quien destacó el doble impacto que sufren en esta situación les concurrentes, que no cobran siquiera un salario por su trabajo.
Asimismo, al calor del conflicto, desde la Asamblea denunciaron que arrecian las presiones contra las y los médicos que protestan. A la amenaza de «sanciones» se le sumó un amedrentamiento puertas adentro de los hospitales, con el objetivo de romper la unidad que sostiene el sector. El rumor que dejan correr las autoridades hospitalarias ligadas al macrismo es que, tras cinco días de paro, el GCBA podría cesar a les profesionales.
La situación es compleja: este año se registró el número más bajo de inscripciones para la residencia, un dato que preocupa y que está íntimamente vinculado a la pésima remuneración por la tarea profesional.
