Evangélicos a favor del aborto

Luego de la marcha anti-derechos del pasado sábado, dialogamos con el sector de iglesias evangélicas que respalda el proyecto de legalización del aborto. "Yo puedo tener una comprensión desde mi fe, pero esa comprensión no convierte al aborto en un tema religioso", señala Leonardo Félix, ministro de la Iglesia Metodista de Almagro.

Sectores antiderechos participaron el sábado de una marcha en contra de la legalización del aborto. Entre las principales entidades que nuclean a los opositores del proyecto de ley -tanto en 2018 como ahora- está la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera). Sin embargo, otras iglesias y pastores se han pronunciado a favor de la iniciativa enviada al Congreso por el Poder Ejecutivo.

Leonardo Félix es ministro de la Iglesia Metodista de Almagro y capellán de la escuela Alberto Schweitzer, y está a favor de la legalización y despenalización del aborto. En 2018, el presbítero y otros colegas que integran la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) emitieron comunicados en apoyo al proyecto presentado por la Campaña por el Derecho al Aborto y participaron de los célebres “martes verdes”.

“El aborto no es un tema de fe -afirma Félix a El Grito del Sur-. Yo puedo tener una comprensión desde mi fe, pero esa comprensión no lo convierte en un tema religioso. No puedo a nivel personal imponer un mecanismo absoluto por sobre todo el resto. Este es un tema que tiene que resolver el Estado nacional y laico del que todos somos parte”.

Aciera y la Asociación Bautista Argentina (ABA) emitieron la semana pasada un comunicado en el que argumentan que “ante el envío por parte del Gobierno nuevamente al Congreso de un proyecto de ley del aborto”, las organizaciones, entidades y ciudadanos que “están a favor de la vida” le manifestarán a los legisladores que “la mayoría del pueblo es celeste y elige la vida”.

Entre las razones que exponen en contra del proyecto está la pandemia (porque “no es el momento”), que el aborto “genera división” y, con datos estadísticos sin fuente, aducen que “la mayoría del país y las provincias” están “a favor de la vida”. “No hay que permitir que las mujeres mueran -se defienden-. Pero el Estado no puede legalizar la muerte”.

“La situación que se presenta pastoralmente es que muchos, tanto hombres como mujeres, te dicen ‘a usted no le importa una vida que se mata’. Claro que nos importa, acompañamos a mujeres de distinta procedencia en ese proceso profundamente doloroso. Una persona no llega a ese punto (de interrumpir un embarazo) de la nada, se llega con dolor, angustia y ambivalencia”, describe Félix y reitera que la legalización del aborto “no es un tema religioso”.

El presbítero sostiene que “los abortos suceden” y que, por eso, se necesita “ampliar derechos” y contar con una ley para que “las mujeres vulneradas de toda clase y en todo el territorio tengan la posibilidad de un médico asistencial, psicológica, terapéutica y espiritual de ser atendidas, consoladas y acompañadas en las decisiones que tomen antes, durante y en el momento posterior”. Además, opina que se debe garantizar el acceso “a una profilaxis adecuada, a obra social o prepaga para resolver en buenas condiciones qué quiere hacer”.

“Es un problema de clases sociales, de distribución de la riqueza. Quienes tienen la posibilidad económica pueden trampear aquello que no está regulado, mientras las que no pueden pagarlo son, además, condenadas a ser señaladas socialmente”, afirma.

Félix explica que el crecimiento del sector antiderechos está ligado a “un movimiento de los últimos 30 años donde el fundamentalismo religioso, asociado a la extrema derecha y conservadora norteamericana,” se ha expandido en el continente latinoamericano. “Aparecen en países con distinta fuerza como el movimiento ‘Con mis hijos no te metas’ en Perú, en Colombia, en Argentina y, en especial, en Brasil. Hay un reposicionamiento ideológico y político de los fundamentalismos en contra de todo lo que signifique la ampliación de derechos reproductivos y de género, así como la educación sexual”, asegura el pastor.

Foto: Damián Dopacio

La Iglesia Católica acuña el término “ideología de género”, señala Félix, que es utilizado “como una embestida de lo más conservador frente a aquellos grupos que ve como una amenaza a la familia tradicional”. “Un sector evangélico de golpe empieza a apoyar a su enemigo natural que es el papado y la Iglesia Católica romana -apunta-. Hay una cuestión reactiva de volver a una teocracia donde Dios resuelve lo que hay que resolver. El caso más paradigmático es el de (Jair) Bolsonaro”.

Félix recuerda que “desde la fe, Dios no me impone nada, tengo libre albedrío”. Incluso la Virgen María en el evangelio de Lucas “el ángel Gabriel le dice que Dios la elige para gestar a su hijo, pero María elige decir que sí”. “Dios le pregunta, no la avasalla ni la viola, y ella acepta”, afirma.

“Con la ley las mujeres no van a correr a abortar, así como ahora no hay personas (en contra del aborto) que corren a adoptar hijos e hijas -agrega Félix-. Uno pastoralmente tiene que poder acompañar, pero es la mujer la que tiene derecho sobre su cuerpo”.

 

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.