En marzo la victoria de la comunidad educativa logró obtener un fallo judicial que obligaba al Gobierno de la Ciudad a reabrir la salita del lactario del Ramos Mejía que el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, y la ministra de Educación Soledad Acuña pretendían cerrar. Sin embargo, desde hace un tiempo las autoridades porteñas amenazaron con volver a arremeter contra el Jardín Nº 6, ubicado en el barrio de Balvanera. En numerosas ocasiones a lo largo del año, la comunidad educativa volvió a organizarse para detener los ataques a la escuela, un objetivo que lograron alcanzar y sostener hasta el día de hoy.

Luego de varias idas y vueltas, el Gobierno porteño se disponía esta mañana a mudar la institución, cuando fue frenado por la presión ejercida por la comunidad educativa junto a los vecinos y las vecinas del barrio. «A pesar de la presión que ejerce el Ministerio de Educación para que se realice la mudanza, en estos momentos se está descargando todo nuevamente y volviéndolo al interior del jardín bajo la guardia de lxs trabajadorxs», comunicaron les docentes de la escuela cerca del mediodía.

Pero esto no duró mucho, apenas una hora más tarde, el panorama había cambiado y trabajadores, trabajadoras, vecinos, vecinas y familias se declaraban en estado de alerta puesto que, por decisión de la Directora del Área Inicial, Susana Basualdo, se ordenó la mudanza y cierre del Jardín del Ramos Mejía, un colegio que alberga a decenas de estudiantes. Además, durante el cruce que se generó por la inminente mudanza del edificio, no se le permitió la entrada a las legisladoras que estaban en el lugar defendiendo el jardín y expresando su solidaridad con la lucha de docentes y familias.